Es como una pregunta-recuerdo sobre aquella foto en que estábamos con vos, Luis y Black cuando éramos el trío Pescado Rabioso, ya se había ido Bocón, pero todavía no estaba David. ¿Qué estabas haciendo, escribiendo, proyectando, cuál era la pregunta que volaba por el aire en esos momentos?
-Aquella foto fue tomada en 1973, cerca del puerto porteño, a un costado de la avenida Lugones. En esos días yo conducía dos programas por Radio Municipal- El son progresivo y La joven música- donde también realicé Rock en Buenos Aires, con Ángel del Guercio, y Nueva música urbana, con Oscar del Priore. Estaba enfocado cien por ciento en la promoción del rock argentino. También coproducía recitales de bandas nuevas con Oscar López y Eduardo Plá: nada menos que Pescado Rabioso, Aquelarre, Color Humano, Pappo’s Blues, etc., desde nuestra oficina Rock Centro (alquilada en Viamonte y Suipacha). La pregunta que volaba era el retorno a la democracia con la vuelta de Perón al país (a la Argentina “liberada”), la grabación de Pescado II, y las reuniones que habíamos promovido todos los domingos desde el verano en el Parque Centenario, entre músicos y público de rock. Eso lo diseñamos desde la casa de Jorge Pistocchi, con él, Luis Alberto, Rodolfo García, Emilio del Guercio, Héctor Starc, los poetas Hugo Tabachnik y Marta Kelly… En el interín, el trío Pescado (Luis, Black y Cutaia) avanzaba la grabación del disco en Phonalex y comenzó el ciclo Rock en Teleonce. No teníamos fotos para hacer prensa y salimos una tarde a producirlas. También promovimos un concierto del trío en el Teatro Odeón, mientras que la llegada del invierno nos ahuyentó del parque y nos prestaron una casa en construcción cerca de Constitución, donde todos (unos 300) desfilaron con la idea de fundar una comunidad rockera. Polemizamos con Pistocchi, él proponía puertas abiertas, yo sugería cierta supervisión porque nos estaban copando los “pinchettos” (así se llamaba a los adictos a las drogas por entonces) de Plaza Francia por un lado, y los seguidores del siloísmo por el otro. Siguieron funcionando durante semanas los grupos de poesía, psicología, arte, comunidades, alimentación y música, mientras voluntarios acumulaban los escombros a un costado de la planta baja. Albe Pavese compuso una canción alusiva a la movida: “Sí, estamos juntos”. En cierto momento, el caos se apoderó de la escena: votamos, compramos una cadena y un candado, y establecimos horarios. Eso generó mala onda del sector anarquista. Así que un día cerramos el candado, le pasamos la llave al dueño de la casa y bajamos el telón.