Lo que hizo Maxi Rodríguez en su carrera deportiva quedó fielmente sintetizado anoche en una fiesta extraordinaria en el Coloso. No faltó nadie y la emoción atravesó a todos en el parque Independencia. Jugadores de diferentes generaciones se acercaron, campeones del mundo, compañeros de la Fiera en sus diferentes clubes y más de 40 mil hinchas animaron en el estadio leproso un partido de despedida para el ídolo contemporáneo de los rojinegros. Lionel Messi se hizo presente en los festejos, todo el estadio explotó en su aparición pero también Angel Di María se llevó el reconocimiento de los hinchas con ovación y aplausos. La fiesta de los leprosos se la apropió la ciudad.
Maxi los convocó para su partido de despedida. Pero todos fueron a homenajear a la persona, al amigo, desde Lio Messi hasta Mario Zanabria, pasando por Angel Di María y Gerardo Martino. Un espectáculo que quedará en la memoria de la ciudad, incomparable, como la carrera que hizo Maxi jugando al fútbol y regalando sus mejores años con la rojinegra.
La fiesta derribó todos los temores. Un partido de despedida que mostró a Rosario sin el estereotipo de la violencia. Maxi hizo saber que la ciudad, entre sus principales características, tiene a su fútbol, la pasión por la redonda que el propio Maxi siempre interpretó desde la más sencilla mirada amateur. Ese Maxi que se emocionó con la llegada de Angel Di María, el ídolo de la Selección campeona del mundo que pisó el Coloso junto a Paredes y Scaloni y encontró un cerrado aplauso de los leprosos. Los jugadores se fueron presentando en grupo. Los compañeros del Seleccionado Sub 20 campeón del mundo en 2001, Saviola, Ponzio, Rosales, Burdisso, Lux, D’Alessandro, y Pekerman, el entrenador de aquel equipo; los amigos de la Selección, Demichelis, Gago, Banega, Lavezzi, Andujar; los campeones de Newell’s en 2004, Ortega y Villar, muy ovacionados, Marino, Belluschi, Fernández y Vella; los históricos de Newell’s, Martino, Sensini, Berizzo y Zanabria, el más ovacionado; los históricos de la Selección, Batistuta, Giusti, Milito, Cambiasso y Sorín; los campeones Newell’s 2013, Scocco, Pablo Pérez, Heinze, Bernardi y Mateo. Y también fueron presentados Claudio Tapia, presidente de la AFA y Alejandro Domínguez, de Conmebol. A las 19 llegó el momento de la irrupción de Messi, que hizo delirar a los hinchas. El diez se acomodó en los escalones montados para que se acomoden los invitados y saludó a cada uno de ellos, mientras Maxi Rodríguez se encontraba atrapado por los nervios en el vestuario esperando por su presentación. La Fiera, al pisar el césped, no pudo disimular la emoción. “Espero que disfruten, les agradezco a los hinchas, a todos los invitados que hicieron un esfuerzo para estar y a los amantes del fútbol”, expresó.
Hubo fútbol entre los “amigos de la Selección” y los “amigos de Newell’s. El primero formó con Andujar; Scaloni, Milito, Sorín, Gago, Cambiasso, D’Alessandro, Saviola, Maxi Rodríguez, Messi y Di María. Los leprosos con Villar, Vella, Sensini, Heinze, Aurelio (compañero de Maxi en Liverpool), Pablo Pérez, Mateo, Marino; Ortega, Batistuta y Trezeguet. Antes de empezar a jugar, el estadio sorprendió a Di María: “Fideoooo, fideooo”, ovacionaron los leprosos y el ídolo de Central que aceptó al regalo con una sonrisa de satisfacción. Y cuando comenzó el partido Baldassi le sacó tarjeta amarilla a Pablo Pérez y todo el estadio se rió. Messi ejecutó un tiro libre y dejó parado a Villar para el 1 a 0. La Fiero hizo el segundo y al minuto once se apagaron las luces para ver en el cielo una coreografía de drones que dibujó el número 11.
Batistuta descontó de penal y aparecieron cambios. Ingresó la cantante Soledad, que entonó el himno, Luciana Aymar, Pachu, Pablo, jugadoras del equipo femenino leproso, de la Selección femenina y muchos más. Salieron todos menos Maxi y Messi. Los Auténticos Decadentes estuvieron a cargo del show musical en el entretiempo sobre un escenario que lució una bandera gigante con forma de camiseta y el once en la espalda. Maxi se puso la rojinegra para jugar el segundo tiempo y salió Messi. Las hijas de Maxi, Alma y Aitana, entraron a la cancha para jugar con papá. Alma puso en ventaja a la Lepra al recibir pase de papá y luego llegó el tanto de Aitana. El partido se interrumpió para el ingreso de Benjamín Agüero, hijo del Kun y Dalma Maradona, quien le entregó a Maxi una camiseta que Diego usó en su paso por Newell’s en 1993. Se la puso y el cierre de la noche llego con un video con testimonios de su mamá, abuela e hijas que lo conmovieron. Poco pudo decir, pero entre lágrimas agradeció el “respeto” que lo hinchas tuvieron para Di María y Lavezzi, y la presencia de Messi en los festejos. Recorrió toda la cancha y saludó a todos. Le llegó el momento del retiro. Fueron las últimas lágrimas del jugador. Queda el ídolo en un lugar privilegiado de la historia del club.