La Unión de Inquilinos comenzó a gestarse durante la pandemia por las dificultades que tuvo que afrontar el sector comercial ubicado principalmente en el centro de la ciudad de La Rioja. Luego se sumaron a inquilinos particulares que reunieron para analizar el impacto de la nueva ley de alquileres, su cumplimento y la situación de comerciantes que deben dejar sus locales para migrar a otro lado de la ciudad por los costos que no pueden afrontar.
“El tema principal fue informar acerca de la ley de alquileres vigente para que cada uno pueda conocer más a fondo los derechos y obligaciones de los inquilinos y los propietarios. Estamos convencidos que estar informados es importante no solo a la hora de firmar un contrato sino durante la vida de ese contrato y conocer cuáles son los derechos de los inquilinos”, comentó Vanesa Córdoba, presidente de la Unión y adelantó que “buscan crear una Defensoría del Inquilino en La Rioja”. El objetivo es poder acompañar y asesora sobre la normativa vigente y su cumplimiento efectivo.
Para Córdoba la situación es preocupante para las personas que alquilan, especialmente para estudiantes. “Ahora tenemos un caso de una inmobiliaria que tiene cuatro torres, son más de 120 estudiantes y a todos les aumentan cada tres meses que es una barbaridad y hay otros situaciones que cada dos meses les actualizan el valor”, afirmó.
A partir de la nueva ley, los alquileres se ajustan una vez por año con una fórmula compuesta en un 50 por ciento por la evolución de los salarios (índice Ripte) y 50 por ciento por la evolución de la inflación que mide el Indec (IPC). Otro de los cambios de la normativa fue que el mes anticipado y el depósito de garantía que deben abonar los inquilinos no pueden ser mayores que el equivalente a un mes de alquiler, respectivamente. En la Capital, el alquiler de un departamento de un dormitorio parte de los 60 mil pesos dependiendo también la ubicación.
Respecto del caso de los alquileres comerciales explicó que “no hay normativa” y hoy se hacen “impagables”. “No queremos manejar la economía del propietario, pero sí tiene que haber una lógica y tienen que adaptarse al bolsillo del riojano”.