Los guatemaltecos votaron este domingo para elegir un nuevo presidente entre incidentes y denuncias de compra de votos y sin grandes ilusiones de superar la pobreza, la violencia y la corrupción que golpea al país. Luego de una campaña marcada por la exclusión de candidatos y la persecución a la prensa, la socialdemócrata Sandra Torres encabeza la intención de voto, seguida por el centrista Edmond Mulet, la derechista Zury Ríos y el oficialista Manuel Conde, según los últimos sondeos. Al cierre de esta edición el escrutinio oficial alcanzaba apenas el uno por ciento del padrón.
Al emitir su voto, Torres denunció que el partido oficialista Vamos estaba "comprando votos" y pidió al presidente derechista Alejandro Giammattei que cumpla su promesa de respetar los resultados de los comicios. "Hemos recibido reportes un poco preocupantes sobre algún tipo de amenazas y los candidatos oficiales regalan dinero a los votantes", señaló Mulet, otro de los favoritos luego de votar en la escuela capitalina José Antonio Sálazar.
Al menos cinco municipios de los 340 que componen Guatemala sufrieron problemas e incidentes durante la jornada electoral. En dos de ellos hubo enfrentamientos entre pobladores y policías que lanzaron gas lacrimógeno para disolver las protestas por supuestas anomalías en las elecciones. Los disturbios se registraron en San José del Golfo, al nordeste de la capital, donde fue suspendida la votación, así como en San Martín Zapotitlán, al sur de la Ciudad de Guatemala.
En caso de ser la más votada, Torres sería la primera mujer presidenta de Guatemala, y ha hecho de eso uno de sus caballitos de batalla durante la campaña. De acuerdo con expertos, la candidata de 67 años cuenta con un voto sólido en las zonas rurales e indígenas del país, no así en el área urbana. Durante el gobierno de su exesposo Álvaro Colom, Torres se destacó por estar al frente de la implementación de programas sociales en zonas pobres del país.
Por su parte Mulet, exfuncionario de la ONU, promete sacar al Ejército a las calles de forma "temporal" para combatir la delincuencia. Se presentaron 22 candidatos presidenciales, algo usual en Guatemala. Si ninguno consigue la mayoría absoluta, como marcan las encuestas, habría una segunda vuelta el 20 de agosto. Además del nuevo presidente, en estos comicios fueron elegidos 160 diputados, 340 alcaldes y 20 representantes al Parlamento Centroamericano.
Organismos nacionales e internacionales insistieron en que el proceso electoral fue irregular por diversos motivos, pero principalmente por la exclusión de tres candidatos de manera arbitraria: la líder indígena Thelma Cabrera,Roberto Arzú García-Granados --hijo del expresidente Álvaro Arzú Irigoyen-- y el empresario Carlos Pineda, líder en las encuestas.