La canasta de crianza de la primera infancia, niños y adolescentes alcanzó a 98.339 pesos en mayo para el caso de niñas y niños menores a un año de edad, a 116.050 pesos para el caso de entre uno y tres años de edad, a 93.204 pesos para infantes de entre cuatro y cinco años y a 88.659 pesos para adolescentes de entre seis y doce años. Así lo dio a conocer el Indec en su primer informe sobre el tema correspondiente al quinto mes del año. Esta iniciativa había sido anunciada por el gobierno el 8 de marzo pasado en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
La canasta pasará a ser un valor de referencia para saber cuánto destinan las familias a alimentar, vestir, garantizar vivienda, trasladar y cuidar a los infantes. En materia de datos y estadísticas se trata de una herramienta pionera, que servirá para fines analíticos y también podrá utilizarse en los procesos de separación de parejas.
“El sistema judicial todavía hace probar a las madres, con tickets y demás detalles, cuáles son los gastos en cuidado, en tiempo y dinero, y el índice es un avance en este sentido", explica Lucía Cirmi Obón, subsecretaria de Políticas de Igualdad en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “La cantidad de hogares monomarentales supera 1,6 millones en Argentina, esto es, el 11,7 por ciento del total relevado por las estadísticas”, señala Noelia Torres, integrante del colectivo de economistas feministas Paridad en la Macro. El índice viene a poner una cifra a esa desatención de los varones respecto de la tareas de cuidados.
La canasta de crianza incluye tanto el costo mensual para adquirir bienes y servicios como el costo de las tareas de cuidado que surge a partir de la valorización del tiempo requerido para dicha actividad. Son tareas de cuidado lavar y planchar ropa, cuidar mascotas, ordenar y/o lavar los platos, ayudar con la tarea escolar, hacer compras o trámites. Las mismas “están mal distribuidas en términos de género en todo el país”, sostiene Cirmi Obón, para agregar que “en los territorios donde hay más infraestructura de cuidado y recursos para contratar cuidadoras a domicilio, esa desigualdad se nota menos no porque los varones estén más involucrados sino porque las mujeres pueden delegar dicha tarea en otras mujeres mayormente”.
Cirmi Obón es una de las responsables del proyecto de ley Cuidar en Igualdad, que todavía aguarda ser sancionado en el Congreso, y que estipula una distribución más equitativa de dichas tareas: concede 90 días de licencias por paternidad y crea un Sistema Integral de Políticas de Cuidados para socializar el conocimiento sobre las tareas de cuidado y crear un registro de trabajadoras del sector, apuntando a distribuir mejor en términos de género dichas labores. El costo por hora mensual del cuidado se estima en 500 pesos para niñas y niños menores a cinco años y vale casi 800 pesos para aquellos de edad mayor a cinco, según el informe de Indec.
En tanto, para el cálculo del costo de los bienes y servicios Indec toma el valor mensual de la canasta básica total (CBT) del Gran Buenos Aires, que difunde todos los meses el organismo para la medición de la pobreza. Dentro de la CBT se incluye tanto el costo de los alimentos necesarios para cubrir requerimientos energéticos mínimos, como el de los bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, vivienda).
Si el costo de criar a niños de uno a tres años es de 116.050 pesos, “una mujer con ingreso promedio no alcanza a cubrir esta canasta: el ingreso medio de una persona fue de 123.782 pesos en el primer trimestre del año, según datos difundidos por Indec la semana pasada, pero en el caso de una mujer el ingreso es más bajo, fue de 103.964 pesos”, aclara Noelia Torres.
Por eso es tan importante focalizar medidas de políticas en ese grupo de la población femenina y monomarental, donde también el desempleo es más alto llegando al 46 por ciento. Bajos ingresos, desempleo e informalidad retratan la realidad de esas jefas de familia. La informalidad escala al 78 por ciento de los hogares monomarentales, según cifras oficiales.
A esas injusticias se suman el abandono por parte de los varones padres. Según datos de Unicef, el 50,2 por ciento de los hogares en los que no vive el padre no recibió ningún tipo de cuota alimentaria en los últimos seis meses y el 12 por ciento sólo recibió dicha cuota algunos meses. “En otras palabras, más de la mitad de los hogares a cargo de las mujeres no reciben el pago de las obligaciones alimentarias en tiempo y forma”, sostiene Torres.