La misión primordial de Boca no pasaba por alcanzar el primer puesto de su grupo en la Copa Libertadores, sino en cambiar la imagen que dejó la semana pasada en Mendoza. La goleada que sufrió ante Godoy Cruz trastocó los cimientos en la intimidad del plantel.
El encuentro de despedida a Riquelme sirvió para hacer olvidar por unos días lo que había sucedido, pero el nivel que exhibiera el equipo sería determinante para el veredicto del público al final del encuentro.
Lo que ofrecían los jugadores en el campo de juego seguía sin convencer cuando se inició el duelo ante Monagas, y los errores en las entregas de la pelota eran continuos. El técnico Almirón ubicó a Barco como volante por la izquierda, y el juvenil era el único que aportaba algo positivo.
Boca no tenía conexión entre sus líneas y Monagas aprovechaba para acercarse a Romero. Arroyo tuvo una chance pero remató afuera. El local profundizó con un contraataque y la acción terminó en penal sobre Barco, pero luego el VAR confirmó que había posición adelantada.
La tensión aumentó cuando el paraguayo Valdez se fue expulsado por una protesta sobre el árbitro uruguayo. Sin embargo, cuando se quedó con un hombre menos el local comenzó a jugar mejor. Los futbolistas parecieron sentir el impacto emocional y tuvieron mayor determinación en sus intervenciones.
El envión anímico provocó que llegara el primer gol a través de Weigandt, quien apareció por atrás de todos para definir sin marca.
Almirón hizo ingresar a Roncaglia en el segundo tiempo para rearmar la defensa, y el que no volvió al campo de juego fue Payero, uno que había acompañado bien a Barco.
Roncaglia fue uno de los más apuntados en la derrota en Mendoza, y encima en la primera pelota que tocó casi compromete su propio arco. La situación comenzó a aclararse para Boca, cuando Arroyo también se fue expulsado por recibir la segunda tarjeta amarilla, a los cuatro minutos.
Barco completó su gran actuación convirtiendo el segundo gol con el píe derecho, después una combinación con Fabra por la franja izquierda. El chico festejó por primera vez con la camiseta de Boca, y continúa afirmándose en el equipo.
El otro que también se destacó fue Medina, que se fue ovacionado. El ingresado Vázquez marcó dos goles más, y eso conformó más a los hinchas, que esperaban una victoria convincente.
El primer lugar de la zona quedó asegurado, y junto a Deportivo Pereira, que empató sin goles ante Colo Colo (jugará la Copa Sudamericana), son los que esperan rival en los octavos de final.