Volatilidad macroeconómica, restricción externa, traslado de la devaluación a precios, dolarización financiera e inercia inflacionaria son algunos de los conceptos que eligió  Germán Feldman, el subgerente general de investigaciones económicas del Banco Central, para explicar los aspectos estructurales que le dan a la economía argentina la particularidad de tener números de inflación muy por encima del promedio de la región. Los desafíos de política monetaria a los que se enfrenta el Central por el panorama sombrío de reservas internacionales bajas dada la sequía en 2023, se compensarán a mediano plazo por el aumento de las exportaciones. 

"Para dar un mensaje no tan preocupante, pensemos que en el mediano plazo las perspectivas son más favorables para el dinamismo de las exportaciones, clave para aliviar la restricción externa y generar condiciones para el crecimiento sostenido", cerró Feldman el primer bloque de las Jornadas Monetarias y Bancarias 2023. Compartió panel con sus pares de Perú, Uruguay y Bolivia. Aunque con diferentes problemáticas, los tres países plantearon la centralidad del dólar en la práctica de la política monetaria.

Aspectos estructurales 

Germán Feldman comenzó su exposición haciendo un repaso de los aspectos estructurales que condicionan la política económica argentina: volatilidad macroeconómica, restricción externa, traslado de la devaluación a precios, dolarización financiera e inercia inflacionaria. El diagnóstico de Feldman no difiere del de muchos economistas macroeconómicos, pero la relevancia radica en que es la mirada del Banco Central, un agente clave para el manejo de la inflación. 

"Las fases de crecimiento han tendido a coincidir con deterioros de la cuenta corriente", aseguró el licenciado en Economía acompañado de un gráfico que muestra el problema de la restricción externa en el país: en los años en los que el Producto Interno Bruto (PIB) crece, la cuenta corriente - que mide contablemente el intercambio de bienes y servicios y otras transacciones entre el país y el resto del mundo- cae y viceversa. "Los desequilibrios externos se han corregido con devaluaciones bruscas", amedrenta la filmina que acompaña la exposición de Feldman. Este fenómeno se explica por la matriz productiva argentina, que necesita hacerse de dólares para adquirir insumos y bienes de capital importados para aumentar la producción. 

La estructura productiva argentina, dependiente de los dólares por el alto componente importado y sectores transables protagonistas, también explica un fenómeno importante para los tomadores de decisiones, y es el alto grado de traspaso de las devaluaciones a precios. "Por lo general, en un contexto en que la región ya cuenta con un pass through algo más elevado que el resto del mundo, en Argentina se potencia todavía más". En efecto, mientras en Argentina se calcula que el porcentaje de traslado de una devaluación a precios es mayor que el 35 por ciento, la mayoría de los países de la región como Chile, Colombia o México, ese guarismo es menor al 10 por ciento, incluso llegando a tener un efecto nulo en otros como Brasil. 

Al igual que en el resto de los países de la región, los niveles de dolarización financiera son muy altos en Argentina. "Por la volatilidad macroeconómica", asegura Feldman que luego corrobora lo difícil que es hacer política monetaria en una historia económica marcada por el hecho de que mantener dólares genera ingresos reales más altos que los plazos fijos. "Generar condiciones para obtener retornos reales positivos sobre los activos denominados en pesos son necesarios, pero pueden no ser suficientes dada la historia y la recurrencia y las dificultades de generar condiciones de un régimen cambiario estable a largo plazo", lamenta. La contracara de esta característica es el escaso desarrollo deñ mercado financiero local , donde Argentina nuevamente muestra números por debajo de la región.

Al hacer el ejercicio de descomponer la inflación núcleo de los últimos años para entender qué la causa, desde el área de investigaciones del BCRA observan que el rol de la persistencia de la inflación es determinante al momento de explicar la dinámica presente. Otra parte de la lleva el componente contemporáneo, es decir los shocks externos como una suba de precios internacionales. 

En el ejercicio de descomposición, la inercia inflacionaria es el principal determinante de la inflación en los últimos veinte años. y principal. Lo que llaman shock transitorios tienen una incidencia mas pequeña, "salvo en 2018 y 2022 que sí destacan, sobre todo los shocks cambiarios y de precios internacionales", asegura Feldman y remata: "Los shocks transitorios se llaman transitorios pero tienen efectos permanente en la inflación".