Más allá de la tensión propia del armado de las listas y de los conflictos internos de casi dos años de gestión, Cambiemos superó con éxito su primera elección como alianza en el ejercicio del gobierno. Los resultados de ayer, que dependerán de su ratificación en las generales de octubre, permiten anticipar un cambio, aunque no drástico, en la relación de fuerzas al interior de la coalición. Tanto por cuestiones “simbólicas” como el contundente triunfo de Elisa Carrió en Capital Federal, así como por el crecimiento relativo del PRO en el interbloque oficialista en el Congreso Nacional, el equilibrio político interno para los próximos dos años será diferente. La UCR pierde un poco de terreno, la Coalición Cívica se consolida como un socio menor pero influyente y el PRO confirma su dominio tanto en el Ejecutivo como, ahora, en el Legislativo.
Los estrategas del macrismo, con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como su principal figura, consolidaron su liderazgo y revalidaron los títulos de su estrategia política de baja intensidad. De mantenerse en octubre los números de anoche, el PRO aumentará su representación en Diputados y superará en número de integrantes al radicalismo. El jefe de bloque, Nicolás Massot, tendrá que manejar una bancada que superará al radicalismo por más de 10 integrantes. Como gesto de buena voluntad y para mantener la paz en el Parlamento, la UCR mantendrá la presidencia del interbloque Cambiemos, aunque formalmente le correspondería ya al macrismo que superaría con creces los 41 legisladores que cuenta hoy.
Del 2,34 por ciento de los votos obtenido en 2015 como precandidata presidencial a convertirse en la dirigente más votada en el segundo distrito más importante del país. Ayer la líder de la Coalición Cívica demostró una importante capacidad para reciclarse políticamente y reposicionarse como figura nacional. Su bancada en Diputados, siempre si se mantiene la tendencia de las PASO, podría pasar de 4 a 10 integrantes. Capital Federal aportaría el mayor caudal para la CC con tres bancas: Carrió, Paula Oliveto y Juan López están en lugares con altas chances de ingresar en octubre. Por Provincia de Buenos Aires seguro entrará Héctor “Toty” Flores y Marcela Campagnoli. También hay candidatos “lilitos” en Santa Fe, Córdoba y Chaco, entre otras provincias. “Si te fijás la evolución de los resultados de Carrió son como un electrocardiograma”, le cuenta a PáginaI12 un hombre que la acompaña a la chaqueña desde hace más de una década. En el búnker de Cambiemos sostenían que los dos ganadores de la noche eran Carrió y la gobernadora María Eugenia Vidal.
Si bien el radicalismo lograría mantener su fuerza legislativa en Diputados, actualmente con 36 integrantes más los aliados del Frente Cívico y Social catamarqueño, es por lejos el menos beneficiado del triunfo de ayer de Cambiemos. Parte de esto podía observarse ayer: Ningún radical tuvo protagonismo en las distintas apariciones que Cambiemos hizo durante la tarde y noche. El “filtro de calidad” impuesto por el PRO en las listas, sumado a la presión para evitar que los radicales “díscolos” presentaran candidatos propias le garantizó al macrismo diluir la presencia de la UCR en el armado nacional. Ningún dirigente radical asomó la cabeza ayer como un referente de cara a las presidenciales de 2019. Los gobernadores radicales, Gerardo Morales, Ricardo Colombi y Alfredo Cornejo, ratificaron los triunfos en sus distritos pero al mismo tiempo quedaron encapsulados a sus distritos sin proyección nacional.