¿Dónde están las feministas? es una pregunta y una chicana muy de moda que aparece en los palcos de la ultraderecha para que las feministas se pronuncien en temas que desde esos mismos palcos se consideran pertenecientes al terreno del feminismo: “El feminismo es una identidad política. Es parte de nuestra identidad como militantes pero sobre todo de nuestra manera de comprender las desigualdades de las sociedades en las que vivimos” dice Maru Bielli, actual legisladora porteña e integrante de la lista que encabezan Sergio Massa y Agustín Rossi en Unión por la Patria en vistas a las próximas PASO en Agosto.

Frente al cierre de listas a nivel nacional cabe preguntarse si la paridad -una victoria indiscutible del feminismo- entre hombres y mujeres al confeccionar las listas electorales, refleja o no una representación feminista y por lo tanto una agenda o un programa político que contenga las demandas de un movimiento transversal.

#FeministasEnLasListas fue una consigna acuñada en 2019, también un año electoral y a la vez el año en el que entró en vigencia la ley de paridad de género en ámbitos de representación política sancionada en 2017. Con una claro diagnóstico sobre lo que sucede hacia dentro de los partidos en relación al sesgo patriarcal y a la distribución del poder, esta paridad ¿Garantiza una perspectiva feminista? ¿Cuál es el escenario actual en términos de construcción feminista hacia adentro de los partidos? ¿Qué importancia tienen los perfiles feministas -cocinados al calor de la calle- en los armados políticos electorales y en las discusiones de los temas en agenda?

PARIDAD Y FEMINISMO NO SON LO MISMO

Que haya feministas en las listas es una condición de posibilidad inmensa para seguir abriendo el surco de la conquista de más derechos. Pero son dos fenómenos distintos: paridad significa representación sexo genérica en orden binario, de varones y mujeres en número equivalente. La paridad no está implicando que haya garantías absolutas de que quienes van a integrar las listas sean feministas. Yo siempre lo digo, la representación de las mujeres tiene que tener su condición de sensibilidad feminista” explica Dora Barrancos, actual asesora presidencial y feminista histórica.

No solo está la posibilidad de ser feminista o no, sino también que el escenario se presenta con una enorme lista de mujeres abiertamente antifeministas: Amalia Granata que encabeza la lista de diputados por Santa Fe, Carolina Losada candidata a gobernadora en la misma provincia, Victoria Villarruel como compañera de fórmula de Javier Milei en las presidenciales o Cinthya Hotton impulsada por Horacio Rodriguez Larreta al senado bonaerense: “Por ejemplo tenés a María Luisa Storani, que peleó por la despenalización del aborto y hoy aparece defendiendo a Gerardo Morales o a Silvia Lospenato que también se decía feminista y votó leyes horrorosas en el gobierno de Macri” explica Mónica Tarducci, antropóloga, feminista y autora junto a Catalina Tresbisacce y Karin Grammatico del libro “Cuando el feminismo era mala palabra”.

Maru Bielli, legisladora de la Ciudad y feminista, candidata a diputada nacional por Unión por la Patria

En 1991, Argentina fue pionera con la ley de cupo (Ley N° 24.012) y en 2017 se sancionó la ley de paridad en las listas (Ley 27.412): “Sabemos que no es garantía que haya mujeres. Es importante que exista esa reglamentación formal para romper con los techos de cristal y también con prácticas machistas, ningún partido ni espacio político está exento de eso. Sin embargo una mujer no garantiza nada, sin ir mas lejos tenemos a Milei con una candidata a vicepresidenta que esta en contra del derecho al aborto, a la educación sexual integral y tiene un discurso negacionista y completamente conservador” dice Maru Bielli.

La paridad es un piso, una base a partir de la cual poder construir un tejido hacia adentro de los partidos políticos que en definitiva ponga a jugar la lucha contra la desigualdad histórica en términos de poder entre mujeres y varones. También es la posibilidad de seguir dando discusiones para que la  paridad y a los cupos para que no sea una enunciación que simplemente salde un reclamo: “Una compañera me dijo una vez algo que me quedó picando, porque yo estaba muy odiada con el ´cupo para quedar bien`. Me dijo que me amigara con el cupo porque era una conquista. Entonces me parece importante no pensarlo en términos binarios de paridad vs feminismo. Tenemos el desafío de en el marco de esa conquista que es la paridad en listas legislativas,  de aprovechar ese cupo para rosquear y que efectivamente sean las compañeras que mejor reivindican los avances que se han conseguido en términos de derechos para mujeres y diversidades las que estén ahí”, dice Julia Strada, economista, directora del Centro de Economía Política (CEPA) y actual precandidata a diputada en PBA por Unión por la Patria.

Es imprescindible que haya feministas en las listas porque las feministas populares tenemos en el centro de nuestros proyectos políticos a la vida: en la economía, en la producción y en las diferentes áreas de un gobierno” explica Elizabeth Gómez Alcorta, ex ministra de Mujeres, Géneros y Diversidades en la cartera nacional. Ella, junto a Sabina Frederic y Marcela Losardo fueron las únicas mujeres que ocuparon puestos ministeriales en la asunción de Alberto Fernández en 2019.

