Familiares de los tripulantes del ARA - San Juan enviaron su solidaridad a las familias de las cinco personas que viajaban en el Titan, el submarino turístico desaparecido mientras hacía una excursión a los restos del Titanic. Además de expresar su apoyo, el grupo de familiares cuestionó en un comunicado la "metodología discursiva" utilizada para brindar información a las familias que, según aseguraron a este diario, les recuerda al "ir y venir de mentiras" que sufrieron por parte del gobierno de Mauricio Macri luego de que se perdiera contacto con el submarino. Sostienen que es necesaria la creación de un protocolo internacional de comunicación a los familiares para situaciones de este tipo. 

El comunicado fue difundido por Valeria Carreras, abogada querellante mayoritaria en las causas por el hundimiento y por el espionaje ilegal a los familiares, que enviaron su "solidaridad y consuelo" a las familias del Titan. "Es un déjä-vu de aquellas jornadas de noviembre de 2017, donde los familiares del Submarino ARA San Juan renovaban la esperanza con cada parte diario. Por todo lo que aún les resta transitar a las familias de ellos, desde la experiencia argentina les hacen llegar su experiencia y apoyo", expresaron. 

"Es imposible mantenerse apartada de este caso. El dolor, el desconcierto y la incertidumbre son los mismos y nos rememoran aquel 17 de noviembre de 2017 cuando nos avisaron que el día 15, dos días antes, se había perdido contacto con el submarino. A partir de entonces fue un ir y venir de mentiras", recuerda en diálogo con Página 12 Victoria Morales, madre del cabo Esteban García, uno de los 44 tripulantes del ARA San Juan. Morales atiende a este diario desde Tucumán, provincia en la que vive y desde la que en noviembre de 2017 viajó a Mar del Plata con la esperanza de que su hijo sobreviviera. 

"Estábamos mirando el mar esperando que el submarino salga a la superficie. Nos mintieron tanto que manejábamos la esperanza de que los encontraran. Nos decían que ya estaba, que faltaba poco y así nos mantuvieron más de un año. Sé que en este caso debe haber mamás, papás, hijos, hermanos, esposas pasando por los mismos momentos que pasamos nosotros, ¿cómo no vamos a darles un abrazo a estas familias?", agrega la madre de García.

En el comunicado, las familias aseguraron que "resulta imposible no detectar la misma metodología discursiva" en ambos casos. "Cuando informan los medios navales y aéreos internacionales desplegados en la búsqueda, evitan informar el efecto de la presión en profundidad del mar", indicaron, y añadieron que "cuando informan las horas que restan de oxígeno, evitan informar la chance real de vida". 

El punto de las "horas de oxígeno", que en el caso del Titan sería de 96 horas desde la pérdida de contacto, es uno de los más recordados por Morales de aquellos días de incertidumbre: "Sucedía como ahora, que se dice que hay una cantidad de horas para que la gente esté con vida, pero más allá de las horas de oxígeno que puedan quedar también hay que saber en qué condiciones está la embarcación y, aún así, los tripulantes tampoco dependen sólo del oxígeno para sobrevivir", remarcó desde su experiencia. Carreras agregó en este sentido que en los dos casos "no se explicitaron las condiciones en que puede darse la sobrevida, sólo se informan las 'horas de oxígeno' pero no se explica que el oxígeno y los víveres no son la única variable de supervivencia en sumersión". 

En los casos de emergencia marítima, aseguró la abogada, existe un protocolo de la Search and Rescue International para establecer plazos, etapas de búsquedas y medios para el rescate, pero no se cuenta con un protocolo específico de comunicación fidedigna para las familias y allegados que aguardan en tierra. "Se las somete a un estado de incertidumbre y a la vez de esperanzas a través de informaciones cruzadas y terminología muy técnica que genera un daño mayor", explicó. 

Carreras enumeró algunos parámetros que podrían conformar un protocolo de información de este tipo: efectos de la profundidad en la temperatura de la nave, sumergible o cápsula, tablas de efectos de la presión a distintos metros de profundidad y ante distintos materiales, precisión en la chance real de rescate con vida y preparación a las familias ante la profusión de teorías y falsos expertos sobre la temática. 

Otro punto recurrente es el de los "ruidos" detectados en medio de la búsqueda. El 20 de noviembre de 2017, cinco días después de la pérdida de contacto con el ARA San Juan, la Armada anunció, por ejemplo, la detección de un "ruido constante" dentro del "área de operaciones". Horas después, la propia Armada confirmaba que el ruido no pertenecía a un submarino sino a un "ruido biológico". En el caso del Titan, en las últimas horas personal de la guardia costera de Estados Unidos informó que aviones canadienses captaron ruidos en la zona de búsqueda, aunque sin precisar su origen. El cuestionamiento en este caso no es por la búsqueda de sonidos en sí, sino por la divulgación de información sin confirmar que acrecienta las esperanzas de las familias

"Yo como mamá tengo la esperanza de que esta gente esté bien. Ojalá lleguen a encontrarlos con vida, pero soy realista y ya ha pasado demasiado tiempo, por lo que les diría a las familias que estén preparadas", expresó Morales en este sentido. La mujer finalizó recordando que, en el caso del ARA San Juan, "todavía hay 44 personas a más de 900 metros de profundidad esperando ser rescatadas. Y nosotros necesitamos saber con certeza qué fue lo que pasó".