El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inscribió su precandidatura para buscar la reelección en los comicios de 2024, pese a los señalamientos de inconstitucionalidad que él mismo sostuvo en el pasado. Bukele impulsó en los últimos meses una contundente "guerra contra las pandillas" en virtud de la cual detuvo a más de 70 mil presuntos pandilleros y trató de erradicar cualquier rastro que hayan dejado en la sociedad salvadoreña, incluidos mausoleos y tumbas. A pesar de lo draconiano de la medida, las encuestas respaldan rotundamente al mandatario y su estrategia de seguridad.
"El partido más grande de la historia"
"Comunicamos al pueblo salvadoreño que el presidente Nayib Bukele y el vicepresidente Felix Ulloa, ya están inscritos como precandidatos para presidente y vicepresidente de la República de El Salvador en el partido más grande de la historia", indicó el partido oficialista Nuevas Ideas (NI) en su cuenta de Twitter. Tanto Bukele como Ulloa, actual vicepresidente, participarán en las elecciones internas que realizará el partido el próximo nueve de julio, en las que serán definidos los candidatos con los que ese partido participará en la elección presidencial de febrero de 2024.
Bukele anunció su intención de ir por la reelección en septiembre de 2022, un año después de un cambio de criterio de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema. Hasta antes de la decisión de los jueces constitucionalistas, que fueron elegidos en un proceso señalado de irregular en la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista tras destituir a sus antecesores, un presidente debía esperar diez años para intentar buscar nuevamente la presidencia.
La nueva resolución señala que para buscar un nuevo mandato, el presidente debe pedir licencia "seis meses antes del inicio del periodo presidencial". Es decir, Bukele únicamente gobernaría los primeros seis meses de su quinto año y debería apartarse de la presidencia en enero de 2024.
Críticas a la precandidatura
Distintos abogados, incluso la estatal Universidad de El Salvador, entienden que la reelección de Bukele supondría la violación de varios artículos de la Constitución, como el que señala que la persona que haya ejercido la presidencia no podrá "continuar en sus funciones ni un día más". El precandidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Manuel Flores, sostuvo que la ley es clara y la Constitución de su país no permite la reelección.
"Cada partido utiliza sus métodos pero la ley es la ley. La ley dice que no hay reelección y por lo tanto no hay ninguna posibilidad real de que Bukele participe", enfatizó Flores, quien agregó: "Veámonos en el espejo de Honduras, la Sala hizo también una interpretación y permitió la reelección de Juan Orlando Hernández y ya vimos cómo terminó todo". El expresidente hondureño se encuentra preso en Estados Unidos donde enfrenta cargos de narcotráfico y posesión de armas.
El próximo nueve de julio Nuevas Ideas también elegirá en sus elecciones internas a los postulantes que competirán en los comicios legislativos y municipales, además de los candidatos a diputados para el Parlamento Centroamericano (Parlacen). Las elecciones del presidente y los diputados del Congreso se realizarán el próximo cuatro de febrero, mientras que las de concejos municipales y del Parlacen serán el tres de marzo.
Recientemente, por impulso del gobierno de Bukele, el Congreso aprobó una reforma para disminuir de 84 a 60 los escaños en el Congreso y reducir de 262 a 44 los municipios en los 14 departamentos del país. Ambas medidas entrarán en vigor en mayo del próximo año.
Paladín de la mano dura
Bukele llegó al poder en 2019 con el partido de extrema derecha Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana) como vehículo electoral luego de la demora en la inscripción de su partido Nuevas Ideas, que es dirigido por uno de sus primos. Cientos de salvadoreños se congregaron en torno a la sede del partido en la capital, San Salvador, para, principalmente, mostrar su apoyo al presidente Bukele, aunque también a los otros más de 30 candidatos inscritos, según el diario La Prensa Gráfica.
Las encuestas señalan que nueve de cada diez salvadoreños aprueban la gestión de Bukele, que prometió devolver la seguridad a las calles luego de declarar en marzo del año pasado una "guerra" a las pandillas criminales. La cruzada contra esos grupos delictivos se sostiene en un régimen de excepción cuya última prórroga, la décimoquinta, fue aprobada por el Congreso a mediados de junio.
El estado de excepción habilitó al gobierno salvadoreño a suspender ciertas libertades y garantías constitucionales, desplegando militares en las calles, extendiendo el plazo máximo de detención provisional de 72 horas a 15 días y prohibiendo el derecho a reunión. Bajo esa medida fueron detenidos unos 70 mil presuntos pandilleros.
La ONU y organismos humanitarios como Human Rights Watch o Amnistía Internacional alertaron sobre las "evidencias graves" de abusos a los derechos humanos desde que rige el estado de excepción. El gobierno, por su parte, hace oídos sordos a las críticas y se centra en las cifras de reducción de homicidio.