La justicia de Tierra del Fuego imputó a tres médicos en una causa por mala praxis tras la muerte de dos niños que fueron presuntamente mal diagnosticados cuando se atendieron en la guardia del Hospital Regional de la Ciudad de Río Grande. Por esta razón se puso en tela de juicio el proceso de contratación de los médicos en el establecimiento.
El primer fallecimiento que buscan dilucidar las investigaciones penales ocurrió el pasado 23 de mayo, cuando según la familia de Kevin (7) se acercaron a la guardia y le diagnosticaron tortícolis cuando el niño padecía una infección generalizada. Menos de un mes después, el 14 de junio, murió en su casa una bebé por un problema cardíaco de base y covid 19, según el resultado preliminar de la autopsia, pero en el hospital había sido tratada por bronquiolitis.
El abogado Francisco Giménez, representante de la familia de Kevin, contó a Télam que los padres llevaron al niño a la guardia del hospital "con vómitos y diarrea, además de fiebre y dolor de garganta". Luego de esa primera atención, la familia regresó al establecimiento médico al día siguiente al notar que el cuadro se estaba agravando, y que su hijo presentaba otros síntomas como "el cuello duro y dolores en la zona abdominal".
"Ahí es donde la misma médica de guardia le diagnosticó tortícolis y le recetó unos antiinflamatorios y unos corticoides para disminuir la contractura, que según la médica tenía, y una crema", relató Giménez. Sin embargo, la situación "continuó agravándose" y los padres volvieron nuevamente al hospital con el niño "ya muy mal, dolorido, hinchado y con casi 39° de fiebre", explicó el letrado.
"Lo atendió otro médico que no hizo absolutamente nada. Solo ordenó una resonancia magnética que no ayudó a ningún diagnóstico. Después vino un tercer médico que dispuso la internación del niño”, recordó el abogado de la familia. Y señalo que ante los pedidos desesperados de la familia para que le realizaran un estudio al niño la respuesta habría sido el maltrato y la frase: “Acá el médico soy yo”. Con el transcurrir de las horas el cuadro de Kevin continuó agravándose hasta derivar en su fallecimiento. "No lo medicaron para una infección que era evidente. Recién lo hicieron cuando ya era tarde, y se produjo una sepsis generalizada que le ocasionó una falla multiorgánica, algo absolutamente irreversible", opinó el letrado.
Los padres realizaron la denuncia de lo sucedido ante el fiscal Pablo Bramatti, quien impulsó las primeras medidas de prueba, entre ellas el secuestro de la historia clínica y la toma de testimonios. El juez de instrucción Nº2, Raúl Sahade, resolvió el miércoles pasado imputar formalmente de la presunta comisión de delitos a los tres médicos intervinientes, y disponer la prohibición de salida de la provincia de todos ellos mientras se sustancia la investigación. Según Giménez, la Justicia realizará la semana próxima la exhumación del cuerpo de Kevin y una autopsia revelará "las causas concretas del fallecimiento, lo que sin dudas servirá para develar cuáles fueron las responsabilidades médicas", indicó el abogado de la familia.
El segundo caso
Una pareja denunció ante el fiscal que su hija había sido atendida en el hospital la noche anterior a que falleciera. Los médicos de guardia le diagnosticaron "bronquiolitis" y la medicaron. Sin embargo, un informe preliminar de la autopsia arrojó que la bebé padecía de una "trombosis pulmonar, una patología cardíaca de base y covid 19".
A raíz de ello, la jueza de Instrucción Nº3 de Río Grande, Cecilia Cataldo, instruyó de oficio una investigación penal con intervención del fiscal Ariel Pinno, a los fines de determinar si hubo negligencia médica, detallaron fuentes judiciales. En el marco de esa causa se dispuso una "orden de presentación" para que las autoridades del hospital remitieran "toda la documentación médica y la historia clínica (de la bebé)".
Ambas causas iniciadas en la justicia por mala praxis generaron que se cuestione el sistema de contratación de médicos para realizar guardias en el establecimiento médico fueguino. Las autoridades de salud justificaron la medida y se refirieron a las dificultades que existen para captar personal médico que acepte cumplir funciones en la provincia, en particular para especialidades como la pediatría.
En tanto, la ministra de Salud de Tierra del Fuego, Judith Di Giglio, defendió el accionar de los médicos intervinientes y sin ahondar en detalles referidos a cada caso sostuvo que le "preocupa la liviandad con que se hacen manifestaciones públicas y se sacan conclusiones sobre el posible resultado de un tratamiento médico".
"Los médicos estudian durante muchos años para atender a una persona y cuando hay un desenlace no esperado, más al tratarse del fallecimiento de un niño, sufre todo el sistema de salud", observó la ministra en declaraciones a medios fueguinos. Di Giglio también deslizó que existen "bacterias muy virulentas" con circulación "en todo el mundo" y que son muy difíciles de tratar.