En el marco del programa municipal Señalética, la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil tiene desde ayer su Marca de la Memoria. El acto fue iniciativa de la Secretaría General de Derechos Humanos municipal y la Comisión de Memoria de La Vigil y se realizó en el mismo lugar donde ocurrió el genocidio cultural, durante la última dictadura. "Esta señalización queda en la vía pública y tiene otro peso, no es solo de las paredes para adentro, sino que nos confronta esa marca por el solo hecho de pasar por la vereda de Vigil y quizás quien no sabe nada, con esa marca, empieza a interesarse. Refuerza la política que mantenemos en todas las actividades que tienen que ver con los ejes de memoria, verdad y justicia", remarcó Roberto Frutos, director de La Vigil. Además, como parte del ciclo Figuras de la protesta, se señalizaron las calles Joaquín Penina, el obrero y militante anarquista fusilado durante la dictadura de Onganía, junto al arroyo Saladillo; y Luisa Lallana, trabajadora asesinada mientras repartía volantes en apoyo a la huelga de los trabajadores del puerto en 1928.
El edificio de Gaboto 450, junto a las dos calles señalizadas son parte de las actividades compartidas que incluye la realización de dos producciones audiovisuales a partir del material proveniente del archivo visual recuperado y digitalizado por la institución, que se incorporarán al Programa de Señalética de Marcas de Memoria de Rosario y serán recurso pedagógico para los recorridos y las visitas guiadas por este Sitio de Memoria.
En la jornada, indicó Frutos, se marcaron dos puntos: el ingreso a la biblioteca por calle Gaboto, donde el 25 de febrero de 1977 "irrumpieron Feced y toda su patota, con militares y policías a intervenir Vigil, en lo que significaría el inicio de todo el proceso de liquidación y desguace de los bienes de Vigil", dijo sobre lo que se dio a conocer entonces como una “intervención normalizadora”. Como consecuencia de esos actos, se paralizaron las obras, se cerraron los servicios sociales y se clausuraron los proyectos culturales, educativos y artísticos de referencia en Lantinoamérica. El Ejército desató desde ese día una destrucción patrimonial sin precedentes bajo la figura de “intervención liquidadora”. Más tarde, el 10 de mayo de aquel año, ocho miembros de la Comisión Directiva fueron ilegalmente detenidos y secuestrados.
En tanto, la otra señalética quedó en Alem y pasaje Perkins, que recuerda una de las facetas adoptadas por el genocidio cultural cometido en La Vigil. Allí se efectuó la quema de libros: miles de ejemplares eran arrojados desde el tercer piso hacia esa esquina para quemarlos. Se calcula que entre 1977 y 1983, se eliminaron 80 mil volúmenes. La destrucción de su patrimonio tuvo diversas modalidades en dictadura y en democracia. Con la intervención de 1977 y hasta el cierre del expediente judicial en 2008, sus valiosos objetos y bienes fueron robados, apropiados y vandalizados.
Además, ayer quedó señalizada la calle que lleva el nombre de Luisa Lallana (esquina Cabildo), cuyo asesinato a manos de un rompehuelga generó un paro general en la ciudad y una movilización multitudinaria que acompañó el cortejo hasta el cementerio La Piedad. La otra “figura de la protesta” homenajeada fue la de Joaquín Penina. El cartel colocado en Penina y Checoslovaquia recuerda al inmigrante español y militante de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) que, tras el golpe de Estado de 1930, fue detenido en la pensión donde vivía, en Salta 1581, y fusilado dos días después junto al arroyo Saladillo. Su cuerpo nunca fue recuperado. El escritor Aldo Oliva reconstruyó su historia en el libro El fusilamiento de Penina que fue publicado por la editorial de La Vigil, ligando de manera indisociable su figura a este Sitio de Memoria, Verdad y Justicia.
En cuanto a las producciones audiovisuales mencionadas, una de ellas da cuenta de la mítica biblioteca, instalada en barrio Tablada, su exponencial crecimiento y consolidación en los años sesenta y setenta, como así también la creación de la Editorial, en 1966. Es decir, dos bastiones de este proyecto educativo, cultural y popular. Con imágenes, fotografías y documentos, el material recorre los hechos acaecidos durante la dictadura, su recuperación con el retorno a la democracia y su funcionamiento en la actualidad. El otro video narra la vida de los dos militantes anarquistas que lucharon por la libertad y la defensa de las trabajadoras y trabajadores en la Rosario de principios del siglo XX.