A un mes del inicio de las protestas que tienen en vilo a Jujuy como pocas veces en su historia, la tensión ahora se acelera sobre nuevas dinámicas que llevan el conflicto a lugares insospechados. Es que la pueblada de la madrugada del sábado en Humahuaca, que terminó con represión y la declaración del Concejo Deliberante local en contra de la reforma constitucional dictada por el gobernador Gerardo Morales, despertó nuevos bríos en los distintos distritos de la provincia, cuyos habitantes ahora les exigen la misma resolución a sus cuerpos legislativos. Un efecto dominó que no parece encontrar freno, ya que llegó hasta San Salvador, la mismísima ciudad capital.
En Tilcara, distintos pobladores se movilizaron ayer hasta el Concejo Deliberante de esa localidad turística de la Quebrada para exigirles a los concejales que sesionen. A diferencia de lo sucedido en Humahuaca, donde los manifestantes rodearon el recinto (que funciona en el mismo edificio de la municipalidad), en este caso los tilcareños prefirieron apelar a un recurso menos violento pero igual de operativo: la recolección de firmas para darle representación ciudadana a un pedido por escrito.
El HCD tilcareño tiene seis concejales, tres de ellos de la UCR. Naturalmente, los ediles partidarios de Morales faltaron tanto el lunes como este martes, ardid para evitar el quórum y de esa forma impedir la sesión. Este miércoles será el tercer intento. Mientras tanto, los reclamos callejeros se multiplican y mantienen la expectativa de que el Concejo pueda sesionar a través de una convocatoria especial, recurso que el reglamento permite siempre y cuando se cumplan una serie de protocolos. Los objetivos son dos: lograr la declaración de rechazo a la reforma constitucional y también hacer uso de la denominada “séptima banca”, una especie de “escaño del pueblo” que no tiene voto pero sí voz.
La Quiaca había dado el primer paso con una minuta de declaración movilizada por su propio intendente, aunque para no quedarse relegado tras las avanzadas de los distritos humahuaqueños es que se pidió además que el Concejo Deliberante se expidiera a través de una resolución formal. Eso finalmente ocurrió este martes con un escrito bastante explícito en el que "rechaza en todos sus aspectos la aplicación de la reforma parcial de la Constitución de la provincia de Jujuy en la jurisdicción de la municipalidad de La Quiaca", "repudia el accionar represivo e inconstitucional de las fuerzas de seguridad de la provincia", "manifiesta absoluta solidaridad y acompañamiento al pueblo jujeño que se expresa libremente en contra de la reforma” e “insta al Poder Ejecutivo provincial a tomar una actitud de conciliación y diálogo para escuchar las demandas del pueblo y replantear la reforma”.
Efecto contagio
Los ejemplos de Humahuaca, Tilcara y La Quiaca inspiraron a otras localidades de la provincia a intentar motorizar lo mismo en sus respectivos cuerpos legislativos. Así está sucediendo desde ayer en Abra Pampa, Uquía, Maimará, Libertador General San Martín y Perico, un panorama cartográfico interesante, ya que en todas esas localidades se abarcan las cuatro regiones jujeñas: la Puna, la Quebrada, la Yunga y los Valles.
En Abra Pampa se desarrolla el piquete más férreo, el primero donde se realizó una interrupción total de la ruta (en este caso, la 9), después de declararlo por un lapso de 48 horas a partir del domingo a la tarde. Uquía, en tanto, es el bastión principal del departamento de Humahuaca y uno de los más fuertes de toda la Quebrada junto al de Purmamarca. Y Maimará, por su parte, representa una clara muestra del “efecto derrame” de la metodología tilcareña por pedir la declaración del Concejo a través de un texto firmado, ya que ambos pueblos están contiguos.
Libertador General San Martín es el nudo más fuerte de la zona conocida como El Ramal, al oeste de la provincia. A la vez que Perico representa un lugar de importancia estratégica no solo por allí encontrarse el aeropuerto principal, sino también porque arrima el reclamo prácticamente a las narices de San Salvador. Una cercanía incómoda para Morales, quien tiene en la capital su propio palacio gubernamental (aunque no asiste al mismo desde que decidió irse de la provincia tras la violenta represión del martes 20 para dedicarse exclusivamente a la campaña de su precandidatura como vicepresidente de Horacio Rodríguez Larreta). La muestra clara de la incomodidad que genera Perico está en que fue el único corte de ruta en el que intervino expresamente la policía jujeña luego de la violenta intervención represiva en las barricadas del cruce entre la 9 y la 52, sobre el acceso a Purmamarca.
A pesar de la demonización que el elenco de Juntos por el Cambio de Jujuy repite para generar desprecio en los manifestantes, está claro que los reclamos se sostienen gracias a una heterogeneidad manifiesta en docentes, comunidades indígenas, organizaciones sociales, sindicatos, algunos productores, incluso gauchos. Todos lo hicieron con notas firmadas por los habitantes. Así quedó demostrado en el avance seguramente más irritante para la administración: este martes se supo que la Multisectorial (integrada por gremios varios, comunidades indígenas y organizaciones sociales) había hecho efectivo el pedido de rechazo de la reforma constitucional al Concejo Deliberante de San Salvador. La capital jujeña suma un nuevo frente de reclamo un mes después de la primera movilización docente, aquel minuto cero de una tensión que hoy no tiene visos de pronta resolución.