En la tercera audiencia del juicio que se sigue contra el exintendente de Campo Quijano, Manuel Cornejo, y su secretaria de hacienda Carmen Mendez, declararon exfuncionarias y exfuncionarios de su gestión, también un perito del Cuerpo de Investigaciones Fiscales que expuso las fotografías e imágenes de dron tomadas cuando incautaron la maquinaria de la municipalidad en un predio privado.
El perito del CIF, José Luis López, declaró este lunes y expuso los registros fotográficos y los captados por un dron, cuando se produjo el secuestro de maquinaria de la municipalidad en posesión de Cornejo, en el loteo privado Pucará, y que fue hallada meses después de que dejara el cargo.
Otra testiga fue Miriam Silvina Canchi quien cumplió funciones como secretaria de acción social en 2015, luego como coordinadora de Políticas Sociales en el período de 2016-2017 y concejala entre 2017 y 2019.
El querellante Rodrigo Palazzo, indagó a Canchi por las autorizaciones de gasto público que realizaron en el Concejo Deliberante al exintendente. La testiga dijo que las cuentas eran remitidas pero no recordaba si se aprobaron o no. Indicó que todos esos trámites quedan registrados en la institución legislativa.
Canchi también fue interrogada respecto a la falta de rendición de cuentas de los fondos entregados por el Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Social, ya que el organismo había realizado una intimación a la municipalidad cuando ella era secretaria de acción social. Sin embargo, no dio demasiadas precisiones, respondió que conocía la intimación por un "detalle" faltante en la rendición de cuentas.
Ante la insistencia de las preguntas realizadas por la fiscala Ana Inés Salinas Odorisio, por la "mora" en la rendición de cuentas, Canchi dijo que "al municipio se le asignaba un monto, a veces no gastaba todo el dinero".
La exfuncionaria explicó cómo era el mecanismo mediante el cual brindaban ayuda económica a las personas que la solicitaban en el municipio. Sostuvo que manejaban distintos programas con fondos del Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Social como asistencia crítica, pan casero y guarderías. Dijo que era Méndez, entonces tesorera municipal, quien estaba a cargo.
Canchi manifestó que recibía dinero y entre sus funciones, estaba distribuirlo y hacer las remisiones, en 2015, cuando era secretaria de acción social.
La testiga dijo que para requerir la asistencia municipal, los pobladores debían presentar una nota exponiendo su necesidad y luego ese pedido se trasladaba a Tesorería que tenía las facultades para autorizar.
La testiga dijo que el intendente tenía "firma conjunta" con el intendente. Indicó que cobraba cheques para entregar el efectivo en concepto de ayuda social cuando se trataba de varias personas como destinatarias. También indicó que había casos en que podía entregar el cheque por una suma a una sola persona. Además mencionó que los cheques también podían hacerse a nombre de empleados, para que retiraran el dinero.
Explicó que al entregar la plata a las personas asistidas, generaba un comprobante de pago, y en la municipalidad quedaba un duplicado. También mencionó que tenían un talonario de orden de pago. Canchi sostuvo que desconocía si la entrega de dinero o cosas, en tiempo de campaña electoral, se hacía con fondos públicos.
Otra testiga fue Mabel Díaz, extesorera de la cooperadora asistencial entre 2017 y 2019. Dijo que sólo cumplía órdenes de Cornejo. También Méndez integraba la cooperativa y daba órdenes "de lo que se debía firmar o no".
"Nunca manejé dinero. No tenía conocimiento de qué ingresaba a la cooperativa", aseguró, y precisó que ella se ocupaba de la parte de "discapacidad". "Atendía a las personas y hacía los trámites de pensiones no contributivas.
También declaró la exsecretaria de gobierno, Rosa Elizabeth López, quien contó que fue echada por Cornejo cuatro meses antes de jubilarse, "me dijo que no me quería ver más". Señaló que es docente, por lo que volvió a ese cargo y ahí se jubiló. López también fue concejala de Campo Quijano en dos períodos.
Refirió que no era una persona de confianza del exintendente y que no entraba a Tesorería, donde estaba Méndez, porque los empleados le habían indicado que no fuera a la oficina ya que a la funcionaria "no le gustaba", que se hiciera presente allí.
Indicó que lo único que firmaba como secretaria de gobierno era lo relacionado con el pago del personal del municipio. Después dijo que no manejaba dinero. Explicó que era Méndez la encargada del manejo del dinero, y que a veces esta funcionaria tenía la plata que retiraban del banco en el domicilio particular.
"Yo lo que hacía era atender a la gente que iba todos los días al municipio", afirmó respecto a sus funciones. Cuando le solicitaban ayuda social, dijo que trasladaba a las personas a la cooperadora asistencia. Para la testiga, esa área y "acción social", "eran lo mismo". Señaló que quienes tomaban decisiones eran Cornejo, Méndez y Canchi.
Otro testigo, Sergio Taritolay, fue indagado por 20 cheques "cobrados periódicamente" por él, cada uno por sumas de 45 y 50 mil pesos, en 2018. Este hombre aseguró que trabajaba para el área de obras públicas del municipio, y que desde allí le daban órdenes, entre éstas las de buscar trabajadores por día para realizar distintas tareas. Explicó que Méndez le entregaba cheques para que fuera a cobrar y pagar a ese personal con efectivo. Dijo que a veces les pagaba él y otras Méndez.
En la jornada también declaró Agustino Arjona, el último secretario de gobierno que tuvo Cornejo en su gestión, por sólo dos meses. Este testigo indicó que se ocupó de dejar la maquinaria del parque automotor funcionando y que participó del inventario que se hizo, de lo que había a la vista en un depósito y un canchón del municipio, con el personal que envió el intendente electo Carlos Folloni.
El testigo también detalló que ante un pedido de colaboración de los egresados de quinto año para el clásico viaje al finalizar la secundaria, propuso que los chicos limpiaran el pueblo en un medio tiempo, y a cambio les pagaban con dinero en efectivo, por día. Dijo que cada día iban 6 estudiantes distintos y no dejaba registrado quiénes eran. "Eran unas changuitas por el bien de los chicos que egresaban", manifestó.
También declaró Néstor Burgos, quien era director de la administración de personal de la gestión de Cornejo, dijo que ante la ausencia de este último, realizó la entrega de mando a su sucesor Folloni. Firmó el inventario, pero explicó que era una formalidad debido a que él no controló nada. Indicó que cada área municipal hacía su inventario, lo firmaba el funcionario a cargo y se lo enviaba a él. Mencionó que era el "contador Sarapura", quien le "aseguraba por su profesionalidad que eso era cierto", respecto a lo consignado.