Una vez planteado este escenario la rosca podría tener otro tenor: “La rosca entre las feministas existe y no lo miro de una manera despectiva sino como una práctica de búsqueda de poder, las feministas que hacemos política luchamos por el poder no es algo testimonial” explica Gomez Alcorta en diálogo con Las12.

LOS TEMAS FEMINISTAS

Si los temas son la inflación, el endeudamiento, la distribución de la riqueza o la justicia ¿no es el feminismo quien viene discutiendo estos temas intentando instalar una mirada transversal?

“Es importante reflexionar y entender qué cosas se están discutiendo este año. Tenemos a nuestra principal referente política proscripta. Estamos en una democracia condicionada por el partido judicial y también por el endeudamiento con el FMI. El feminismo popular sí que sabe de las fallas de un sistema judicial injusto y profundamente machista. Ni hablar del endeudamiento. Por eso creo que los feminismos populares tenemos mucho para aportar a las discusiones que se vienen” explica Maru Bielli.

Por su parte Julia Strada asegura la imprescindible que es tener injerencia en decisiones de poder: “En particular, en lo que a mí me toca, en decisiones económicas poder participar como feminista de debates que no solo tienen que ver con la economía de cuidado o mercado de trabajo sino que también tengan que ver con decisiones macroeconómicas. Lo que va ocurrir con el Fondo Monetario Internacional es un ejemplo”.

Para Monica Tarducci hay menos feministas que en periodos electorales anteriores y esto se debe a poder “identificar la dificultad de encontrar a alguien que venga de una tradición feminista dentro de los partidos politicos” y agrega “muchas veces esa dificultad lleva a tener que renunciar”.

Con el reciente cierre de listas, la legisladora porteña Ofelia Fernandez publicó un video explicando por qué no estaba en las listas y porque a partir de diciembre no iba a tener ningún cargo: “Se definió que haya lista única y quiero que a esa lista le vaya muy bien, pero como yo pensaba que había que hacer otra cosa preferí no estar. Es un momento muy jodido de la Argentina y hay que lograr que (la política) se trate más de rumbos que de cargos” dice en el video.

Ofelia Fernández, legisladora de la Ciudad que quedó afuera de las listas.

“Yo creo que ser feminista no es una variable que se considere en los armados para integrar o no una lista. Pero si me parece importante destacar algunas transformaciones que viene llevando adelante la política, sobre todo en el campo nacional y popular, y es que muchas mujeres han construido poder y visibilidad en base a una serie de características, entre ellas, ser feminista”, concluye Strada.

LA VIRULENCIA ANTIFEMINISTA

“Hay una virulencia antifeminista por un lado y por el otro las plataformas de propuestas hoy en día no es que no expresan ideas feministas. No hay ideas, sólo sabemos de las amenazas de la derecha . Antes, la derecha no nos tenía en cuenta porque no existíamos como movimiento social potente” afirma Tarducci. Las amenazas de la derecha a las que se refiere la antropóloga son algunas de las propuestas de campaña de Horacio Rodriguez Larreta, Patricia Bullrich o Javier Milei que coinciden en sus promesas en caso de llegar al poder: cerrar el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades o en el caso de Victoria Villaroel “derogar la ley del aborto”. Existe una insistencia y un plan de gobierno -desde una mirada feminista- por retroceder con derechos adquiridos.

Si se viene sosteniendo que el feminismo ha venido a transformar todo, el sistema político es parte de esa necesidad de transformación y por tanto se hace más latente la posibilidad de poner en jaque el statu quo: “Ahora el feminismo no es tan mala palabra. Pero también es verdad que todo se ha corrido hacia la derecha y entonces también hay mucha violencia hacia las ideas feministas” concluye Tarducci.

La semana pasada, la ONU pidió investigar las violaciones a los derechos humanos en Jujuy y consideró la reforma constitucional como un “retroceso”. La reforma impulsada por el actual precandidato a vicepresidente por Juntos por al Cambio, Gerardo Morales, apunta directamente a los pueblos originarios y al extractivismo, un punto que viene siendo parte de la agenda feminista: la defensa de los teritorios ancestrales que invisibilizan formas de vida, saberes y prácticas. No es casual que desde el Encuentro Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de 2019 ese hecho político cambió su nombre y comenzó a llamarse Encuentro Plurinacional, reconociendo la existencia de las comunidades originarias en el territorio.

ENTONCES, ¿DÓNDE ESTÁN LAS FEMINISTAS?

“No creo que exista la "individualidad feminista". Las mujeres en espacios de representación nos hicimos feministas porque participamos, porque estuvimos y seguimos en las calles y porque las voces más representativas del feminismo no son individualidades sino que son colectivas” explica Silvia Augsburger integrante de Ojo Paritario.

¿Comprenderá el sistema partidario tradicional de que se tratan los armados colectivos que se proponen desde los feminismos? ¿Será posible entender de qué se tratan esas lentes violetas de antaño? ¿Podrá finalmente descartarse la idea de que una perspectiva feminista esta amarrada al hecho de ser mujer? Tal vez la estrategia no sea buscar a las feministas sino encontrar  feminismo en las distintas áreas institucionales