Las primarias del domingo mostraron en el electorado rosarino un notorio crecimiento de las opciones de derecha. La ciudad que desde finales de los '80 se había erigido como el bastión nacional del Partido Socialista hasta proyectarlo al gobierno provincial en 2007, ahora se tiñó de amarillo macri en todas sus seccionales, en sintonía con el resto de la provincia, e incluso con la mayoría del país. A la supremacía alcanzada por la interna de Cambiemos, entre Roy López Molina y Anita Martínez, debe considerarse que a la lista encabezada por el santafesino Albor Cantard ‑de muy bajo conocimiento popular‑ la votaron 154.000 rosarinos sobre un total de 673.000 votos válidos. Pero también hay que sopesar la sólida elección de los otros candidatos del arco de centro derecha, que superaron el piso mínimo exigido y clasificaron para la elección general de octubre: Jorge Boasso, Diego Giuliano y hasta Amalia Granata, si se quiere.
El radical que fue impedido de participar en la interna de Cambiemos obtuvo con partido prestado ‑Unite‑ 92.000 votos, de los cuales 45.000 los consiguió en Rosario. "El balance fue satisfactorio, teniendo en cuenta que estuvimos en contra de los grandes aparatos", dijo Boasso, conforme con lo cosechado. Desdeñó el desempeño de Cantard e insistió en no romper a pesar del jefe radical José Corral. "La gente votó a la marca Cambiemos, no al candidato. Nos hubiese venido muy bien la interna, pero bueno: Macri gana en Santa Fe si se suman mis votos, lo cual no está mal porque yo estoy en Cambiemos", recordó.
Diego Giuliano, a la cabeza de 1 Proyecto Santafesino, del massismo, obtuvo en Rosario el 7 por ciento de la preferencia ciudadana, es decir, 47.300 de sus 76.200 votos, un 4,23 por ciento que le permitirá estar en el cuarto oscuro de octubre. Eso solo le motivó el festejo, puesto que este concejal de origen peronista nunca había realizado una elección mejor que esta. "Creo que lo de hoy es la foto de una película cuyo argumento va a ir cambiando hasta octubre. Faltan dos meses y es probable que un porcentaje de los votantes muten, como lo han hecho otras veces en Santa Fe", dijo ayer a la prensa. Por cierto, Giuliano y Boasso superaron en Rosario al candidato del Frente Progresista, Luis Contigiani, que obtuvo 42.000 sufragios.
Menor, en cambio, ha sido el desempeño de la candidata massista en el Concejo, su actual presidenta e histórica concejala, Daniela León, que saltó desde el Frente Progresista y sólo arañó 18.000 votos. Igual le alcanza para competir en octubre.
Sin despeinarse ni hacerle gastar demasiado a su mentor, José Manuel De la Sota, la mediática Amalia Granata se coló en la elección general y será una postulante más al Congreso de la Nación, con más resto que otros de verdadera trayectoria política en la izquierda como Carlos Del Frade, Caren Tepp y Octavio Crivaro. Aunque ante los medios porteños dijo que ganó la interna del massismo, la realidad es que fue por afuera, dentro del frente Popular con su lista Una Santa Fe Renovada, y consiguió 44.800 votos (3,54 por ciento), de los cuales 15.000 los sacó de Rosario.
Roy López Molina dio el batacazo interno en el frente Cambiemos, cuando todos suponían ‑encuestadores incluidos‑ que la lista de Anita Martínez sería la sensación de las primarias. El diputado provincial quiere volver al Palacio Vasallo, y lo hará encabezando la nómina macrista, relegando a la diputada nacional ‑a la que aventajó por 13 mil votos‑ al segundo lugar en la lista.
"A priori se suponía que Anita largaría en la pole position y yo un poco más atrás, pero bueno, está claro que el resultado refleja las ganas de cambiar de los rosarinos, y de que Rosario se suba al cambio que está ocurriendo en el país", señaló el precandidato más votado en las PASO de Rosario. Obtuvo 82.000 votos, que se suman a los 68.600 de Martínez.
López Molina dijo que lo de anteayer "fue el primer pasito" y adelantó: "Ahora hay que seguir transmitiendo el mensaje de que se puede vivir mejor, de que no se debe entrar a casa con miedo a que nos roben, que no debemos esperar un colectivo 40 minutos, todos esos problemas que tienen mucho tiempo y que nadie se puso a resolverlo. La elección de octubre es el puntapié para empezar a resolverlo desde el Concejo y proyectar hacia el futuro la ciudad que soñamos".
"No hay ningún problema que no podamos resolver si tomamos la decisión. Ese cansancio se reflejó en la elección. La duración de un proceso político dura lo que el rosarino quiere que dure", concluyó.