La ansiedad con la que afrontó River el partido ante The Strongest de Bolivia, por la necesidad de asegurar la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores, se disipó rápidamente. El equipo se puso en ventaja a los 12 minutos de juego y la tranquilidad se fue apoderando de los jugadores.
Lo curioso fue que a partir de que sacó la diferencia en el resultado, el equipo local comenzó a tener problemas en su propia área. La postura permanente de atacar le genera ciertos desajustes defensivos, sobre todo cuando el rival lanza pelotas cruzadas en las salidas rápidas desde su propio campo.
La gran cantidad de jugadores de River que se ubican en el campo rival, deja sólo dos hombres en su terreno para afrontar las réplicas rivales. The Strongest fue inteligente para aprovechar esa situación, y estuvo cerca de la igualdad en varias ocasiones. Si bien River seguía siendo profundo en ataque, los bolivianos también estaban cerca de Armani cuando sacaban rédito de los errores locales en la toma de las marcas.
Encima, las entregas imprecisas de los defensores de River cuando salían desde el fondo, provocaban que el resto de sus compañeros quedaran a contrapierna, y los visitantes estaban agazapados para desequilibrar.
Aliendro marcó el gol con un remate de derecha, esquinado, después de una habilitación de De La Cruz, y quedaba la sensación de que el desarrollo sería muy favorable al local. Pero cada vez que volvía al área fallaba en la definición, y los bolivianos empezaron a usufructuar aquella situación.
El desarrollo no se modificó en el comienzo de la segunda parte, y los visitantes eran los que tenían el control de las acciones. Inclusive, se animaron a presionar en la salida de los jugadores de River. Igualmente, cuando tenían que concretar frente al arquero no tenían la claridad suficiente para hacerlo.
La situación de River era angustiante y el técnico se dio cuenta. Demichelis hizo ingresar a Solari y con el delantero en la cancha el equipo cambió su postura. El ex Colo Colo se plantó sobre la derecha, y cada vez que encaraba podía superar a sus marcadores y llevaba peligro al área.
River aumentó la diferencia a un minuto del final por intermedio de Borja. Lo que salió a buscar, el pase a la segunda ronda, ya se había concretado. El miércoles 5 de julio conocerá a su próxima adversario en los octavos de final.