Esta foto se publicó el día 3 de diciembre de 1904 en la Revista Caras y Caretas en el marco de una nota sobre los resultados del segundo censo municipal de la Ciudad de Buenos Aires, que se había realizado los días 11 y 18 del mes de septiembre de ese mismo año. La revista publicó la foto con un fondo negro que tapaba la entrada de la casa de José Lara, pero el Archivo General de la Nación (AGN) poseía otra imagen sin edición, donde se puede ver la puerta y a una mujer detrás, presumiblemente un familiar. Esa imagen no se publicó porque la mujer salía desenfocada y recién la dió a conocer el AGN en el año 2021. Aunque en la nota de Caras y Caretas junto a José Lara aparecen 11 adultos mayores más, todos centenarios, Lara sobresale por ser el mayor de todos. Según explica el periodista, tenía 124 años cuando le sacaron esta foto.

La razón por la que existen registros fotográficos de todos ellos es que tras la declaración de edad por parte de los censados, los funcionarios intentaban corroborar los datos. Aunque la nota no lo aclara, en la publicación que detalla los resultados del censo qué realizó el municipio en 1906 se deja constancia que en el caso de Lara, la autenticación de la edad la brindó un cura de la Basílica del Convento de Santo Domingo, ubicada en la intersección de las calles Belgrano y Defensa, en el barrio porteño de Montserrat.

Además del sistema de corroboración pos relevamiento, el segundo censo municipal tuvo otras particularidades. A diferencia del primero realizado en el año 1887, en este no se incluyó la variable etnico-racial, que ya se había sacado también para el censo nacional de 1895. Esta invisibilización estadística se mantuvo hasta el año 2022, cuando el INDEC la incorporó nuevamente como pregunta obligatoria, aunque en ese caso las categorías utilizadas fueron si “se reconoce afrodescendiente o tiene antepasados negros o africanos”.

Así que en el registro censal de José Lara no se incluía su origen etnico racial. Según confirmó el cura posteriormente, un párroco español de apellido Lara lo había traído consigo, sin embargo, no se conoce con exactitud su origen.

La Basílica del Convento de Santo Domingo, es un templo histórico de la ciudad; su vinculación con los afroporteños data de mediados del siglo XVIII por lo menos, cuando se constituyó la Cofradía de Menores de Nuestra Señora del Rosario que tuvo vida social hasta finales del siglo XIX. Casos como los de José Lara, dan cuenta de la vinculación de los afroporteños con esta iglesia particularmente, al tiempo que pone de relieve la presencia y vida pública de la comunidad afroargentina en Buenos Aires a comienzo del siglo XX más allá del activo silenciamiento estadístico que practicó el Estado desde ese período.