“En términos históricos, durante mucho tiempo teníamos que argumentar por qué hacía falta una cátedra, ahora a partir de la cuarta ola del feminismo, del feminismo de masas y como ha permeado a la sociedad, ya la gente e incluso el alumnado entiende perfectamente por qué hay una cátedra de género en Psicología”. La psicoanalista Débora Tajer da cuenta así del impacto de la última ola del feminismo en la cátedra de Estudios de Género de Psicología de la UBA, cátedra que transformó a la Facultad en pionera en la inclusión de la perspectiva de género en carreras de grado en América Latina y que sigue celebrando sus más de tres décadas de su nacimiento. La próxima cita es el lunes próximo, a las 17.30, en la Biblioteca Nacional donde se presentará el libro Psicología feminista. 30 años de la Cátedra Introducción a los Estudios de Género de la Facultad de Psicología de la UBA.
El libro fue editado por la editorial Topia, compilado por Tajer. Recopila las ponencias de más de una veintena de especialistas que participaron de las jornadas en las que se conmemoró ese aniversario en 2019. Entre ellas Mabel Burin, Graciela Morgade, Viviana Mazur, Mabel Bellucci y Sonia Santoro. Y, por supuesto, la pionera en el campo, Ana María Fernández, creadora de la cátedra --y su titular hasta el 2013--, que dictó ininterrumpidamente desde 1989, cuando surgió con el nombre de Estudios de la Mujer; un nombre que al calor de los avances feministas fue cambiando. “Es una cátedra que surgió con la segunda ola, o sea que es heredera del planteo de Simone de Beauvoir sobre qué es una mujer. Empezó siendo Estudios de la mujer, después se planteó el tema de las mujeres, la diversidad que hay dentro de las mujeres, que no somos todas iguales. Esta cuestión que vinieron a plantear los feminismos negros, los feminismos de base, esta cuestión de la clase social que plantearon los feminismos socialistas. Y después incluyó muy tempranamente en el año 95 la cuestión relacional y las masculinidades, que ya empezaron en plural. De hecho cambió su nombre en el 2000 por Estudios de Género. Y en 2010 ya fue incorporando también la cuestión de las disidencias sexuales e identitarias. En 2015 fue impactada por el movimiento #Niunamenos, por la marea verde en 2018 y eso nos aumentó exponencialmente la inscripción”, explicó Tajer, actual directora de la cátedra, en diálogo con Página/12.
Hoy la pregunta acerca de para qué una cátedra de género en la formación de Psicología casi pierde entidad de tal, ya que como explica Tajer, la gente sabe por qué es necesaria. Sin embargo, nunca está de más explicarlo, por si algún distraído y distraída no lo sabe. Además el hecho de que la cátedra sea después de tanta historia una materia optativa del ciclo profesional puede ser leído como una señal de que no hay dejar de divulgar y hablar de la importancia. Justamente este tema es parte del segundo apartado del libro: “Una cátedra de género en la formación de grado de psicología ¿para qué sirve?”. “Porque es muy necesario que haya gente que esté formada que pueda incorporar una mirada pospatriarcal y posheteronormativa en la atención --explicó Tajer--. Porque si no la psicología queda amarrada a modalidades patriarcales y modalidades binarias, con lo cual no tiene herramientas para trabajar el dolor humano y todos los malestares atravesados por la novedad que implica la perspectiva de género en términos de haber incorporado los cambios que hay en las masculinidades y en las femineidades. Sino se mide a la gente y se la interpreta y se la atiende con modelos tradicionales de los tiempos de los tiempos fundantes de la psicología y no modelos aggiornados a quienes son hoy los sujetos y las sujetas”.
El libro está organizado en cuatro apartados. El primero se titula “Pasado, presente y futuro de la perspectiva de género en la formación en Psicología”, el tercero “Con mis hijes ¡sí! Debates sobre avances y retrocesos en la Educación Sexual Integral” y el cuarto “Escraches, denuncia de abusos en adolescencia, deconstrucción. Impacto de la marea verde”.
¿Por qué plasmar estos debates en papel? Para “sistematizar” dice Tajer, “poner por escrito las experiencias y los debates. Es muy importante porque sino solo recuerda quien participó, sino es historia oral o que alguien estuvo en una clase. Pero es muy importante poder ponerle letra y poderlo circular para que exceda el momento en que eso sucedió. Y además para crear literatura propia. Es un libro para la sociedad pero también es texto de estudio, es producción propia de la cátedra y es parte de nuestra especificidad, es una cátedra que produce contenidos, no solo divulga”. Y también es una cátedra que cobija y amontona y da lugar a las generaciones más jóvenes que pudieron “escribir al lado de plumas más consagradas”.
--Se dice a veces que después de haber conseguido la ley de aborto los feminismos están desmovilizados ¿qué se ve en las aulas? --preguntó Página/12.
--Lo que pasa es que estaban muy movilizados. Entonces nunca va a pasar lo que pasaba en ese momento porque la movilización fue masiva. Pero qué pasó despues de eso, las personas no somos iguales después de esa movilización. Hay hitos que han marcado los cuerpos y los colectivos y la legalización del aborto y la participación masiva, por ejemplo, hay muchas psicólogas que no se decían feministas antes del debate de la ley del aborto. Y el tema del aborto las marcó y se definen como feministas abiertamente. Eso fue algo que dejó como consecuencia toda la movida por la ley del aborto. En las aulas vemos eso, se calmó, hay un poco menos de demanda, igual la demanda es alta; pero es como la baja después de una ola muy alta. No es que estaban bajos, sino que la ola fue muy alta.