El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, estará en Moscú el miércoles 28 y el jueves 29 de junio, actuando como enviado especial del papa Francisco en búsqueda de un camino de paz entre Rusia y Ucrania. La visita fue confirmada por Matteo Bruni, portavoz oficial del Vaticano, pero sin dar detalles de la agenda que el cardenal italiano tendrá en territorio ruso. Según la Santa Sede la misión de Zuppi consiste en “"fomentar gestos de humanidad, que puedan ayudar a promover una solución a la trágica situación actual y encontrar caminos para alcanzar una paz justa".
Es la primera visita a Moscú de un alto responsable de la Santa Sede desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 y ocurre en momento de tensión política interna en Rusia por el levantamiento de los mercenarios del Grupo Wagner en Rostov del Don y el avance que esas milicias hicieron sobre la capital rusa, rebelión que finalmente parece estar bajo control tras una negociación con el líder de los sublevados.
En su viaje el cardenal Zuppi está acompañado por un funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, pero nada se ha dicho de un posible encuentro con el presidente Vladimir Putin, teniendo en cuenta que los días 5 y 6 de junio el enviado papal visitó Kiev y allí se reunió con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. El periódico católico francés La Croix, publicó que el enviado de Francisco podría reunirse con el patriarca ortodoxo Kirill (máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa Rusa) y con el Ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
Al finalizar el viaje del enviado papal a Kiev, donde Zuppi también se reunió con Dmytro Lubinets, comisario parlamentario ucraniano para los derechos humanos, y con miembros del Consejo de Iglesias y organizaciones religiosas, el Vaticano informó que "los resultados de estos coloquios", serán “puestos en conocimiento del Santo Padre y serán sin duda útiles para evaluar los pasos a seguir tanto a nivel humanitario como en la búsqueda de caminos hacia una paz justa y duradera".
Gestos de humanidad
Tanto el cardenal Zuppi como el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, han preferido hablar de generar “gestos de humanidad” antes que de una mediación directa para poner fin de la guerra. Se entiende que la mesura de los prelados está basada en la intransigencia de ambas partes que solo aceptarían avanzar en un diálogo si ello no implica renunciar a ninguna de sus posiciones.
La pregunta, en consecuencia, es ¿de qué se tratan tales “gestos de humanidad”?
Siguiendo esta línea de pensamiento Zuppi le pediría a Moscú que mande de regreso a Ucrania a un número no establecido de niños, pero que según los ucranianos serían “miles”, que fueron llevados a Rusia durante el primer avance de las tropas de Moscú que se inició el 24 de febrero de 2022. Otro “gesto humanitario” podría consistir el intercambio de prisioneros, especialmente de quienes están heridos, algo que ya ocurrió en otras oportunidades..
En medio del sigilo de la diplomacia vaticana, algunas fuentes le asignan un papel importante en la negociación al arzobispo católico de Moscú, el italiano Paolo Pezzi, quien mantiene contactos asiduos con las autoridades rusas. A comienzos del mes de junio, en una entrevista concedida al diario Corriere della Sera, Pezzi sostuvo que "el hecho de que el enviado del Papa fuera a Ucrania y recibiera el consentimiento del Kremlin para venir a Moscú es una señal que no debe subestimarse".
Otro dato auspicioso que se menciona es que el responsable de Asuntos Exteriores del Patriarcado de Moscú, Antonij de Volokolamsk, estuvo en el Vaticano la semana anterior realizando gestiones de máximo nivel. El hecho fue leído tanto en los círculos eclesiásticos como diplomáticos como una forma de “deshielo” de la relación la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica, después de las desavenencias entre el papa Francisco y el patriarca ruso Kirill dado el apoyo incondicional de este último a la estrategia bélica de Putin.
Desde el lado ruso el viceministro de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko, abrió una ventana a la posible negociación cuando sostuvo días atrás que el gobierno de su país observa con "interés y expectación" la tarea que viene desplegando el cardenal Zuppi. Según lo consignó la agencia EFE Rusia hizo saber que "evalúa positivamente los intentos en curso para facilitar el fin del conflicto, y reconoce el deseo sincero de la Santa Sede de facilitar el proceso de paz". No obstante, la portavoz de la cancillería rusa, Maria Zakharova, afirmó que hasta ahora en la agenda de Putin no está prevista ninguna reunión con un enviado del Vaticano.
Por su parte el arzobispo de Cagliari y secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, Giuseppe Baturi, dijo que "esperamos que esta nueva iniciativa pueda contribuir al logro de una paz justa". Los obispos italianos han demostrado gran interés en la búsqueda de una salida negociada a la guerra entre Rusia y Ucrania y como cuerpo vienen respaldando a Zuppi, su presidente.
De manera simultánea el Vaticano, a través del Dicasterio (ministerio) para el Servicio de la Caridad anunció un nuevo viaje del cardenal Konrad Krajewski, su presidente, a la zona de Khersonm (Ucrania), donde en las últimas semanas fue destruida la presa hidroeléctrica de Kakhovka, un suceso que ha causado enormes daños en la zona.
Este viaje “humanitario”, el sexto del mismo tipo impulsado por el Vaticano, es “típicamente pastoral”, "es un viaje para estar entre los que sufren", dijo Krajewski e indicó que llevará consigo medicamentos urgentes y alimentos. A pedido de Francisco, el cardenal visitará también distintas comunidades religiosas, las parroquias de los greco-católicos, los ortodoxos y los católicos entre Lviv y Kherson.