Los vínculos, geográficos, culturales, de sangre, que unen a Salta y Jujuy se expusieron ayer en la sesión de la Cámara de Senadores, en la que la ebullición social y la represión a manifestantes, sobre todo a las comunidades indígenas, en la vecina provincia encendió luces de alarma.
"Lo que pase en las comunidades de Jujuy irremediablemente va a pasar en nuestra Puna", advirtió Walter Cruz, senador kolla, representante del departamento Iruya. “Vemos que son problemas que nos van a venir también a nuestra región”, agregó Leopoldo Salva, del vecino departamento Los Andes y también kolla.
La discusión fue habilitada por un proyecto de declaración firmado por 18 senadores del oficialismo provincial, Mashur Lapad, Diego Cari, Héctor Calabró, Sonia Magno, Leopoldo Salva, Marcelo García, Walter Cruz, Esteban D'Andrea, Alfredo Sanguino, Daniel D'Auria, Sergio Ramos, Dani Nolasco, Maniel Pailler, Carlos Rosso, Emiliano Durand, Javier Mónico, Jorge Soto y Walter Aban, en el cual se manifiestan "preocupación por la grave situación social que atraviesa la Provincia de Jujuy", expresan su deseo de que haya "diálogo" y repudian el "uso de la violencia".
“(Salta y Jujuy) Compartimos un mismo territorio, la Puna, compartimos una misma cultura, los mismos paisajes” y “compartimos siempre los mismos problemas también”.
“Vemos que son problemas que nos van a venir también a nuestra región”, sostuvo Salva, el que expuso con mayor énfasis la cuestión del litio como motivo para el crecimiento de la conflictividad social, y el aumento de la violencia represiva, en la provincia de al lado.
Salva (del bloque Evita Conducción) hizo un llamado a la reflexión, a dialogar. “Este problema surgió por la gran desinformación que hay en la zona, no hay una política clara de cómo se quiere trabajar, no hay una política de participación de las comunidades y por eso suceden estos problemas, por la falta de diálogo permanente”, señaló.
En su visión, lo que pasa en Jujuy tiene que servir al gobierno de Salta “para realizar una política clara con la actividad minera, con los territorios, con nuestros humedales, con nuestros paisajes, con nuestra zona”, porque “si no hay una política clara, un programa claro de gobierno de la minería, nos van a surgir lo mismos problemas”, insistió. Habitante de San Antonio de los Cobres, donde están los proyectos de litio en Salta, contó que “hoy se están discutiendo estos temas en nuestras regiones, qué va a pasar, cómo va a ser el desarrollo”, que hace poco se reunieron sus habitantes para discutir sobre “las inversiones, los proveedores, los que van a trabajar, cómo vamos a ser beneficiados los que vivimos en la zona, eso no está claro todavía”. “Falta mucho diálogo”, tienen que “escuchar mucho a las comunidades” porque son las que viven en el territorio, afirmó.
"No nos sirve de nada la represión, no nos sirve de nada llevarnos todo por delante, no nos sirve de nada una política pensada desde una oficina, no nos sirve”, ratificó antes de volver a pedir reflexión “a quienes tienen la responsabilidad de fijar políticas con respecto al litio”.
Walter Cruz (del bloque Compromiso por Salta), que habló antes, cuestionó la reforma de la Constitución de Jujuy. “Todos los argentinos nos regimos por nuestra Constitución Nacional” que en su artículo 75 inciso 17 establece los derechos indígenas, recordó, y reivindicó la movilización de las comunidades originarias de la provincia vecina: “Cómo no se van a movilizar si están tocando sus tierras, lo único que tienen quizás”.
"Hoy en día se han dado cuenta que nuestros cerros, nuestras quebradas, también tienen riquezas”. “Ahora vienen por nuestras tierras, por nuestro litio, y esta es la causa fundamental de lo que ha pasado en Jujuy”, aseguró. Entonces, recordando su pertenencia al pueblo kolla de Iruya, advirtió: “Lo que pase en las comunidades de Jujuy irremediablemente va a pasar en nuestra Puna, va a pasar en nuestro Iruya, en nuestro Nazareno, en nuestro Santa Victoria”.
