La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó dotar a los congresos estatales de competencias para redibujar circunscripciones y regular elecciones a nivel federal. Se trata de la conocida como teoría de la "legislatura estatal independiente" a la que se agarraron los seguidores del expresidente Donald Trump.
En concreto, el máximo tribunal avaló por seis votos a tres la decisión de la máxima instancia judicial de Carolina del Norte, que había anulado una redistribución electoral aprobada a nivel estatal. Los promotores de esta reforma alegan que la Constitución confiere poderes más amplios a los actuales, algo de lo que difiere la administración actual encabezada por Joe Biden.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, advirtió por escrito que los tribunales estatales no tienen "rienda suelta" para rechazar las normas aprobadas por los legisladores de ese territorio, pero también señaló que la Constitución no aísla a estos congresos de las posibles revisiones judiciales que puedan emprenderse.
La sentencia marca así una línea roja en cuanto al margen con el que pueden moverse los estados de mayoría republicana a la hora de poner en cuestión la normativa electoral o incluso el desarrollo de futuros procesos, habida cuenta de que el propio Trump denunció sin pruebas que había sido víctima de un fraude en los comicios de 2020 en los que salió derrotado.
Por su parte, el expresidente Barack Obama indicó, a través de su cuenta de Twitter, que la teoría que ahora rechaza el Supremo habría servido para "desmentelar" el sistema de contrapesos en Estados Unidos. "El fallo rechaza la teoría de la extrema derecha que amenaza nuestra democracia y deja claro que los tribunales pueden seguir defendiendo los derechos de los votantes en Carolina del Norte y en cualquier otro estado", expresó.