La etapa de alegatos del juicio por el crimen de Lucas González llegó a su fin este jueves y sólo resta conocer el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°25. La última defensa en alegar fue la de Sebastián Baidón, el oficial al que la acusación le achacó el delito de torturas luego de que Joaquín Zuñiga, uno de los tres sobrevivientes de la balacera policial, lo señalara en el juicio como quien le gritó insultos racistas mientras lo tenían esposado boca abajo. La defensa del oficial dijo creerle a Joaquín sobre lo que contó, pero alegó que el chico confundió al responsable, que no fue Baidón, y que el oficial ni siquiera lo esposó, por lo que pidió la absolución del imputado. El tribunal fijó la fecha del veredicto para el próximo martes 11 de julio.
El juicio que investiga las responsabilidades en el homicidio del adolescente de 17 años y el posterior encubrimiento del crimen llegará a su fin tras cuatro meses de audiencias y más de quince jornadas. El veredicto se leerá el martes, en los tribunales de Comodoro Py donde se llevaron a cabo las dos primeras audiencias del proceso antes de que el debate se trasladara a la sede del TOC N°25 en Paraguay al 1500. Así lo anunció Hugo Navarro, presidente del tribunal, al finalizar la audiencia en la que Valeria Corbacho, abogada de Sebastián Baidón, presentó el último alegato de las defensas.
Sacando a Gabriel Isassi, Juan José Nieva y Fabián López, los tres oficiales de brigada acusados por el homicidio agravado de Lucas que enfrentan la posible pena de prisión perpetua, Baidón es el oficial para el que la acusación pidió mayores penas. La querella encabezada por Gregorio Dalbón pidió 30 años para él, mientras que el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente solicitó 17. En la segunda audiencia del juicio, en la que declararon los tres sobrevivientes, Joaquín Zuñiga identificó a Baidón como uno de los oficiales que les gritó insultos racistas cuando él y Julián Salas estaban esposados boca abajo en Alvarado y Perdriel, la esquina en la que fueron detenidos tras la balacera.
En esa jornada los dos refirieron haber soportado gritos como "negros de mierda", "villeros", "a vos también hay que pegarte un tiro", o preguntas como "¿dónde está la droga?" o "¿dónde tenés el arma con la que mataste a tu amigo?". Este jueves Baidón escuchó el alegato de su defensa sentado junto a Corbacho. El efectivo, que ese 17 de noviembre de 2021 oficiaba de chofer del principal Héctor Cuevas, se mantuvo en silencio, con la frente en alto y la vista fija en la pared durante las más de cinco horas de alegato. Primero oyó a Fernando Lirman, codefensor de Corbacho, quien respondió a la acusación.
“Le creemos a Joaquín que crea que fue Baidón quien refirió esas frases inadmisibles, los chicos no tienen razones para mentir, pero cualquiera que pasa por una situación como esa se puede equivocar en el contexto en el que estaba. Está convencido de que fue Sebastián y es entendible”, dijo Lirman, para luego asegurar que no fue su defendido quien realizó esos gritos. Aunque ratificó que Baidón no hizo nada de lo que se le acusa, Corbacho sostuvo que, en todo caso, la tipificación de torturas es exagerada, dejando abierta así una ventana para calificaciones como vejaciones o apremios, con escalas penales más leves.
Lirman también hizo mención a otro punto importante en la imputación sobre Baidón. Tanto el oficial como Joaquín y Ricardo, su padre, señalaron que horas más tarde del crimen el efectivo se acercó a ellos para disculparse. El abogado ratificó lo que dijo Baidón en su declaración al asegurar que, en realidad, el oficial primero les habló para aclarar que él no fue quien lo maltrató. "No pidió disculpas, dijo “yo no fui'", aseguró Lirman, quien agregó que sólo luego de eso se disculpó por si algo había ofendido al chico. "El perfil de policía que todos queremos combatir no es compatible con alguien que pide disculpas, con alguien que dice 'disculpame, yo no fui'. La gente que es así, con la condición de poder que aprovechan, no termina de hacer eso y pide disculpas. Sebastián quiso que se supiera que no fue él y lo hizo espontáneamente en el momento de los hechos", añadió.
La defensa de Baidón también buscó desligar al oficial de los otros dos delitos que se le achacan en calidad de coautor: encubrimiento y privación ilegítima de la libertad de los amigos de Lucas. Dijeron que el oficial sólo fue al lugar porque era el chofer de Cuevas y repitieron el relato realizado por Baidón en su indagatoria, en la que señaló que el sólo hizo un “cacheo preventivo” a uno de los chicos pero no los esposó ni les gritó nada. Sobre ese cacheo, Corbacho dijo que fue “para buscar armas porque habían modulado que los cuatro jóvenes estaban armados y cualquier policía debía corroborar la existencia o inexistencia de armas. ¿Cómo podía representarse que la modulación era falsa?”.
Tras el alegato, el tribunal corrió vista a la acusación para responder a las nulidades de sus alegatos que algunas de las defensas presentaron y para replicar sus exposiciones. Sobre la de Corbacho, Dalbón señaló que Joaquín “en la sala de juicio levantó la mano, señaló a Baidón y dijo que le dijo ‘negro hijo de puta te vamos a pegar un tiro en la cabeza’. Eso es tortura, Baidón es un torturador y así debe ser condenado”.
Por su parte, Pérez de la Fuente recordó uno de los videos que exhibió en su alegato, en el que se ve el momento en que a Julián le tomaron muestras para realizar el dermotest: "En ese video Julián todavía temblaba. La situación por la que pasaron esos jóvenes en ese momento es iniguanable, y para nosotros es inimaginable", dijo. Por último, el fiscal se dirigió a los jueces del TOC: "Al sentarse a resolver este juicio, recuerden que empezó con las declaración de los chicos, de los papás y de las mamás. Recuerden que a toda esa gente esto les cambió la vida", afirmó.
Además de Isassi, López, Nieva y Baidón, el tribunal deberá resolver sobre los otros diez imputados por el encubrimiento: el comisario inspector Daniel Santana, el comisario de la 4D, Fabian du Santos, el comisario de la 4A, Rodolfo Ozán, el comisario de brigadas, Juan Romero, el subcomisario de brigadas, Roberto Inca, el subcomisario de la 4D, Ramón Chocobar, el principal Cuevas, y los oficiales Jonathan Martínez, Ángel Arévalos y Daniel Espinosa.