La presencia de Lionel Messi en su casa de Funes, revoluciona a toda la región. Ya se lo vió al astro pasear en bicicleta junto a su familia y la última anecdota la vivió un delivery de churros de esa ciudad. La Churrería de Funes fue el lugar elegido, y Sofía, la encargada del lugar, explicó: “Lo que yo hago siempre es registrar el número y después escribirle, así que lo contacté. Me pidió tres docenas de churros y lo mandamos para Kentucky”. Y aseguró que el cadete "tardó casi 45 minutos en volver, estaba casi temblando y llorando porque no podía creer lo que le había pasado. Antonela lo atendió, Mateo lo abrazó, y Leo lo saludó desde el fondo de la casa. No pudo tomarse una foto, pero se llevó ese recuerdo”.