Cruz también llamó a la reflexión y pidió que en Jujuy “se instale un diálogo verdadero, que sea capaz de realmente de escuchar todas las voces”, no un diálogo “para decir hemos dialogado y después no cambiar nada”. Antes había recordado que no hubo consulta previa, libre e informada a los pueblos originarios del territorio jujeño.
Se las violentó a las comunidades originarias, afirmó, no solo con la represión, sino también con una reforma constitucional inconsulta, con el desconocimiento de leyes y tratados internacionales que reconocen sus derechos. Todo hecho, “con la traición, por supuesto, de muchos hermanos, como que ha sucedido de 1492 para acá, siempre la mayoría luchando y algunos traicionando para cuidar sus pequeños privilegios”.
En ese punto recordó que en la lucha por la independencia nacional que encabezaron Martín Miguel de Güemes y Manuel Blegrano, fueron los kollas quienes "peleamos por la patria", y no atrás, “en las vanguardias, siempre parando las patas primero. Y, en cambio, aquellos que siguen buscando hasta ahora el poder económico, no peleaban. Nunca han peleado por Argentina ellos, jamás, mandaban a sus sirvientes, a sus esclavos, pagaban para que otros supuestamente peleen por ellos, ellos jamás se han manchado las manos con sangre, jamás han peleado por esta Argentina, no les importa”. En ese contexto, hizo un llamado al gobierno de Jujuy, a que "sepa retroceder cuando haya que retroceder, reconocer errores “y sobre todo no les quite más derechos a mis hermanos”.
"Morales jugó a los soldaditos"
Miguel Calabró (Evita Conducción), del departamento La Caldera, que linda con Jujuy, inició las intervenciones recordando los vínculos que unen a ambas provincias, y cuestionó al gobernador Gerardo Morales. “Vimos un estado provincial ausente, un gobernador ausente, un gobernador que solo pensó en como lo verían los porteños por televisión”, como lo vería “aquel sector que cree que con violencia, con un estado represor, las cosas pueden mejorar” y “jugó a eso, jugó a los soldaditos”, sostuvo.
El representante de Cachi, Walter Wayar (FdT) puso énfasis en la gravedad que implica que el Estado ataque a manifestantes, y consideró que no basta con un pedido de diálogo. “En Jujuy hubo una represión del estado a ciudadanos comunes, a vecinos argentinos”, aseguró.
También advirtió sobre los discursos de odio que se replican en la televisión y señaló que pueden llevar a un aumento de hechos violentos. “Cuando el que ejerce la violencia es el estado” es grave, “ya ha vivido la Argentina años oscuros donde el estado, hablando de patriotismo y de unidad nacional, hablando de encausar a la Argentina hacia un camino de progreso", ejerció la violencia y "tenemos más de 30 mil desaparecidos y muertos”, recordó.
Wayar fue uno de los senadores que el 1 de junio, en medio de una gran protesta docente, se opuso a la regulación de la protesta social en Salta, que se conoció como ley antipiquetes. "Salta estuvo cerca de cometer errores", recordó ayer en referencia a ese momento. Añadió que fue esta Cámara la que descomprimió el conflicto, que el debate que se produjo en este recinto provocó la reflexión del gobernador Gustavo Sáenz, que vetó parcialmente la ley antipiquetes, "que para mi gusto debió vetarla toda", pero se avanzó "para que el conflicto bajara y la provincia de Salta no pasara a ser Jujuy".
Y volviendo a Jujuy, agregó: "Me parece que priorizan los negocios mineros", que "priorizan los negocios de la tierra". Y atacó a la reforma de la Constitución jujeña a la la ley antipiquetes de Salta. "Hay un Código Penal, no es que hay un vacío legal, no es que no se puede actuar (frente a delitos cometidos durante una protesta), dejémonos de mentir", de fomentar que la sociedad crea que "con palos y represión se van a solucionar los probelmas. No es así", advirtió.