Horacio Rodríguez Larreta eligió finalmente como compañero de fórmula a Gerardo Morales, horas después de que el gobernador de Jujuy recibiera advertencias de la CIDH y del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU por la represión de la protesta social en su provincia. Lejos de ser un problema, Larreta lo vio como un atractivo para disputar el voto duro de Bullrich: “Gerardo Morales es un hombre valiente al que nunca le tembló el pulso para defender sus convicciones", afirmó Larreta al cierre de una semana en la que el gobernador defendió a sangre y fuego una reforma constitucional que cercena derechos, elimina elecciones y prohíbe protestas.
Si alguna vez alguien intentó dividir al PRO en "palomas" y "halcones", ya esa distinción es inutilizable: todas las fórmulas tienen integrantes que van en la línea de la mano dura y el recorte de derechos sin concesiones. La elección de Larreta de su compañero de fórmula busca contrarrestrar los intentos de Bullrich de presentarse como la candidata "dura" frente a un adversario "tibio".
Compañero mano dura
Si se quiere pensar mal, se podría entender que la reforma constitucional fue acelerada en Jujuy para usarla de carta de presentación en la campaña. Y entrando en el terrenos más conspirativos, que las manifestaciones en Jujuy fueron acicateadas para presentar a Morales en un contexto de represión a los piquetes.
Larreta, no obstante, esperó a que lo más álgido de la represión en Jujuy pasara antes de hacer la presentación. Por otra parte, lo hizo prácticamente a continuación de los hechos que fueron repudiados a nivel nacional e internacional, salvo por Juntos por el Cambio. Queda en claro lo que el perfil de Morales le suma a la fórmula: es conocido por haber apresado a Milagro Sala apenas asumió y la nueva Constitución no hace más que reafirmar el perfil con el que gobernó.
El jefe de gobierno porteño suma no solo un compañero de la línea mano dura, sino al titular de la UCR nacional. Bullrich, en tanto, mantiene su alianza con el Grupo Malbec, los radicales mendocinos, que le aportaron a su candidato más duro: Petri, que viene de hacer una buena elección en las PASO de su provincia.
De esta forma, el radicalismo quedó repartido en las dos fórmulas cruzadas del PRO -en ambos casos ocupando el segundo puesto- y en una que encara en solitario Facundo Manes, aunque dado que el titular de la UCR bonaerense Maximiliano Abad acordó encabezar la lista de senadores por la provincia de Buenos Aires con Bullrich, no está muy claro con qué estructura de la UCR contará Manes (ver aparte).
Un acto vecinal
Larreta eligió presentar a su compañero de fórmula en un salón en Palermo, rodeado de vecinos y vecinas que fueron saleccionados en un casting para participar de las listas. Fue un trabajo que tuvo a su cargo el vicepresidente primero de la Legislatura, Emannuel Ferrario.
Allí Larreta dijo: “Es una gran alegría contarles que Gerardo Morales va a ser quien me acompañe como candidato a vicepresidente para cambiarles la vida a los argentinos. Es una persona de acción que hoy gobierna su provincia y les transformó la vida a los jujeños". Larreta aseguró que con Morales "se acabaron los aprietes de la Tupac Amaru”.
“Los argentinos estamos cada vez más cerca de hacer el cambio de nuestras vidas, el cambio definitivo que marque un antes y un después en la historia de nuestro país”, remarcó Larreta sobre lo que vendría a ser su presidencia, a la que busca darle una épica fundacional (al igual que lo intenta su adversaria interna).
“Es un orgullo enorme compartir con vos, que sos un hombre que también toma decisiones todos los días", le devolvió las flores Morales, que en su momento se había envalentonado con la posibilidad de que Larreta fuera su vice. Las encuestas no lo ayudaron en este punto.
En un contraste con lo que fue esta semana Jujuy, Morales aseguró que lo que hace falta es "recuperar el diálogo en la República Argentina, necesitamos restablecer orden democrático en la vida cotidiana".
Eso sí, Morales advirtió que "no faltará firmeza a la hora de tomar decisiones" y repitió que “hay que sacarle el pie de encima al campo, al que produce, al que genera trabajo”, en la misma línea que planteaba Mauricio Macri cuando sacó las retenciones (que después debió volver a instaurar).
En el entorno de Larreta, sostenían que la fórmula se complementa: un candidato "moderado" y con buenos modales y un gobernador del interior sin ninguna de las dos cosas. Lo cierto es que todas las fórmulas tienden hacia los planteos de derecha extrema que en otras épocas se buscaba ocultar.
Caminó a cucha
De hecho, Patricia Bullrich eligió como compañero de fórmula a Luis Petri, quien presentó proyectos de ley que coquetean la xenofobia y pone como ejemplo a gobernadores centroamericanos que violan los derechos humanos.
La candidata PRO siguió completando casilleros y eligió para encabezar la lista de diputados por CABA al bailarín Maximiliano Guerra, conocido por sus posiciones antiperonistas.
También sumó a su espacio al diputado Ricardo López Murphy: el Bulldog pasó de una candidatura presidencial a una de jefe de gobierno porteño, que terminó declinando en pos de una vaga promesa de integrar un virtual gabinete de Bullrich.