Nueve películas recientes realizadas por directoras españolas y un foco en homenaje al gran Carlos Saura (con la proyección de Cría cuervos, Deprisa, deprisa, La caza y ¡Ay, Carmela!) componen la programación de Espanoramas, la muestra de cine español que se llevará a cabo del jueves 29 de junio al sábado 8 de julio en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín. Está organizada por la Embajada de España y el Centro Cultural de España en Buenos Aires junto al Complejo Teatral de Buenos Aires, y la Fundación Cinemateca Argentina. “A lo largo de ocho ediciones y con más de cien películas exhibidas, Espanoramas se ha afianzado como una ventana abierta a lo mejor del cine español más reciente. Un verdadero mosaico de imágenes que, visto en retrospectiva, permite seguir la consolidación a lo largo de casi una década de una nueva generación de cineastas e intérpretes. Protagonistas de sus historias, pero también de la renovación de la producción cinematográfica española, cada vez más abierta, diversa y acorde con su tiempo y el país que refleja”, señala Luis Marina Bravo, Consejero Cultural de la Embajada de España en Argentina.

“¿Por qué no existía una generación de directoras que circularan por los festivales internacionales para dar un aspecto menos gris del cine español?”, se preguntaba hace años Fran Gayo, programador de Espanoramas. “Estaba claro que realizadoras como Isabel Coixet, Icíar Bollaín o Gracia Querejeta, ya en los 90, habían hecho un esfuerzo importante para asentar las bases de algo que necesitaría aún más tiempo para convertirse en un discurso formal inamovible y en una identidad que llegásemos a considerar propia quienes habíamos nacido entre los 70 y los 80. Diecisiete años después podemos afirmar que se ha dado esa eclosión de las mujeres directoras sin las que el cine español de nuestros días no podría ser entendido”, agrega Gayo.

Además de El agua, de Elena López Riera, que participó de la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes (ver nota aparte), otro de los films que se presentarán es La voluntaria, de Nely Reguera. Marisa (Carmen Machi), una doctora recién jubilada, decide viajar como voluntaria a un campo de refugiados griego donde, a su parecer, necesitan a gente exactamente como ella. Al llegar allí, se hace evidente que no tiene nada que ver con los demás. Cuando conoce al pequeño Ahmed, los límites entre la necesidad de cuidar y de sentirse útil empiezan a desdibujarse. 

Irene Borrego dirigió el documental La visita y un jardín secreto. Poco se sabe de la misteriosa figura de Isabel Santaló, una artista anciana, hoy olvidada. Pero, de tanto en cuanto, algunas visitas aparecen en su casa. A través de ellas, y de la voz de Antonio López, el único pintor de su generación que la recuerda, se perfila una película que sorpresivamente se transforma. Una película sobre la memoria y el olvido, sobre el arte y el proceso creativo, sobre qué significa ser mujer y una artista.

La maternal, de Pilar Palomero, que resultó premiada en la última edición del Festival de San Sebastián, tiene como protagonista a Carla, una adolescente de 14 años, desafiante y rebelde. Vive en un viejo restaurante de ruta en las afueras de un pueblo con su joven madre soltera mientras falta a clase y pasa las horas con su amigo Efraín. Cuando la asistente social se da cuenta de que está embarazada de cinco meses, Carla ingresa en La Maternal, un centro para madres menores de edad, donde comparte su día a día con otras jóvenes como ella. Juntas con sus bebés, se enfrentarán a este nuevo mundo de adultos para el que no les ha dado tiempo a prepararse.

Cuerpo abierto, de Ángeles Huerta, está situada temporalmente en 1909. Miguel, un joven profesor, es destinado a un pequeño pueblo de montaña en la frontera entre España y Portugal: Lobosandaus, una aldea inhóspita y de tradiciones ancestrales. Es un hombre de razón, pero no puede controlar sus deseos pasionales y, conforme se acerca el invierno, siente cómo la oscuridad se apodera de todo a su alrededor al tiempo que crece su fascinación por la enigmática Dorinda. En un lugar dominado por la superstición, la extraña muerte de un vecino del pueblo libera a un espíritu libre en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia, y que llevará a Miguel a cuestionar los límites entre el mundo de los vivos y los muertos.