La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, inauguró el Museo de la Memoria y la Reconciliación en conmemoración al golpe de Estado contra su esposo, Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009.

"Hoy, con la apertura de este Museo de la Memoria y la Reconciliación, creamos un espacio de reflexión, de aprendizaje, un lugar para escucharnos, para escuchar las voces silenciadas y reconstruir lo valores fundamentales de la recreación de nuestra patria", enfatizó Castro en un corto discurso. Estuvo acompañada por su esposo, hijos y funcionarios de los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Entre los invitados extranjeros figuraron el expresidente de Ecuador Rafael Correa y la exguerrillera salvadoreña Nidia Díaz, lo mismo que representantes de delegaciones de Argentina y Chile, entre otros.

El museo, que en principio cuenta con decenas de fotos sobre el golpe de Estado de 2009 y otros hechos de la historia de Honduras, fue inaugurado en la antigua Casa Presidencial, en el centro histórico de Tegucigalpa.

"Prohibido olvidar que somos resistencia"

La mandataria recordó que la lucha del pueblo hondureño después del derrocamiento a Manuel Zelaya dejó el surgimiento del Frente contra el Golpe de Estado, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y el partido Libertad y Refundación (Libre), al frente del cual ganó las elecciones generales de noviembre de 2021.

"Es prohibido olvidar que somos resistencia", recalcó Castro en su discurso, en el que además recordó los nombres de varios hondureños que murieron durante las manifestaciones surgidas tras el golpe de Estado.

Subrayó que el museo será un legado para las futuras generaciones
del país y que golpes de Estado como el de 2009 nunca más se repitan.

El golpe a Zelaya, el primer golpe blando

Zelaya empezó a estar en la mira de los factores de poder hondureños tras su acercamiento al líder venezolano Hugo Chávez y su alejamiento de los lineamientos de la Casa Blanca para Centroamérica. La excusa formal del golpe contra Zelaya fue su intención de convocar a una consulta popular para conocer si la población estaba dispuesta a una reforma constitucional que incluyera la reelección presidencial.

Con ese pretexto, en la madrugada del 28 de junio de 2009, integrantes de las Fuerzas Armadas de Honduras allanaron la residencia presidencial y detuvieron a Zelaya. En pijamas, lo llevaron a la Base de la Aviación al sur de Tegucigalpa y luego lo trasladaron ilegalmente a Costa Rica.

Apenas unas horas después, el Congreso Nacional de Honduras realizó una sesión en la que se informó inicialmente que Zelaya había renunciado por carta. El propio Zelaya desmintió su renuncia desde Costa Rica y finalmente el Parlamento resolvió su destitución. Se designó para sucederlo al presidente del Congreso, Roberto Micheletti.