El cordobés Juan Schiaretti, precandidato presidencial por “Hacemos nuestro país”, comenzó su campaña con la difusión de una “Carta a los argentinos” para “convocarlos a una causa patriótica y federal”. “Quiero ser enfático. No puedo solo”, escribió el gobernador que intentó sin suerte conformar un espacio peronista no kirchnerista, luego coqueteó con el ala larretista de Juntos por el Cambio y terminó presentándose en soledad, con el diputado nacional Florencio Randazzo como candidato a vicepresidente.

“Pudimos en Córdoba, podemos en Argentina”, es el título de la dos carillas que Schiaretti, impedido de buscar su reelección luego de dos mandatos consecutivos, difundió por redes sociales a menos de 48 horas del ajustado triunfo de su delfín Martín Llaryora en la elección provincial.

“Mi carta es un llamamiento nacional y federal. Estoy convencido que somos la inmensa mayoría los que queremos una Argentina normal”, afirma el mandatario, que propone “unirnos a partir de un nuevo espíritu que funde una época basada en los valores del mérito, la paz, la austeridad, el trabajo, la producción y el federalismo”.

La carta describe el presente como el producto de “una larga crisis que ya acumula 12 años de destrucción de nuestras capacidades y nuestra autoestima”, englobando a los últimos tres mandatos presidenciales. Sugiere la idea de un “océano de fracasos colectivos” que condujo a “las horas más oscuras de una nación”, que “son las que más liderazgo y compromiso demandan de su dirigencia política”. Luego va más atrás y sitúa el origen del mal en 2008: “Del conflicto con el campo hacia acá, la Argentina sólo parió males”. Retoma la idea de la “grieta”, que “se convirtió en una cárcel”, y plantea que “la salida no son los extremismos”.

Como méritos del “cordobesismo” a partir de 1999, cuando comenzó la alternancia de gestiones con José Manuel de la Sota, menciona al “liderazgo político pluralista” y dos decisiones fundacionales: “bajamos un 30% los impuestos provinciales y creamos el primer polo de software de la Argentina”. Más tarde, la creación de las Escuelas PROA, especializadas en desarrollo de software y biotecnología. Destaca el esfuerzo de “nuestros productores agropecuarios”, que convierten a la provincia en la principal productora de maíz, maní y soja del país, y tres hitos: en 2015, Plan Quinquenal de Infraestructura Gasífera (2.801 kilómetros de cañerías); en 2022, Plan Conectividad Córdoba (fibra óptica a toda la provincia), y a partir de 2015 “plan récord de obras viales”.

“Todos estos ambiciosos planes de infraestructura los ejecutamos con las cuentas públicas ordenadas”, se ufana. Sugiere que Córdoba “se levantó a partir de entender el valor del trabajo y el esfuerzo”, y admite que la Argentina no termina en la General Paz ni en los límites de su provincia. “Quiero convocarlos a una causa patriótica y federal. Con coraje y audacia, pero también con innovación y creatividad. Los convoco a que dejemos de administrar la decadencia y desarmemos para siempre esta crisis eterna”, plantea, antes de anunciar su candidatura. “No quiero ser el Presidente de una nueva facción o de una nueva frustración. No vengo a proponerles una interna más. Vengo a proponerles un gobierno” y “no puedo solo”, concluye.