“El mundo, que se precipitaba cada vez más velozmente hacia no se sabía dónde iba dejando atrás al cine. Acumulaba ruinas. El mundo acumulaba ruinas. Nosotros nos aferrábamos a ellas, las rescatábamos” dice la nueva etapa de El Eclipse en su editorial. Es decir, El Eclipse volvió. La publicación fue parte de una época y un momento, cuando el cine se pensaba en papel y una revista rosarina era posible. Posible, pero no fácil. Fueron siete números, repartidos entre 1997 y 2003 (que pueden consultarse en https://ahira.com.ar/revistas/el-eclipse/). Veinte años después, luego de intentos y contramarchas, la publicación reaparece en formato virtual –https://eleclipse2.wordpress.com/– con las firmas de Juan Aguzzi, Agustina Cabrera, Fabián Del Pozzo, Gustavo Galuppo Alives y Pablo Romano. “Así, como ahora, tras una pandemia, en medio de una avanzada ultraderechista y tras la muerte de Godard, pero con la misma estúpida convicción de hace unos 20 años, insistiendo aún en cruzar la montaña con el mismo barco: El Eclipse”, concluye la editorial.

“Me parece muy emocionante que durante estos 20 años nunca hayamos dejado de pensar en El Eclipse, porque desde aquel formato impreso nunca dejamos de programar o proyectarlo. Es cierto que lo que se dio ahora lo podríamos haber hecho en cualquier otro momento, cuando éramos más jóvenes, pero la chispa sucedió ahora. Es muy raro esto de sostener estos proyectos, pero hay determinado contexto que lo exige, y seguramente tuvo que ver con la pandemia, cuando virtualmente nos decíamos ‘es ahora’, porque hay muchos cambios, porque el cine está cambiando y se están profundizando un montón de cosas. Incluso el día en que hicimos pública la página fue por una cuestión casi accidental. Era un domingo, cada uno en su casa, escribiendo y corrigiendo, y dijimos ‘bueno, ya está, lo hacemos público’. Y así salió, o podría haberse dilatado todavía más (risas)”, comenta Galuppo Alives a Rosario/12.

-El primer foco temático está dedicado a Jean-Luc Godard, casi como si su muerte hubiera oficiado también como chispa.

Aguzzi: -Su muerte nos permitió una excusa, porque uno pensaba que Godard podía vivir eternamente. Pero la chispa no fue sólo Godard sino que había mucha conversa entre nosotros, sobre cuestiones que nos interesan mucho, sobre todo al interrogarnos acerca de qué es el cine hoy, hacia dónde va, y qué pasa con su tradición; no solo desde la irrupción de las nuevas tecnologías, sino cómo eso toma una determinada forma que todavía no se puede visibilizar exactamente. ¿En qué se va a convertir el cine en un futuro que ya está instalado? En ese sentido, interrogarnos sobre la imagen es la gran pregunta que atraviesa a muchos de los textos, siempre teniendo al cine como motor prevalente sobre todo lo escrito.

-Y pensarlo en su historia, para ver qué es lo que pasa hoy.

Galuppo Alives: -Me parece que ahí está el punto, no muchas veces trabajado entre lo que sucede en lo contemporáneo y su filiación histórica, sin disociación; porque pensar en el cine que pasó como si ahora se hubiese perdido, es negativo y derrotista; hay que pensar qué sucede hoy con el cine y la imagen. Generalmente, hoy la imagen es otra cosa, más múltiple y diversa. ¿Cuál es el cine, dónde está? Hay una omnipresencia de la imagen que exige pensarla en un modo mucho más amplio, más allá de lo que considerábamos cine, teniendo en cuenta que esto no se puede pensar sin su historia. La idea de retomar El Eclipse en este punto es de repensarlo desde ese lugar, como pregunta: ¿cuál es esta historia y genealogía que hace lo que hoy somos? Porque lo que somos tiene que ver con el modo en que nos relacionamos con la imagen.

Aguzzi: -En aquella época también intentamos preguntarnos por lo que era el cine en ese momento, para traer a lo mejor títulos que no se veían demasiado o eran difíciles de conseguir, y preguntarnos qué estaba pasando con ese cine. Ese interrogante viene desde ese lugar, ese inicio; ahora tal vez adopte otra forma, pero es casi el mismo.

Entre las plumas firmantes del nuevo Eclipse está Agustina Cabrera, quien como Galuppo Alives señala “estuvo cerca de ciertos proyectos e ideas que fuimos planteando y ahora forma parte de El Eclipse. También porque hay algo que nos veníamos planteando, y es la cuestión de género, algo que hace 20 años no sucedía ni remotamente, cuando éramos cuatro varones hablando sobre cine e invitando, en todo caso, a alguna mujer a escribir”. Según Cabrera, quienes integran El Eclipse “dan espacio a pensar junto con el cine y a dejar atravesarse por las imágenes; me parece que en este momento y esta época escasean estos espacios, que a veces pueden resultar bastante inaccesibles cuando hay una cuestión medio de nicho, como sucede en otros lugares que hacen que uno no pueda acceder. En realidad, se trata de compartir. Por eso, celebro que la revista vuelva a aparecer, porque es una gran instancia para compartir ideas, difundir lo que se está viendo y cómo se está viendo”.

Cabrera introduce también una variante generacional, como lo evidencian las “tertulias” que El Eclipse organiza jueves por medio en las instalaciones de Videoteca (Entre Ríos 1772). “Hay mucha gente joven que concurre y lo generacional me parece muy interesante, porque surgen puntos de vista, miradas y posiciones, que hay que escuchar y debatir; es ése el motivo por el cual titulamos ‘tertulias’ a estos intercambios de pareceres y miradas”, agrega Aguzzi.

Con el primer foco puesto en Godard –con varios textos que lo abordan y discuten–, El Eclipse agrega secciones, análisis, conversatorios –hay un diálogo con el ChatGPT–, entre cuyas líneas comparten lugares distintivos David Lynch, Marguerite Duras, Hernán Khourián, Verónica Rossi, Michel Foucault, entre otras y otros. Descubrirlos es tarea (y placer) de lectura.