Con las cataratas como privilegiado telón de fondo, la reunión 62 del Mercosur, que esta vez se realiza en Puerto Iguazú --más exactamente, en el hotel que está dentro del parque nacional--, convoca por primera vez desde antes de la pandemia a los mandatarios de los cuatro países miembro en forma presencial: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay (de este último asistirán tanto el presidente actual, Mario Abdo, como el electo Santiago Peña). El retorno que concentra los flashes es el de Luiz Inácio Lula Da Silva, después de 13 años, retomando otra impronta en el bloque --Bolsonaro ni asistía a las cumbres-- aunque, claro, en un contexto regional y global bien distinto. El brasileño aterrizó en el aeropuerto de Iguazú el lunes por la noche, y se esperaba que Alberto Fernández arribara el martes por la mañana. Mientras el discutido Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea es el centro de la atención entre los temas de esta cumbre, otra presencia marca agenda desde el lunes: la del precandidato presidencial Sergio Massa, encabezando la Reunión de Ministros de Economía y Presidentes de Bancos Centrales del bloque. Su viaje se extendió hasta hoy, con una reunión agendada con Lula Da Silva. Fue también el marco para que siguiera la campaña en tierra misionera, con la foto de apoyo de los 78 intendentes --todos los de la provincia--, el gobernador saliente, Oscar Herrera Ahuad, y el entrante, Hugo Passalacqua. "Gobernamos una Argentina condicionada por un acuerdo con el FMI al que nosotros no fuimos a buscar la plata, plata que no quedó en la Argentina", les dijo.
La moneda común
No fue del FMI de lo que habló el ministro sin embargo en la reunión ordinaria del Consejo Mercado Común del Mercosur. En cambio, puso sobre la mesa el tema de la moneda común para el intercambio regional. “Para fortalecer el comercio intra-Mercosur hay que consolidar los acuerdos en moneda local entre nuestros países. El uso de monedas locales nos evita ser rehenes de los shocks externos y nos da mayor capacidad de desarrollo económico en la región”, dijo allí. La funcionaria del Ministerio de Hacienda de Brasil, Tatiana Rosito, reforzó los mismos conceptos.
A Massa lo acompañó parte del gabinete económico que unas horas antes había estado reunido en su casa: el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, el de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Marco Lavagna, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y la flamante incorporación, casi a modo de presentación oficial en tierra colorada: el exministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, ahora en su rol de asesor ad honorem.
El tratado pendiente
El lunes, la inauguración del Mercosur fue el marco para volver a poner en agenda el tema del tratado de libre comercio con el bloque europeo. Firmado en 2019 y nunca puesto en marcha efectivamente, Argentina y Brasil vienen reclamando modificaciones, con una crítica implícita: las condiciones que impone Europa, que en la letra son medioambientales, en la práctica expresan un proteccionismo que no contempla las asimetrías entre las regiones. Esa misma palabra --asimetrías-- es la que había resaltado el presidente Alberto Fernández tras la reciente visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la que retomó Santiago Cafiero al inaugurar el encuentro en Misiones. “El acuerdo, tal como fue cerrado en 2019, refleja un esfuerzo desigual entre bloques asimétricos y no responde al escenario internacional actual”, reclamó. Puntualizó que "el PBI de la unión Europea es 6 veces más grande que el del Mercosur“ y advirtió: "Europa nos pide cambios, pero no nos dice cómo los vamos a implementar".
Las mismas variables desarrolló Cecilia Todesca Bocco --secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería--, y aunque admitió que "no es un acuerdo fácil de lograr, no porque no haya ganas, sino porque son dos bloques muy asimétricos", se mostró optimista en "una agenda de trabajo muy avanzada", aunque sin dar detalles sobre esos avances.
La intervención del canciller uruguayo, Franciso Bustillo, marcó otro clima, más en línea con el que había dejado sembrado el presidente Luis Lacalle Pou en 2021, cuando acusó al Mercosur de ser "un lastre" para su país. “Desde el primer día advertimos que al bloque le ganó el inmovilismo”, criticó. “El Mercosur no ha sido capaz de consolidar en su interior políticas que permitan incrementar de manera sustancial los lazos comerciales entre los socios y ha quedado, al mismo tiempo, al margen de importantes negociaciones comerciales que tienen lugar en la arena internacional”, aseguró también, y volvió a reclamar un tratado de libre comercio con China.
En la rueda de prensa posterior, fue consultado sobre las posibilidades concretas de que Uruguay abandone el Mercosur, algo que no negó. “En cuanto a lo que es la pertenencia al bloque, es una decisión que sin ninguna duda en algún momento Uruguay se tendrá que plantear, ya sea para modificar el propio tratado fundacional o eventualmente plantearnos la posibilidad de dejar el Mercosur en su condición de Estado fundacional y pasar a ser un Estado asociado”, expresó, sin diplomacias.
Perón traducido al portugués
En el encuentro del Mercosur será ocasión para que Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula Da Silva presenten hoy, juntos, la "Colección de la Unidad Latinoamericana", una selección bibliográfica publicada por la Cancillería argentina que reúne doce títulos que son clásicos de la historiografía, como sustento teórico de la búsqueda de integración latinoamericana. El primer título de la colección será el que Fernández le obsequiará a Lula para la foto ceremonial: América Latina: unidos o dominados, de Juan Domingo Perón, traducido al portugués.
Habrá más títulos en el regalo y la presentación: La Patria Grande, de Manuel Ugarte; Introducción a la América Criolla, de Jorge Abelardo Ramos; Perón y el peronismo en el sistema-mundo del siglo XXI, de Miguel Ángel Barrios; Revolución y crisis en el Mercosur, de Salvador Cabral; Estados continentales y la alianza argentino-brasilera, de Alberto Methol Ferré. La colección es coordinada por Víctor Ramos, hijo de Jorge Abelardo Ramos.
Los títulos que la completan son Nuestra América y otros escritos, de José Martí; La identidad latinoamericana, de Graciela Maturo; Las inversiones extranjeras en América Latina, de Carlos Montenegro; El crimen de la guerra y otros escritos, de Juan Bautista Alberdi; La unión latinoamericana, de José María Torres Caicedo, y una compilación de textos de autores variados que van desde Antonio Cafiero a Celso Amorín.
Se proyecta sumar a la colección títulos de autores brasileños como Manoel Bomfim, Darcy Riveiro, Luiz Moniz Bandeira, Helio Jaguaribe y Samuel Pinheiro Guimarães.