“La potencia de la literatura reside en su tremenda resistencia a la domesticación y en su capacidad para ponernos en problemas”, plantea la escritora cordobesa María Teresa Andruetto, que inaugurará el Filba Nacional en Santiago del Estero este jueves 29 de junio con una conferencia en la que reflexionará sobre para qué sirven los relatos cotidianos, los cuentos y las novelas. En esta edición, que se extenderá hasta el sábado 1° de julio y que pondrá el foco en la escritura y la memoria, en la literatura como espacio fundacional de la humanidad, participarán Mempo Giardinelli, Pablo de Santis, Claudia Masin, Hernán Ronsino, Mariana Ruiz Johnson y varias escritoras de Santiago del Estero, entre las que se destacan Belén Cianferoni, Gabriela Álvarez y Leticia Auat. Después de la apertura de Andruetto, el destacado jazzista y saxofonista Luis Nacht cerrará la primera jornada de este festival de literatura.
Andruetto advierte que la literatura es “pura desobediencia” que persiste más allá de los intentos de acorralarla, desactivarla, volverla “más potable”. La autora de Lengua madre, Los manchados, La mujer en cuestión y la más reciente Aldao, entre otras novelas, recuerda lo que decía Marcos Mayer (1952-2021). “A diferencia del entretenimiento que iza una bandera blanca frente a las turbulencias que estremecen la paz, el arte nunca termina de entregarse por completo. Por eso podemos ver más de una vez una película, contemplar sin cansancio un mismo cuadro, escuchar hasta el hartazgo la misma melodía o releer un libro como si fuera el primer encuentro con él”.
En un estadio de perfeccionamiento de la tecnología, ¿la Inteligencia Artificial podría lograr escribir a la manera de Jorge Luis Borges? “Me parece que nada excepcional viene de ahí, al menos todavía”, aclara Andruetto a Página/12. “Lo ven quienes consultan sobre escrituras y piden un poema o un cuento o incluso un texto informativo. El resultado es instrumental, convencional, estereotipado. Falta ahí el alma, tal vez porque las máquinas todavía no pueden sentir dolor. Pascal Quignard dice que la literatura ama una voz que sube desde lo invisible, que suena en el fondo del alma. El alma de lo que hacemos. Hay quienes piensan (yo soy una) que la creación debe detenerse apenas un instante antes, debe mantener una pizca de desprolijidad, de desacato a la corrección, como los cacharros hechos a mano, para que pueda uno ver ahí el alma”.
En la programación de esta edición que se hace por tercera vez en la ciudad de Santiago del Estero, tras lo sembrado en 2019 y 2022, habrá charlas, talleres y noches de poesía. Una de las actividades, “Todo puede ser de otra manera”, intentará responder a un puñado de preguntas: “¿cómo dialoga la poesía con el pasado, con lxs otrxs, con las formas de representación, con la construcción de una identidad individual y colectiva? ¿Se puede hablar de una función social y política de la poesía? ¿Tiene la poesía, como asegura Claudia Masin, la capacidad de mostrarnos que todo puede ser de otra manera? Levantarán la temperatura del debate la propia Masin, escritora y psicoanalista que nació en Resistencia (Chaco), vivió en Buenos Aires y actualmente reside en Córdoba; la escritora santiagueña Belén Cianferoni y La garganta diversa, un grupo de creación literaria compuesto por mujeres y disidencias pertenecientes a la provincia de Santiago del Estero.
“La poesía avanza, avasallante, como una planta trepadora sobre los lugares donde la humedad decide habitar”, cuenta Cianferoni desde Santiago del Estero, la ciudad donde nació en 1987. “Escribir en el interior del interior de la Argentina nos obliga a ver el mundo de otra manera y a encontrar múltiples formas para vivir en este vasto lenguaje. Si bien estamos acostumbrados a un tipo de color de piel o a una sola forma de hablar, hay otros dialectos, más allá del rioplatense, que nos permiten pensarnos de otra manera. La diversidad en Santiago del Estero es una realidad innegable, porque sentimos a la Argentina de otra manera. Cómo las plantas, crecimos... Pero en un ambiente plagado de gerundios y de conjugaciones verbales distintas a las habituales en los libros que normalmente se editan para el consumo mainstream”, aclara la autora de Damage Therapy, Vudú y Matar a Kant.
“En Santiago no somos únicamente folclore, sino feminismo, queer, lucha, academia, raíces, brishitos de colores y vanguardia", enumera Cianferoni. "La tecnología nos atraviesa, al igual que la quichua se resiste a irse de nuestra cotidianidad, por eso podemos encontrar textos plagados de regionalismos en distintas plataformas, en redes sociales y en múltiples páginas web. La poesía sucede, y no pide permiso, en los momentos más difíciles y en los parajes más remotos. En Santiago hay mucho trabajo. Basta con abrir la mente e intentar seguir el sonido que no canta la misma canción que todos”.