De todo el repertorio de excesos que cometió la Policía de Jujuy durante estos días de protestas en la provincia, acaso el más estremecedor sea el de la utilización de vehículos no solo sin identificación ni isologo de la fuerza a la que pertenecen, sino también sin la debida patente identificatoria. Una postal que, encima, se volvió a repetir en el transcurso de hoy jueves en los alrededores de las dos movilizaciones que hubo en la ciudad de San Salvador, según se puede apreciar en varias imágenes y también en un video cuyo autor se encargó de fechar a viva voz en la grabación para que no se ponga en duda su veracidad.
A pesar de que varias camionetas fueron observadas, fotografiadas y filmadas el día martes trasladando uniformados, policías de civil y detenidos rumbo al complejo penal de Alto Comedero, el cuerpo represivo de Gerardo Morales lejos está de avergonzarse por la notoriedad que alcanzó esta práctica deleznable que rápidamente recordó a La Noche del Apagón que en julio de 1976 capturó de manera ilegal más de 400 personas en la localidad de Libertador General San Martín, 33 de las cuales aún permanecen desaparecidas.
Por el contrario, el carácter público de esta operatoria hasta parece ser usado en favor del terror: no hay otro motivo para entender la persistencia en una maniobra hecha a plena luz del día y completamente fuera de la ley, a pesar de que el propio gobernador se jacte de ajustarse a derecho y manifieste su indignación por los supuestos incumplimientos ajenos. Quizás Gerardo Morales esté convencido de que podrá gozar de la misma impunidad que Carlos Pedro Blaquier, el titular del Ingenio Ledesma señalado de propiciar el corte de luz y las camionetas que facilitaron aquellos secuestros en plena dictadura, delito por el que murió el 13 de marzo pasado a los a los 95 años sin haber sido condenado.
Pasado el mediodía, una camioneta Toyota Hilux gris circulaba por el centro de la capital jujeña con cuatro policías uniformados en la caja trasera, dos de ellos con barbijos, un atuendo que probablemente utilicen para no ser reconocidos. La foto que así lo testimonia fue tomada sobre la vereda de la calle Sarmiento entre San Martín e Independencia. Es decir, al costado del Palacio de Gobierno de Jujuy y en diagonal a la Plaza Belgrano que suele ser el punto de llegada de las movilizaciones en San Salvador. Una segunda imagen, en cambio, fue capturada desde atrás de ese rodado, quizás desde el vehículo que lo antecedía en la marcha. En este caso, una uniformada se percata de ello y lo registra con su propio teléfono, tal como se puede apreciar con claridad. Como si esto fuera poco, pareciera una excepción o tan solo un descuido, luego apareció otra camioneta de la misma marca y modelo, aunque esta vez de color negro y con tres policías varones en la parte trasera. Los tres aparecen a cara descubierta y uno de ellos se ríe.
“Esta operatoria comenzó a verse el martes, después de la represión”, asegura Alejandro Vilca, diputado nacional jujeño por el Frente de Izquierda. “Recorrieron la ciudad levantando a cualquiera que consideraran sospechoso, tal como luego lo mostraron incluso los móviles televisivos que estaban transmitiendo en vivo desde la cárcel de Alto Comedero”.
“Pero eso no fue todo —asegura Vilca—, ya que también circularon por los barrios Azopardo e Islas Malvinas y varios de los detenidos fueron golpeados. Nosotros lo denunciamos ese mismo día y por eso nos trasladamos al penal, donde aún siguen detenidas varias personas después de 48 horas”.
Lo sorprende de todo esto es que a pesar de las evidencias incontrastables sobre un mecanismo propio de la última dictadura militar, el propio Gerardo Morales, lejos de incomodarse, hace alarde del accionar de su policía en estudios televisivos de sus programas televisivos afines, todos ellos de Buenos Aires, adonde viajó para hacer marketing de la represión y vanagloriarse de ella mientras la provincia que gobierna le demanda explicaciones y soluciones. Aunque de las camionetas sin identificación prefiere no decir dice nada, otorgando con su silencio una respuesta concluyente.