Entre las décadas del 50 y 60, el fotógrafo nigeriano JD 'Okhai Ojeikere (1930-2014) comenzó un proyecto de gran envergadura, al que dedicaría años y años y que le acabaría dando reconocimiento mundial: se dedicó a documentar peinados de mujeres de su país a los fines de hablar de la sociedad africana poscolonial, de la diversidad de las etnias, de la complejidad y el simbolismo detrás de ciertas costumbres. Costumbres como trenzarse de tal o cual modo la melena, dicho está, a partir de técnicas y estilos que en muchos casos se remontan a culturas milenarias, y en otros reflejan modas e influencias modernas.

En estos intricados diseños capilares, JD 'Okhai Ojeikere supo ver auténticas obras de arte, y las capturó idealmente en sus elegantes imágenes en blanco y negro, llegando a fotografiar más de mil peinados en vida. “Algunos son puramente decorativos; otros tienen connotaciones más profundas; hablan, por ejemplo, del estado social y civil de la mujer, de su edad, etcétera”, observa en la actualidad Medina Dugger, fotógrafa nacida en Texas (Estados Unidos), que se formó en París (Francia) y, desde 2011, vive en Lagos (Nigeria).

Chroma, una de sus últimas series, es un declarado homenaje al legado de JD 'Okhai Ojeikere: aquí Dugger presenta su propia recreación de estilos de ayer y hoy, apostando por los colores explosivos. “El enfoque de Ojeikere fue de naturaleza documental: hizo un inventario de más de 1000 estilos y acumuló un índice que abarca más de 40 años. Empezó a fotografiar el cabello de las mujeres tras el resurgimiento de los diseños tradicionales, que volvieron a ser populares cuando Nigeria se independizó. Antes, las pelucas y el alisado del cabello estaban en boga, especialmente en las zonas urbanas del país”, anota Medina sobre su musa, y pronto explica que, en la actualidad, “algunos de los estilos capilares más intrincados y tradicionales corren el riesgo de ser abandonados, esta vez como resultado de la influencia de las tendencias globales”.

De allí que Chroma sea mucho más que un tributo al mentado fotógrafo: tiene además la meta de preservar y fomentar antiguas prácticas nigerianas desde una perspectiva contemporánea que, asimismo, se anima a imaginar fantasías capilares. Con objetivo añadido, dicho sea de paso: celebrar la habilidad y la artesanía que han dominado tantas mujeres para lograr tan despampanantes peinados, casi piezas escultóricas, durante siglos.