Joaquín Sperani, el adolescente que estaba desaparecido desde el jueves en la ciudad cordobesa de Laboulaye, fue encontrado muerto en una casa abandonada, a 100 metros de la escuela a la que asistía. Uno de sus amigos, también de 14 años, sería el autor material del crimen, según la propia confesión del joven. A partir de alí surgieron varias dudas en el caso, aunque una de las certezas que salieron a la luz hace pocas horas fue que Joaquín sufría bullying.
Un reciente informe de la organización civil Observatorio de Argentinos por la Educación señala que la percepción de las situaciones de agresión y bullying en las escuelas varía entre directivos y estudiantes. Sólo el 2,8% de las autoridades considera que los problemas de convivencia entre estudiantes son "un problema serio", mientras que el 74,5% del alumnado reconoce situaciones de discriminación en el ámbito escolar.
Consultado al respecto, el psiquiatra y presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatría, Ricardo Corral, señaló que una de las acciones para prevenir los casos de violencia escolar es poner relevancia en los factores de alarma y, sobre todo, en dar "buenas condiciones sociales en toda la comunidad educativa para percibir si hay alguna situación que pueda generar alguna preocupación en situación de las conductas de las personas".
Algunos factores que desencadenan el bullying
Po otra parte, Corral analizó qué pudo haber llevado a un joven de 14 años a dañar fatalmente a otro: "Hay situaciones que son familiares, hay otras que son propiamente escolares y otras propias de la edad, de la adolescencia, de chicos que están en crecimiento, donde no hay una maduración relacionada con los valores humanos elevados".
"El cerebro no está totalmente conformado, por lo que hay todavía un desarrollo de la personalidad, lo cual hace que también no haya una noción clara del riesgo y las consecuencias", explicó, en diálogo con AM750.
Y remarcó: "Lo que planteamos desde la Asociación Argentina de Psiquiatría es que como sociedad tenemos que mejorar en muchos sentidos, y sobre todo en lo que es mejorar las condiciones de vida de toda la comunidad, y que la escolaridad sea mejor y más continente", remarcó.
Por último, Corral expresó que un trabajo en conjunto con "toda la comunidad educativa", esto es docentes, alumnos, familias de alumnos, es vital para la prevención del acoso escolar. "Tiene que haber una concientización de todas las personas involucradas, ya que implica apuntar a desarrollar los valores humanos elevados", concluyó.
Cómo detectar un caso de bullying
Tres especialistas en acoso, Candelaria Irazusta, María Mercedes Pagliotti y María Zysman, elaboraron un listado para detectar casos. Entre otros puntos, es indispensable que los padres y madres presenten especial atención a los siguientes cambios de comportamiento de los niños y niñas. "Todos los cambios nos pueden indicar que algo está pasando", aclaran.
- "Cambios en su manera de mirar a los demás".
- Caída de ánimo. "Se apagan", dice Zysman.
- "Es un chico el fin de semana y otro de lunes a viernes".
- Cambios en el sueño: duermen mucho o no duermen nada.
- Tienen pesadillas.
- Se ponen muy selectivos con ciertas cosas.
- Aumento de la ansiedad en el corto plazo.
- "Tiene algo que se llama el 'síndrome del domingo a la tarde'", explica Irazusta.
- Retraimiento, "dejan de compartir lo vivido durante el día", dice, por su lado, Pagliotti.
- Se acrecienta la vergüenza y la angustia se hace más notoria.
- Modificación de hábitos ya adquiridos, como el aseo personal, el apetito, la rutina del sueño.