La optimización para motores de búsqueda (SEO, por sus siglas en inglés) es una estrategia ampliamente utilizada en el periodismo digital para incrementar la visibilidad de los contenidos y la cantidad de clicks. Consiste, a grandes rasgos, en una serie de recursos entre los que se destacan la utilización de nombres propios en la titulación, la inclusión de incógnitas en las portadas y la adjetivación permanente tendiente a captar la atención de usuarios que navegan en un entorno de abundancia informativa. En un contexto en el que, según el último informe del Reuters Institute, sólo el 43% de los argentinos están interesados en las noticias y un 70% desconfía de los medios, el desafío de posicionar contenidos noticiosos se torna trascendental para la vida de las usinas mediáticas.
Es posible advertir algunos puntos de contacto entre política y medios que abonan -y expanden- la hipótesis del paralelismo político propuesta por los intelectuales Hallin y Macini, según la cual existen puntos de contacto entre los objetivos, intereses, apoyos y perspectivas de los medios de comunicación y de los partidos políticos. Si bien la premisa fue pensada para analizar la comunidad de intereses entre los posicionamientos editoriales y los de las elites, subyace una estética que nuevamente los amalgama en la búsqueda de visibilidad, lectores y votos. Ahora en los ecosistemas digitales.
Un estudio del Observatorio de Medios de la Universidad Nacional de Cuyo, que analiza en tiempo real la cobertura de las elecciones en los principales medios digitales del país, aporta algunos datos para analizar el debate público propuesto por políticos y periodistas. Al respecto, la investigación advierte que, luego del cierre de listas, menos de un tercio de las notas más visibles se enfocaron en la disputa electoral, lo que ubica a la discusión política en el nivel de otros temas “blandos” y/o sensacionalistas comprobadamente clickeros.
El inicio de la campaña exhibe en los medios una polarización que resulta al menos desproporcionada en relación con la cantidad de opciones electorales. Con Unión por la Patria y Juntos por el Cambio acaparando una centralidad absoluta, terceras y cuartas opciones desaparecen de la discusión, aún cuando la oferta está compuesta por 19 fórmulas. Quizás La Libertad Avanza de Javier Milei, figura mediática por excelencia que como pocos supo captar y marcar el pulso de la discusión en el entorno digital, sea el ejemplo de una incipiente subre presentación que deja fuera de agenda a la mayoría de las candidaturas.
Si se analizan las características de la información sobre las elecciones publicada en la última semana, ocho de cada diez noticias se basaron en las apariciones públicas y declaraciones de los candidatos, principalmente orientadas a sentar posición sobre sus propias pujas internas. Una de cada diez abordó temáticas relacionadas con la coyuntura económica, generalmente asociadas al rol de Sergio Massa como ministro y candidato.
En cambio, salud, educación, trabajo, energía, ambiente o infraestructura son ejemplos de algunas discusiones centrales de cara al futuro que brillaron por su ausencia. Si bien resulta especulativo suponer que esos temas, retomando la jerga periodística orientada por la lógica SEO, “no garpan” tampoco para la política, su desaparición del discurso público a poco más de un mes de la primera contienda electoral abre un interrogante sobre el (des)balance entre contenido y forma. Probablemente el dato de que siete de cada diez piezas informativas se enfocaron en los rasgos personales y las acciones de los candidatos, mientras que sólo dos de cada diez contextualizaron los problemas tratados, pone de manifiesto la preponderancia de un patrón de narración política y mediática subida de tono y estridente que puede atraer la mirada, aunque no está comprobado que enamore.
Política y medios buscan centralidad a través de un griterío autorreferencial en medio de una campaña que tiene como trastienda altos grados de apatía ciudadana. Un informe del mes de junio de la consultora Proyección da cuenta de que a los argentinos les preocupa la inflación, la inseguridad, los bajos salarios, la corrupción y el funcionamiento de la justicia. En la primera semana de movimientos electorales, todos esos asuntos no estuvieron en agenda.
*Doctor en Ciencias Sociales, investigador del Observatorio de Medios de la UNCuyo
**Investigadora del Observatorio de Medios de la UNCuyo