El conteo que lleva la portada Página|12 es preciso: Milagro Sala lleva 2719 días como presa política. Y lejos de escandalizarse por la irregular situación judicial de la dirigente social, la oposición nacional intenta enaltecer la figura del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, al repetir que fue el propio jefe provincial quien "la metió presa".
Lo que no reparan los dirigentes macristas ese que latiguillo -usado recientemente por Horacio Rodríguez Larreta en su primer acto de campaña- es que encierra una denuncia contra el propio Morales. Afirman que el gobernador es el carcelero de Sala y no se sonrojan al inducir que:
-Confesar que Morales fue la persona que puso "presa" a Sala es decir, al menos semánticamente, que el accionar de un representante del Poder Ejecutivo provocó la decisión del Poder Judicial, quien es el encargado de decidir la inocencia o culpabilidad de una persona. Los principios de la República y la independencia de poderes parecen no ser los valores a destacar en la gestión de Morales.
-Que Morales sea el carcelero de Sala también desnuda el entramado político-judicial de la gestión del presidente de la UCR en la provincia norteña. Porque todas las causas que se presentaron en la Justicia jujeña fueron revisadas por el Tribunal Superior, el mismo que el gobernador amplió los primeros días de su mandato. Allí, en el ideario macrista, no exisitó una "intromisión a la Justicia" pese a que la legislatura aprobó la ampliación de los magistrados y dos de los diputados (Pablo Baca y Beatriz Altamirano) que votaron la ley fueron designados por Morales -esa misma semana- como nuevos miembros del Superior Tribunal.
-El hecho que un gobernador haya puesto presa a una dirigente social permite recordar que fue el propio presidente del Superior Tribunal quien aclaró que se encarceló a Sala "no por sus delitos, sino para que no tengamos que volver al quilombo permanente, a los cortes, a la quema de gomas". El audio se conoció en 2020 y la justificación del magistrado parece haber sido sacada del mismo manual de excusas que usaron los políticos y jueces que viajaron a Lago Escondido: "Fueron conversaciones privadas y editadas sesgadamente". Otra magistrada, un mes antes de la sentencia en la causa Pibes Villeros, también anticipó su voto: “No vamos a permitir que Milagro Sala quede libre. La sociedad no lo va a permitir porque todos sabemos lo que hemos vivido”.
-El "valor" de Morales en "meter presa" a Sala es una plataforma para observar algunos "detalles" que conectan a denunciantes y testigos de causas armadas con el propio gobernador. Como el caso de René Arellano, único declarante de la causa "de los huevos"; quien omitió decir, al momento del juicio, que era empleado de Morales (al igual que toda su familia) y que recibió 822 mil pesos de origen desconocido en los meses previos a la declaración.
-Que la detención de Sala haya sido dispuesta por Morales deja abierta la puerta a comprender los atropellos del sistema penal contra la dirigente social. Y no hay que ir mucho más lejos que este martes 27 de junio para encontrar violencia y hostigamiento contra Sala, luego de que el servicio penitenciario intentara armar una junta médica de forma "intempestiva". Tras un hábeas corpus, se suspendió el procedimiento, aunque los abogados de Sala advierten que se podría repetir en otra ocasión.
Ante esas incidencias -y varias más- el macrismo puede seguir repitiendo que Morales puso presa a Milagro Sala. Y no faltaría a la verdad.