La disputa política en Córdoba continuó tras la polarizada elección a gobernador del domingo con un escrutinio provisorio que se paralizó en el 94,9 por ciento de las mesas de votación. El oficialista Martín Llaryora de Hacemos Unidos por Córdoba se proclamó ganador con el 42,76 por ciento de los votos y se quejó porque su contrincante Luis Juez (Juntos por Córdoba, versión local de JxC), a quien aventaja por 3 puntos, no reconoció la derrota. “Yo tengo que estar caliente", dijo Llaryora. Por su parte, Juez respondió: “Estamos discutiendo una diferencia de 57.000 votos y hasta anoche había 200.000 que hay que contarlos a mano, así que los vamos a contar uno por uno”. Con 39,76 por ciento de los sufragios a favor dio cuenta de esta manera que no aceptará el triunfo oficialista hasta que se cuente el último voto. “A los bandidos no les reconozco nada”, lanzó.

El lento y cuestionado escrutinio provisorio de la Boleta Unica de Papel que realizó la empresa privada Ocasa dejó un sabor amargo de ganadores y abrió quejas de los perdedores que volvieron a cruzarse el día después de la elección provincial que tuvo menos participación ciudadana que otras, incluso desde el retorno de la democracia: 68,27 por ciento de los 2.984.631 habilitados a votar. Hubo cruces entre el Tribunal Electoral a quien el gobierno responsabilizó por la demora y la empresa y mañana miércoles comenzará el escrutinio definitivo que se conocerá una semana más tarde.

Los cruces entre Llaryora y Juez

“Imaginate que ganaste el partido pero te quieren dar la copa dentro de 10 días”, respondió Llaryora a los periodistas sobre el conteo de votos y dijo que su equipo fue el más perjudicado por la demora. “Todos los agravios que nos dijeron nos duelen porque hemos hecho un gran esfuerzo, como todos los candidatos”, declaró el autoproclamado gobernador electo durante un acto oficial aún como intendente de la capital cordobesa.

Del otro lado, Juez ratificó que no reconocerá la victoria de su contrincante hasta el escrutinio definitivo. El candidato de JxC le apuntó a las demoras y fallas del conteo provisorio: “A los bandidos no les reconozco nada, me hubiesen llamado anoche, me hubiesen dicho cómo era el tema, hubiesen hecho las cosas como corresponde”, dijo en una entrevista con radio Mitre Córdoba. Y aunque siguió sin reconocer el triunfo del oficialismo cordobés, su verborragia le jugó un traspié: “Nos ganó una banda de tipos sin ningún escrúpulo, que utilizaron todos los recursos. Siento que fue una campaña de mierda. Usaron todo, toda la plata del Estado”, acusó. “Yo soy un buen perdedor cuando soy perdedor, pero cuando los tipos te juegan de esa manera con semejante mugre. La verdad que tengo una gran desilusión. Esperé qué (el gobernador Juan) Schiaretti se fuera de otra forma. Es una lástima la forma en que lo hacen ir a Schiaretti del poder, ignorado por los propios y con la misma mecánica que entró”, manifestó con bronca.

Datos de una elección reñida

A pesar de haber retenido la gobernación y prolongar los 24 años de hegemonía del binomio Juan Manuel de la Sota-Juan Schiaretti, el peronismo “cordobesista” de Hacemos Unidos por Córdoba deberá afrontar en el nuevo contexto una nueva gestión con menos músculo político propio que en anteriores ocasiones.

Cerca de Llaryora le atribuyeron el triunfo a la “gestión” del propio candidato a gobernador. Una victoria que, de acuerdo a su propio análisis, se apuntaló con los contundentes resultados en la Capital cordobesa, donde el intendente Llaryora —que desplazó hace cuatro años a la UCR de JxC— cosechó 7 puntos de diferencia sobre Juez. Lo mismo sucedió en el departamento de San Justo, la cuenca lechera pegada a Santa Fe, cuya cabecera es San Francisco, el municipio en el que Llaryora fue dos veces intendente. Ahí —sostienen— estuvo la clave para el ajustado triunfo.

Esas cifras compensaron la mala performance en Río Cuarto y Villa María. En Río Cuarto, el oficialismo no sólo no logró arrastrar el caudal electoral hacia la figura de Llaryora sino que incluso perdió frente a la oposición. Tampoco fue buena la cosecha en Villa María, donde había cerrado una alianza con el intendente Martín Gill, exfuncionario de Alberto Fernández: allí, Juez ganó por 10 puntos.

El oficialismo también perdió intendencias que estaban en juego en esta elección. En Villa Nueva, la ciudad “gemela” de Villa María, Hacemos Unidos perdió la intendencia a manos de Cambiemos. En Río Ceballos también hubo un “cambio de signo”: Eduardo Baldassi (HUxC) --hermano de Héctor “Coneja” Baldassi y diputado de JxC-- perdió frente a Ezequiel Lemos (JxC). En Mina Clavero ocurrió algo similar: Luis Quiroga (JxC) venció al intendente Claudio Manzanelli (HUxC), quien iba por la reelección. Diferente fue en Carlos Paz, donde Esteban Avilés (HUxC) ganó la intendencia pero Juez se llevó la victoria a la gobernación, donde el electorado local marcó sus diferencias dentro de la alianza oficialista en la Boleta Unica de Papel.

Los resultados marcaron a grandes rasgos el mapa electoral de Córdoba: el norte provincial fue para el oficialismo, mientras que el sur agropecuario fue para la oposición asociada a JxC.

El oficialismo también perdió la mayoría en la legislatura Unicameral. De acuerdo al sistema D’hont, JxC tendría 20 bancas, las mismas que HUxC. Si JxC logra sumar otras bancas afines como el frente "antiderechos" de Encuentro Vecinal y los libertarios (que obtendrán una banca), la oposición tendrá mayoría. Algo inédito desde que se instauró la Boleta Única de Sufragio. A lo que también habría que sumar, aunque con un sentido opuesto, la banca que logró el Frente de Izquierda (FIT-U). Muy diferente fue la elección del kirchnerismo, que con apenas el 2 por ciento de los votos hizo su peor elección en la provincia y no tendrá ni un legislador

El resultado electoral no dejó muy conforme al llaryorismo, donde se manifestó el malestar porque sostienen que Schiaretti no movilizó todo su aparato para respaldar al candidato oficialista. Números que también complican las aspiraciones del candidato de HUxC, Daniel Passerini, que el próximo 23 de julio competirá por la intendencia de la Capital cordobesa frente al diputado nacional Rodrigo De Loredo de JxC. 

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