La candidata de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich mostró desprecio por la Universidad Pública y odio al extranjero a través de sus dichos en el XVI Foro Atlántico "Iberoamérica: Democracia y Libertad” de la Fundación Internacional para la Libertad, en donde caracterizó a la Universidad Pública como un lugar “vacío de alumnos”, en donde “la mitad de la matrícula de alumnos son extranjeros, que vienen y toman las posibilidades que Argentina da”, concluyendo que “los argentinos quedan en un cementerio” refiriéndose a las escuelas secundarias.
En su supina ignorancia resuena la Ley de residencia y un prerreformismo universitario. Sin embargo, si pensamos en la concreción de "la hora americana" del Manifiesto Liminar, la misma es a través del vínculo de la Universidad Pública argentina con la región. Bullrich miente con sus datos, pero si fuesen ciertos, no serían condenables, sino celebrables.
Este tipo de planteos se enmarcan en un claro posicionamiento frente a la educación y, más particularmente, a la Universidad Pública, que se suma a las tristemente célebres expresiones de Mauricio Macri sobre "una terrible inequidad, de aquel que puede ir a la escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública", en 2017, en el marco de un conflicto docente durante su gestión como presidente, y las de María Eugenia Vidal, quién se preguntaba en 2018, mientras era gobernadora de la provincia de Buenos Aires, si era justo “llenar la provincia de Universidades Públicas, cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la Universidad”.
Nunca está de más reiterar las declaraciones de la Conferencia Regional de Educación Superior, tanto de 2008 como de 2018, donde se declara la educación como un derecho humano y, en tanto tal, la existencia de Universidades Públicas en el territorio nacional es uno de los imprescindibles elementos para la garantía del efectivo ejercicio de dicho derecho. Asimismo, las estadísticas provenientes del Ministerio de Educación muestran que durante el periodo 2021-2022 los estudiantes extranjerxs de pre-grado, grado y posgrado representan el 4,1% del total de los estudiantes de Universidades Públicas. Esta información evidencia la verdadera intencionalidad detrás de la propagación de este tipo de discursos.
Por todo esto, lo dicho por Patricia Bullrich pocos días atrás, en el marco de la campaña para las PASO contiene, a nuestro entender, dos “argumentos” que fortalecen una idea que el frente del que forma parte plantea desde hace años: la poca importancia que tiene la Universidad Pública para el desarrollo del país, y como consecuencia de esto, la necesidad de recortar su financiamiento.
Las expresiones vertidas, por un lado, muestran un desprecio por el extranjero que “se aprovecha” de las posibilidades y oportunidades que permite la Argentina. Más allá de la falsedad del dato brindado por Bullrich, el mismo hecho de que nuestro país sea una referencia en educación pública para el resto de América Latina, es motivo de orgullo y no de condena como ya expresamos.
Pero, en la lógica planteada desde Juntos por el Cambio, el “aprovechamiento” por parte de los extranjeros de la Universidad Pública, es una situación a corregir. Por otro lado, el reparo en la cantidad de Universidades Públicas que posee nuestro país, también está planteado como problema, como un exceso innecesario. Esto, que no está acompañado de datos (verdaderos o falsos), se manifiesta en el “vaciamiento de alumnos” que hoy existiría en las universidades. Nuevamente aquí, se nos presenta una situación que es necesario corregir. Es decir que ambos “problemas” tienen una solución, solución que casualmente es la que el Frente del que forma parte la precandidata, viene proponiendo desde hace años.
En este momento de crisis tanto económica como social, esto no solo pone en riesgo nuestra universidad como institución, sino la posibilidad de muchxs de nosotrxs de poder acceder y sentirnos parte de la educación como herramienta para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. Los dichos de Juntos por el Cambio son una muestra más de su intento por desbaratar la Universidad Pública, trinchera de construcción del pensamiento crítico y nuestro espacio para hacer frente a la realidad.
*Centro de Investigación en Gubernamentalidad y Estado. Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario.