La jueza Carolina Poma Salvadores condenó a penas de prisión domiciliaria a dos hombres por haber violado a una niña de 10 años en la localidad El Quebrachal, en el departamento Anta. La madre de la nena manifestó su disconformidad con la modalidad de cumplimiento de la condena, puesto que ya había denunciado antes a uno de los acusados por incumplir la preventiva con arresto domiciliario.
Poma Salvadores dictó este veredicto el 22 de junio y aunque condenó a los dos acusados, les permitió que cumplan la pena en prisión domiciliaria "por motivos de salud y debido a su edad avanzada".
Andrés Olivera fue sentenciado a 12 años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal y por varios hechos de abuso sexual simple, en perjuicio de una niña. Por otro lado, Audón Aniceto Prado fue condenado a 8 años de prisión.
La fiscala María Celeste García Pisacic había solicitado en sus alegatos 10 años de prisión para Prado y 14 para Olivera.
El Poder Judicial y la fiscalía informaron que Olivera tiene 51 años de edad, aunque la madre de la niña indicó que tendría 63 años. Por otro lado, Prado tiene 78 años.
"Estamos enojados, con mucha impotencia, por la domiciliaria. Siento que no puedo hacer más nada. No sentimos justicia. Ellos van a estar tranquilos en su casa. Deberían estar presos por la gravedad de lo que han hecho. A mí y mi familia no nos parece. Si pudiéramos hacer algo más lo haríamos. Tenemos miedo de encontrarlos en la calle, más por mi hija que está aterrorizada", dijo la madre a Salta/12.
Asimismo, expresó que espera que las autoridades esta vez controlen a los condenados y les coloquen "por lo menos una pulsera" electrónica y consignas policiales. Explicó que su preocupación se debe a que Olivera incumplía la prisión preventiva con arresto domiciliario cuando lo tenía asignado en Joaquín V. González, ciudad que se ubica a 30 kilómetros de El Quebrachal.
"No estamos seguros de que estén en domiciliaria. Lo vi antes en la calle (a Olivera) paseándose como si nada (en mayo)", contó la madre. Aquella vez lo filmó de espaldas, caminando. Aunque denunció el incumplimiento de la prisión preventiva en la policía no se tomaron medidas.
La madre lleva a su hija a terapia psicológica con una profesional de Joaquín V. González, y expresó temor de encontrarse con el acusado de nuevo cuando viaja a esa ciudad. "Verlo nomás sería para nosotros traumático, en el sentido de que entenderíamos que no están pagando nada", señaló.
La mujer contó además que no se le dio información ni participación durante el juicio. Dijo que no le brindaron información del día, horario ni ciudad en que se dictaría la sentencia ni se le notificó hasta el momento el veredicto y que se enteró de las condenas cuando fue consultada por este diario.
La primera audiencia del juicio se realizó en la ciudad de Metán, la segunda en Joaquín V. González, donde declaró la madre de la niña, y luego siguió en Metán.
La mamá contó que cuando preguntó por el horario de la sentencia a una secretaria administrativa del auxiliar fiscal Rolando Savall Soto, a cargo de la sede de la fiscalía en El Quebrachal, le respondió que el funcionario desconocía tales datos. "Cuando mandé mensaje a la secretaria de la fiscalía, me respondió que el doctor no sabe el horario, con poca importancia", relató. Esto fue un día antes de que se dictara el veredicto.
Además la madre recordó que el auxiliar fiscal la trató "mal" antes cuando se negó a prestar conformidad con un juicio abreviado. "Nunca me dijeron nada respecto a presenciar el juicio. Después de declarar, pregunté a la fiscal si tenía que volver, me dijo que no, que eso era todo. Yo estaba confundida. Lo único que me han dicho es que me iban a notificar", dijo la madre de la niña.
Añadió que cuando se abrió la causa consultó en la fiscalía si podía tener abogado o abogada y le dijeron que no era necesario. De este modo, no se le explicó que podía constituirse en querellante y cuando ante algunas irregularidades que advertía consultó con un letrado, ya estaban vencidos los plazos judiciales para que la representara en el proceso.
Antes de que iniciara el juicio, vencido el plazo para constituir la querella, la madre pidió a la asesora de incapaces de Anta, María Susana Zenzano Poma, que representara a su hija en el juicio, pero contó que la funcionaria le dijo que no podría pero que la asesora de Metán, Karina Sing, lo haría. Sin embargo, la mamá indicó que no tuvo esa representación.
La niña reveló el 11 de noviembre de 2021, en el ámbito escolar, que era víctima de abuso sexual. La directora de la escuela denunció la situación. En ese momento la policía fue a buscar a la madre de la niña, quien al tomar conocimiento de los hechos también radicó la denuncia.
Revictimización en la escuela
La madre contó que su hija está siendo revictimizada en la escuela a la que asiste y que sus compañeres están ejerciendo bulliyng contra ella. Esto ya había pasado en 2021 cuando la nena habló y se denunció a los hombres que la violentaron sexualmente. Por las burlas de otres niñes, la mamá contó que la había cambiado de turno.
Ahora, "le escribieron en el baño. Le pusieron cosas (...) Es todo un trauma, que no se acaba nunca. Esa sentencia judicial para mí no vale nada", lamentó la madre. También contó que dos niñas increparon a su hija.
La mamá dijo que la psicóloga que asiste a su hija le explicó que la violencia escolar que está viviendo "no es cualquier cosa" y que la institución debe hablar con los padres y madres (o tutores) de les estudiantes, y labrar un acta.
Contó que después de esto fue a plantearle la situación a la directora de la institución y aún espera que tome medidas. "No terminé de decir unas cuántas palabras y me largué a llorar, mi hija demasiado ha sufrido", expresó.
La mamá consideró que hay responsabilidad de los padres y madres de les estudiantes en esta situación. "Yo a mi hija la mando a estudiar, a jugar, pero no le enseño que se ría de nadie", señaló. "En la escuela me dijeron que ya se iba a solucionar, que iban a hablar con los chicos. La señorita (la maestra) me dijo que me quede tranquila, pero (antes) pasó lo mismo, nunca hablaron con los padres", contó la mamá. También indicó que en la escuela se comprometieron a realizar "un taller para hablar del bullying".
"Les dije (a la directora y la maestra) ¿quién se va a hacer responsable si mi hija toma una decisión de quitarse la vida por lo mal que la tratan?", señaló la madre.