“La derecha en la Argentina empezó con ´el curro de los derechos humanos´ y ahora sigue con ´el curro del feminismo´, porque todos sus candidatos plantean la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Los curros son la denominación que utilizan para ir quitando derechos, para permitir que aparezcan las formas de violencia fascista en la sociedad", dijo esta semana el jefe de Gabinete y candidato a Vicepresidente de Unión por la Patria, Agustín Rossi, en una entrevista, y volvió a decirlo este miércoles, en el lanzamiento de la segunda edición de "Nos mueve el orgullo", en el Centro Cultural Kirchner (CCK). “Después van a venir con el ´curro de las diversidades´, y así van a empezar a generar una política estigmatizante sobre aquellos sectores sociales con los que se hizo una tarea conjunta de vivir en una democracia distinta. Eso es lo que también está en juego en esta próxima elección.” El análisis de Rossi volvió a traer a la memoria política aquella intentona del 0800 antiderechos de Horacio Rodríguez Larreta y Cynthia Hotton, gestionado por organizaciones confesionales y religiosas, y los ataques sistemáticos de La Libertad Avanza contra la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas, bajo el concepto basura del "adoctrinamiento". Conscientes de todo lo que se juega en las próximas elecciones y de la urgencia de acumular volumen político para sostener los derechos ganados, políticas y académicas feministas y de la diversidad realizaron el encuentro “La ESI como proyecto político”, en la Legislatura porteña, para instar “a militarla como una cuestión de justicia social”.
De la jornada organizada por el legislador Claudio Ferreño (FdT) y la ex legisladora Ana María Suppa, creadora del proyecto de Ley de ESI presentado en 2004, participaron este lunes Graciela Morgade, vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA); Mariana Rossetti, rectora del Instituto Superior Joaquín V. González; Graciela Santos, directora Nacional de Articulación de Políticas Integrales de Igualdad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, y las legisladoras Claudia Neira y Laura Velasco (FdT), y se declaró la "Colección La Lupa de la ESI", del Colectivo Mariposas Mirabal, de interés para la comunicación social y la educación. “La ESI es un proyecto en construcción permanente. Debemos instalarla en la campaña, y éste es un gran momento para reponer las deudas que aún tiene pendientes”, inició Morgade.
¿Cómo militar la ESI? La pregunta fue interpelación y contraseña para lo que vendrá. “Hay que militarla como una cuestión de justicia social con perspectiva de géneros y comprometernos a ser parte de este gran movimiento para que avancemos”, animó Santos, moderadora del panel. “Para lxs educadorxs aún no es fácil llevar la ESI a las aulas. Existen escuelas donde todavía no hay nada y alumnxs discriminadxs por anotarse en los talleres. Pero sabemos que la ESI es decidir, y queremos que nuestro cuerpo sea siempre un espacio de revelaciones.”
Visibilizar en CABA lo que está callado. “Cuando hablamos de ESI como proyecto político interseccional y transversal, es importante que comience a impartirse desde la infancia, porque tiene que ver con un enfoque de derechos y de hacerse respetar desde el propio cuerpo”, dijo Neira. Hoy, consideró, la discusión está atravesada por prejuicios “sin fundamentos teóricos ni prácticos y, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires no tiene ESI, no hay coordinación, ni presupuesto, ni herramientas educativas para una ley que debe aplicarse seriamente”.
Seguir trabajando los marcos legales. Rossetti impulsó una puesta en valor de la ESI, “desde una construcción colectiva que genere mayor conciencia de su significado, lo que implica revisar prejuicios, relaciones de poder y de subordinación, y estereotipos construidos históricamente, difíciles de trabajar desde la realidad institucional docente”. Propuso la articulación de cuatro ejes: continuar el debate y trabajar los marcos legales, “porque no alcanza con las leyes”; profundizar enfoques y teorías, para deconstruir “aquello que está socialmente instalado y hegemonizado”; acompañar a las juventudes y superar la lógica heteronormativa, “para pensarse en la diversidad”, y por último transversalizar la ESI desde lo curricular, “para superar dimensiones pedagógicas de violencias epistémicas”.
Dar la batalla cultural. Laura Velasco recogió las memorias de 17 años de lucha por la ESI en la Argentina y en la región, para volver a encender deseos y pelea común. “Es un tiempo en el que tenemos que fortalecer nuestra militancia por la ESI, sobre todo cuando hay candidatos presidenciales que amenazan derogarla junto con la ILE. Debemos tener una estrategia para explicarla y ampliarla, incorporando una perspectiva popular de géneros”, planteó. “Hablamos de justicia de géneros en tanto justicia social, porque somos las mujeres y las diversidades los sectores más vulnerados, y en este terreno la ESI también tiene que ver con paridad, con tareas de cuidado, con IVE y con cupo laboral travesti-trans.”
Sostener un diálogo con la política y los territorios. “Entendemos la universidad pública como espacio que nos permite pensar que la producción de conocimiento ocurre en diálogo con los territorios y las políticas, y como manera de construir poder y conocimiento”, fundamentó Morgade. “Los feminismos y todas las organizaciones ponen la ESI en sus agendas, en los barrios populares piden ESI, hay demanda juvenil estudiantil. No hay duda alguna, debemos hacerla tema de campaña, porque todavía no logramos hablarles a los varones que votan a Milei.”
Alerta: la ESI no puede en absoluto ser desconocida en la construcción electoral que se dé en adelante, coincidieron las panelistas, si se pretende llenar la caja de herramientas con inclusión y equidad. “La educación pública está en la mira, y encima la ciudad más rica de la Argentina no puede tener la pobreza de recursos que expone: falta capacitación docente y faltan materiales, es vergonzante”, lamentó Morgade. “En este escenario, la ESI es bandera de igualdad. Empecemos a hablar entonces de lo que tenemos y de lo que vamos a hacer, porque la Educación Sexual Integral, con todas sus letras, sigue estando en los carteles de los centros de estudiantes y es un enorme potencial político para hacer más vivibles nuestras vidas.”