En 1950, año del Libertador, editorial Losada de Buenos Aires publica La entrevista de Guayaquil, notable libro de Ricardo Rojas donde se analiza y deducen las alternativas del célebre encuentro entre San Martín y Bolívar en Guayaquil (Ecuador), en julio de 2022, con la descripción y análisis de una minuciosa documentación que sitúa los hechos anteriores y posteriores de ese acontecer histórico.
La concepción de Rojas de una historia continental, lo lleva a agregar al célebre escrito, otro: La Patria en Jujuy, un detallado y a la vez documentado trabajo (el autor investigó en el Archivo Histórico de la Provincia de Jujuy, sobre mapas, cartas, catálogos, folletos.) De este modo, Ricardo Rojas considera que la guerra de guerrillas, comandadas por Güemes, fue elemento fundamental en la estrategia sanmartiniana. El mismo San Martín destacó el papel defensivo de los “gauchos” en la defensa de la frontera norte y señaló que “se bastaban solos para detener a los realistas”. El mapa de la epopeya jujeña muestra las batallas y también la valentía y las tácticas de guerra de esos regimientos que auspiciaron el plan de San Martín hacia Chile y el Perú. Las batallas que se llevaron adelante en territorio jujeño, salteño, boliviano, abarcan un extenso espacio que nos une con la llamada Patria Grande.
Ricardo Rojas afirma en la Introducción a La patria en Jujuy: (...) la independencia sudamericana fue un solo acontecimiento continental en su teatro geográfico, y un solo fenómeno social en la liberación de sus pueblos. Debemos, pues, homologar todo ello en dependencias causales o en circunstancias de conjunto (...)
Si la dialéctica histórica señala una significación y una re-significación, podernos leer que los recientes y constantes hechos ocurridos en Jujuy, sus puebladas y rebeliones ante un autoritarismo interesado, no son manifestaciones aisladas sino una muestra de que en América perdura una mirada histórica que se engarza con la libertad y las concepciones de los pueblos originarios, en pugna siempre con el mercantilismo del puerto y de una Argentina aferrada a paradigmas burgueses, extranjerizantes y afines con los intereses del capitalismo.
Lo que aconteció en la provincia de Jujuy en este mes de junio de 2023, es muy significativo: los pueblos originarios se expidieron y denunciaron el atropello de las empresas y el gobierno en pos de la explotación de ese metal tan codiciado: el litio.
Desde las cimas de los cerros, entre nubes y cóndores, bajaron a la ciudad y al valle de Jujuy como lo hicieron muchas veces a lo largo de siglos de conquista y dominación y dijeron su verdad, una verdad irrefutable, porque está hecha de naturaleza, de aire, de agua, de planta, de árbol, de animales y costumbres ancestrales.
Como tan bien lo describiera el poeta jujeño Domingo Zerpa en sus versos collas, la cultura andina viene desde el quechua y el aimara a señalar a la sociedad post-industrial capitalista, depredadora e inhumana, que los dominios de Inti y la Pacha poblada de vicuñas, guanacos y llamas, en medio de las noches heladas del altiplano, son patrimonio de los que la habitan hace milenios, de los que la habitaron y que fueron poco a poco despojados de su riqueza. Sin embargo, allí, están, tejiendo con hilos de sol y luna, como dicen los poetas, hilvanando con lana de camélidos los sueños y cantando a Tata Inti y a Pacha Mama en las noches de invierno y en las tardes del verano.
Allí están, pastores que vienen a nombrarnos una sociedad más justa, si no queremos perdernos para siempre detrás del humo del dinero y la avaricia, detrás del sinsentido de cálculos de ganancias y negocios, e ignominiosos acuerdos entre los poderosos para adueñarse del planeta.
Desde la reflexión de Ricardo Rojas, que describe y narra la Patria en Jujuy, podemos entrelazar hechos, propuestas, lecturas y asegurar que la historia está anunciando algo que no debe ser olvidado ni dejado a un lado en la política de la Argentina y en la política mundial, esto es, la necesidad ya irrenunciable de proteger la naturaleza y a los pueblos y culturas capaces de contribuir al sustento del planeta, pues de lo contrario la catástrofe está asegurada.
*Premio Casa de las Américas de Cuba de Novela, 1993.