Estudiantes goleó 4-0 a Oriente Petrolero en La Plata. Pero no pudo alcanzar su objetivo de ser el primero de su grupo, y pasar a los octavos de final de la Copa Sudamericana. Necesitaba que Bragantino en Brasil no humillara a Tacuary de Paraguay. Y los brasileños no se privaron de nada: ganaron 7-1 y se aseguraron el primer puesto con 14 puntos. 

Por haberse clasificado segundo con el mismo puntaje pero con menor diferencia de gol, ahora Estudiantes deberá enfrentar a uno de los terceros de la fase de grupos de la Copa Libertadores para saber si sigue o no en la Sudamericana. 

La única incógnita que tuvo el partido fue cuando llegaría el primer gol de los locales. Porque los bolivianos sólo salieron a la cancha a aguantar el trámite con todo el equipo parado por detrás de la línea de la pelota. Abriendo el juego con Mancuso por la derecha y Matías Godoy por la izquierda, y con Rollheiser moviéndose por adentro y por detrás de Carrillo y Boselli, el equipo platense monopolizó la posesión del balón (88 por ciento a 12 sólo en el primer cuarto de hora) y empezó a acumular situaciones. Una detrás de la otra.

El arquero Quiñones le tapó un mano a mano a Godoy y un cabezazo del defensor Núñez dio en el travesaño luego de una mala salida del propio Quiñones. Y en un minuto, entre los 28 y los 29 del primer tiempo, llegaron los dos primeros goles: Boselli, con una media vuelta después de una pelota que el arquero boliviano le sacó a Quiñones, y luego Carrillo, tras una buena proyección de Mancuso y una falla del portero adelantaron a Estudiantes en la carrera. Pudieron haber sido más. Pero Carrillo no estuvo ajustado en la definicion y solo por eso, la etapa inicial no terminó en una goleada. 

Estudiantes encaró el segundo tiempo con resignación. Sabía que la goleada de Bragantino a Tacuary lo alejaba del primer puesto y entonces, perdió intensidad aunque no control del juego ante el impotente conjunto de Santa Cruz de la Sierra. Quiñones le sacó dos pelotas de gol a Godoy y a Boselli, pero no pudo hacer nada a los 16 minutos, cuando un zurdazo cruzado desde afuera del área de Rollheiser se tradujó en el tercer gol de la noche. 

En verdad, el Pincha debió haber goleado. Oportunidades le sobraron. Pero se estrelló contra las buenas atajadas de Quiñones. El gol de Mancuso en la última jugada de la noche decoró un resultado que jamás corrió riesgo. Los bolivianos demostraron porque perdieron los seis partidos del grupo y nunca comprometieron a Estudiantes que ganó y goleó, pero no recibió desde Brasil la ayuda que necesitaba para poder encabezar el grupo y meterse en octavos. 

Ahora a principios de agosto, como el mejor de los segundos, deberá enfrentar a uno de los terceros de la Libertadores para saber si continúa jugando o no la Copa Sudamericana.