Bajo el letrero tipo catástrofe de "actividad no rentable", muchos deportes con escasa imaginación han institucionalizado las dudosas ayudas de todo tipo de entrepreneurs (propietario de un negocio que lleva a cabo sus dividendos en internet) del deporte.
El último escándalo que involucra a la empresa Kosmos del ex futbolista Gerard Piqué, con un juicio con la Federación Internacional de Tenis (ITF) por el incumplimiento de un contrato para desarrollar un nuevo formato de la famosa Copa Davis.
No es la primera vez que aventureros que muchas veces provienen del mismo deporte, y muchas otras veces simplemente del mundo de los negocios, intentan con la complicidad o ignorancia de la dirigencia deportiva y también de los medios, quedarse con algún deporte bajo el mentiroso lema "todo para el deportista".
Así fue como sucedió hace unos seis años con la ISL en natación, que prometía "enfocarse en los nadadores", sólo que no contaba que los beneficiarios serían escasamente unos 300 de todo el mundo, que le darían cierta universalidad y justificación a los eventos. Pero aquellos que se llevarían la parte del León serían no más de diez estrellas y una docena de empresas. ¿El resto?, a mirar por televisión.
Lo de la Davis, más allá del posible episodio judicial que se produzca, cambiaba un formato de competencia que contribuyó a una gran popularización del tenis de representación nacional, y no tan sólo de un deporte individual o de élite. El otro formato ha sido tan ambiguo que ni siquiera los organizadores pudieron explicarlo con coherencia.
Ahora que se cayó el negocio, surge el reparto de culpas en los deportes, mientras los entrepreneurs buscan otro horizonte de inversiones ante la bovina pasividad de la mayoría de los actores.
* Ex Director Nacional de Deportes.