En 1687, Isaac Newton escribiría Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, un libro que muchos consideran el inicio de la ciencia moderna. En ese libro, Newton enunció las tres primeras leyes del movimiento y la ley de gravitación universal. Es decir, el sustento teórico que se tradujo de la anécdota de la manzana, harto conocida por cada niño y niña que haya pasado por el colegio primario. Los postulados del libro fueron definidos por Einstein como "el paso más grande que dio una única persona en el conocimiento".

Cada ejemplar de aquella primera edición libro costaba 9 chelines y estaba encuadernado en cuero de becerro. Fue financiada independientemente por el astrónomo Edmund Halley, amigo cercano de Newton, que corrigió los manuscritos y fue quien lo convenció para que publicara sus descubrimientos, cambiando así la historia por siempre. 

Si bien no se conoce el número exacto de cuántos ejemplares se imprimieron de la primera edición, sí se conoce cuántos quedan: 387, distribuidos en 27 países. Uno de esos ejemplares está acá, en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata, y es el único de toda América Latina. 

El descubrimiento 

Aunque entre las autoridades de la universidad siempre se supo que el valioso libro formaba parte de la biblioteca, fue Luis Guarracino, investigador del CONICET y profesor de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas que descubrió la verdadera curiosidad del libro. "Una de las preguntas que siempre me hacían cuando mostrábamos el libro en público era cuántos ejemplares había. Entonces me puse a buscar y encuentro un censo donde estaban catalogadas todas las ediciones que existían, y no estaba la nuestra. Le escribí un mail al autor de la encuesta y me acuerdo que en cinco minutos ya tenía la respuesta del tipo. Ellos habían estado 10 años rastreando libros por todo el mundo y no lo habían encontrado", afirma Luis, que presentó el mes pasado una investigación de todos los datos que se conocen del libro junto con sus compañeras Mónica López D'Urso, museóloga del Museo de Astronomía y Geofísica de la FCAG-UNLP, y Stella Dugart, Directora de la Biblioteca de la FCAG-UNLP.

Poder rastrear las primeras ediciones del libro dice mucho más de lo que pensaríamos. Gracias a este tipo de datos, es posible saber más acerca de cómo se exparcieron las ideas de la ciencia moderna por el mundo. Si antes ese conocimiento solo era posible explorarlo en el Hemisferio Norte, gracias a este ejemplar es posible hacerlo en América Latina. 

A pesar de que el libro está muy bien conservado para tener más de trescientos años, en 2011 se le realizó una restauración a cargo del laboratorio Nicolás Yapuguay, que pertenece a la organización jesuítica del Fondo Antiguo de la Cía. de Jesús. "Antes de la restauración, se le ponía cinta adhesiva, las hojas estaban desprendidas. De hecho, cuando lo catalogaron le pusieron un número escrito, tiene unos sellos que parecen masonicos de la universidad inicial, muy viejos", afirma Luis.

Hoy en día, el libro está muy bien custodiado, pero una vez se perdió. Mejor dicho, lo robó un profesor de la universidad. Lo que no se sabe muy bien es cómo fue recuperado, y por la comunidad universitaria corren algunos mitos. El más popular es que la persona robó el libro, pero se confesó sus pecados a un sacerdote, que decidió devolverlo. "La persona que lo recibió dijo que era un libro con muchas figuras, gráficos, así que no sabemos si fue ese u otro", afirma Luis sobre el chisme popular. 

Pero además de las anécdotas, lo valioso del descubrimiento y el valor actual del libro (que no puede decirse por temas de seguridad, pero que es bastante) que la UNLP sea dueña de un libro tan importante abre otras preguntas: ¿cómo llegó el libro allí? 

"Yo antes contaba la historia que nos contaban a todos, la que se suponía, que el libro había formado parte de la biblioteca personal del primer Director del Observatorio Astronómico de La Plata, Franciso Beuf, a fines del siglo XIX. Sin embargo, el ex Director del Museo de la FCAG, Sixto Gimenez Benitez, encontró un libro de 1906 que funcionó como inventario de libros, y allí apareció que la Universidad había adquirido el libro", afirma Luis. 

Se dice de mí

El 10 de noviembre de 1906, Philosophiae Naturalis Principia Mathematica llegó a la Facultad junto con otros libros. Además, tenía una etiqueta dentro que se rastró y correspondió a una librería londinense Wesley and Son, especializada en libros de astronomía,  que estuvo activa desde finales del siglo XIX a principios del XX. Es muy probable que el ejemplar haya sido adquirido por un valor cercano a las 1 libras y 10 chelines.

Que la fecha de compra del libro haya ocurrido solamente un año después de la creación de la Universidad de La Plata dice mucho. "Pensemos que la Argentina no tenía ni 100 años. Se estaban sentando las bases de algo, y podemos ver esa iniciativa en los libros que adquirieron. No eran libros cualquiera, sino libros con una trascendencia histórica. Ya en esa época, ese libro no era para hacer investigación, porque esos conocimientos ya eran universales. En ese momento la universidad no tenía nada, creo que tener esos libros era una forma también de pensar una universidad con estándares y con una base científica sólida. Creo que había conciencia del valor que tenía esa obra simbólica y el conocimiento, la ciencia, en ese momento estaba muy relacionado a la idea de progreso", afirma Luis. 

La ciencia acompañó a la ciudad de La Plata desde sus inicios: el Observatorio astronómico se crea el mismo año que la ciudad. Como puede verse en su trazado tan particular, fue una ciudad, desde su fundación, pensada con criterios modernos, de organización y de progreso. Además, fue una de las primeras ciudades de Sudamérica en contar con cableado público eléctrico. Por eso, no debe sorprendernos la visión de aquellos científicos de invertir en el libro fundacional de la ciencia moderna, que hoy pueden disfrutar no solo los habitantes de la ciudad, sino América Latina toda. 

El libro con los curiosos. 


Para todos y todas

Gracias a su gran valor y a su antiguedad, el libro se muestra poco. Pero cada una de esas veces que sale de su caja fuerte es un acontecimiento para la comunidad científica y los amantes de los libros antiguos. 

"Hay gente que viene específicamente a verlo, o se emociona frente a él. En La noche de los museos alguien me mostró que se había tatuado una fórmula del libro, por ejemplo. El libro es solo un libro, pero si uno conoce la historia verlo es muy emocionante", concluye Luis acerca de la última vez que se mostró el libro. 

En 2019, la universidad comenzó un proceso de escaneo de sus libros al formato digital. Hoy, la única edición de América Latina del libro más importante de la ciencia moderna puede consultarse gratuitamente online, en la página web Servicio de Difusión de la Creación Intelectual (SeDiCi) de la UNLP