Con la actividad sosteniendo niveles importantes para una economía carente de dólares y con una inflación muy elevada, la marcha de los precios y la situación de los salarios quedó como un frente de batalla central para el Gobierno, de cara a las elecciones presidenciales. Tanto en el oficialismo como en las consultoras privadas parten la situación en dos: lo que ocurra antes de las PASO y el escenario del segundo semestre, más recalentado por la zona de definiciones de los comicios.
Todo indica que antes de las primarias continuará un escenario de desaceleración de precios, con eje en Alimentos y Bebidas, que seguiría subiendo menos, impactado por un menor efecto de la sequía sobre algunos precios internacionales que pegan en bienes de consumo masivo. Tanto en el ministerio de Hacienda como en el sector privado aseguran que, dado el fenómeno, el IPC de junio podría quedar cerca o por debajo del 7 por ciento, viniendo de un 7,8 en mayo y un 8,4 en abril. De todos modos, en julio habrá un poco más de impacto de alimentos porque el Gobierno comprometió una suba de 5 puntos el día 15 del mes para los productos de góndola.
En la Secretaría de Comercio tienen el dato que hay una desaceleración, además de en algunos productos frescos, en productos de góndola de los grandes supermercados. Un fenómeno que se daría por segundo mes consecutivo y que no incluye la marcha de esos mismos precios en comercios de cercanía. En los barrios, el alza de precios de la canasta básica sigue siendo mucho más alto que en los híper, y ese segmento social pesa mucho más en el IPC.
Así, el ministro de Economía, Sergio Massa, lograría cierta calma en los precios hasta llegar a las primarias. Pero el mayor desafío parece ser posterior a agosto, dado que los salarios vienen perdiendo contra los precios y en el Gobierno no descartan medidas de recomposición de los ingresos. En paralelo, el segundo semestre enciende dos luces amarillas: saber si llegarán los dólares necesarios para estabilizar todo el escenario, incluídos los precios, y ver cómo pegarán los resultados de las elecciones sobre las variables económicas.
La falta de dólares y el congelamiento
El segundo semestre es, para el Gobierno y las consultoras, una X aún sin despejar. En Economía aseguran que con los dólares del swap chino y el acuerdo casi cerrado con el FMI, la estabilización está garantizada, pero sostener la desinflación será un problema porque, además, habrá condicionantes electorales para los números generales.
En este contexto, el Gobierno tomó la decisión de hacer un congelamiento de precios no sobre Alimentos, sino sobre otros rubros que impactan en el IPC con subas muy curiosas. Como Economía acaba de decidir la extensión del plan de cuotas Ahora 12, para fomentar el consumo, busca evitar avivadas. Así, hasta el 15 de agosto se acordó congelar precios de sectores que están en Precios Justos, entre ellos Celulares, Electro, Textiles, Línea Blanca, Motos y Calzado.
Se llegó a ese punto porque Comercio comprobó que el mes previo se habían disparado los precios y, además, muchos de esos sectores tenían stock guardado que no ponían en el mercado o vendían a precio futuro. El congelamiento operó porque los que están en Precios Justos tienen el beneficio de un plazo más corto para acceder al Mercado Libre de Cambios (MULC), y no se pueden permitir especulaciones.
Qué dicen los privados
La consultora Analytica tiene para Junio un IPC de 7,1, pero un promedio por arriba del 7 para el resto del año. "No hay condiciones para que en la segunda mitad del año se sostenga. No hay dólares y hay elecciones", sintetizó Claudio Caprarulo, director de la firma.
Por su parte, la consultora Eco GO, que conduce Marina Dal Poggeto, pronosticó un 6,6 por ciento para junio, algo más de un punto menos que lo reportado por la firma en mayo. En esa misma línea, C&T Asesores observa que habrá un 6,7 de inflación mensual en junio. En ese contexto, alimentos y bebidas tuvo una inflación mensual de 5,6% promedio en las últimas 4 semanas.
Por último, la consultora Libertad y Progreso reportó que el índice de precios de junio será también menor al de mayo, pero más cerca del 7 por ciento y sin quebrar el piso hacia abajo.