Aunque sin perder el nivel de bronca y no guardándose las críticas, Luis Juez lo dijo. "No tengo esperanzas de darla vuelta. La semana que viene voy a saludar al intendente (Martín Llaryora)", lanzó este miércoles a primera hora de la agradable siesta cordobesa. A poco de comenzado el escrutinio definitivo, y mientras la tensión continuaba en torno al escándalo generado por fallas en el conteo provisorio, el candidato a gobernador de Córdoba de Juntos por el Cambio pareció resignarse a lo que va camino a transformarse (para él) en una clara realidad: la tercera derrota en su búsqueda por la Casa de Gobierno.
Para el oficialismo, no obstante, la del domingo tiene toda la traza de una victoria pírrica. Si los números en el tramo legislativo se mantienen, Llaryora tendrá desventaja en la Unicameral. Lo que se dice un nuevo panorama en la historia política cordobesa del siglo XXI.
Golpe por golpe
La respuesta desde Hacemos por Córdoba no se hizo esperar. Otra vez, el encargado fue el vicegobernador Manuel Calvo, quien fungió como jefe de campaña. "Lo primero que debería hacer el doctor Juez es pedirles disculpas a los cordobeses por todos los agravios que dijo durante la campaña", lanzó el también legislador electo. Calvo saló la herida, dando a entender que Juez desconfía de su propio armado, ya que los fiscales de todas las fuerzas tienen las mismas actas que el oficialismo.
Fue el anochecer de otro día agitado. Con una hora y media de retraso, con las urnas acumuladas en el Salón de los Pasos perdidos de Tribunales, el tribunal electoral provincial dio por iniciado el escrutinio definitivo, que se extenderá por 10 días más.
Desde el Tribunal Superior de Justicia indicaron que el conteo se hará sobre las actas que están firmadas por las autoridades de mesa y por los fiscales partidarios que participaron en cada una de mesas de la provincia. En caso de encontrarse diferencias, se abre la urna y se compara con la planilla que está dentro. Y si algún fiscal partidario lo requiere, la urna se abre y se cuentan los votos de manera manual.
Lecturas de todos los colores
La resignación de Juez tiene varias lecturas. Más allá del respaldo de la coalición opositora, que se verificó con las presencias y quejas de los representantes del PRO y UCR, queda en evidencia que la eventual derrota no tiene un sabor tan amargo. Si bien en el tramo para gobernador la exigua victoria de Llaryora parece sellada, Juntos por el Cambio se adjudica mínimas victorias en la elección para la Unicameral y Tribunal de Cuentas. A Pirro le gusta esto.
Con el 94,57 por ciento de las mesas escrutadas, el oficialismo tiene una ventaja de 50.000 votos para el Ejecutivo. Sin embargo, de confirmarse estos números, Juntos por el Cambio tendrá dará 32 bancas contra 30 de Hacemos Unidos por Córdoba, además de dos de los tres tribunales de cuentas. Una situación inédita en la historia de la Unicameral.
Cinturón apretado el que debería usar Llaryora, quien tendrá que rosquear a fondo para consensuar proyectos. De todas maneras, el 15 por ciento de voto en blanco en este tramo, obliga a sacar cuentas para la conformación definitiva. Esa es la nueva “madre de las batallas”, puesto que en algunos departamentos la disputa es, literalmente, voto a voto.
Una lupa bien grande
Todo este caldo de cultivo se macera en el edificio de Tribunales II. Allí, la jueza electoral Marta Vidal, quien está al frente del fuero desde su creación en 1998, intentó desligarse de los fuertes cuestionamientos que llegan de todos lados tras el sistema Turing, contratado para la elección. “Es la crónica de una muerte anunciada”, espetó de manera sorpresiva acerca del operativo de recuento. Días antes de los comicios había repartido flores asegurando “transparencia y velocidad”.
Vidal respaldó a la empresa Magic Software Argentina (MSA), que tuvo a cargo el operativo, pero sostuvo que “OCASA no tiene experiencia” en la organización de elecciones. Desde la firma, que casualmente también presta el servicio de Boleta Única Electrónica, se indicó que el problema fue que OCASA no proyectó los insumos ni el personal para el correcto funcionamiento del sistema. Llamativamente, la empresa estará a cargo de la logística de las elecciones municipales, a celebrarse el próximo 23 de julio. MSA, en cambio, no participará con el sistema Turing.