"Viví algo horrible. Lamentablemente terminé perdiendo la vista del ojo derecho", sintetizó Misael Lamas, de la comunidad originaria Chalala, situada pocos kilómetros al oeste de Purmamarca por la ruta nacional 52. Misael es uno de les seis jujeñes que perdieron la visión de un ojo por disparos de bala de goma realizados por la Policía de Jujuy en el marco de las protestas en rechazo a una reforma de la Constitución provincial que avanza sobre derechos sociales y ambientales. 

A sus 17 años, Misael cursa el quinto año del Bachillerato 18 de Purmamarca. "Estábamos con mis compañeros apoyando a los profesores de las comunidades cuando comenzó todo", contó. En medio de la represión la tarde del 17 de junio en el corte de Purmamarca, corría hacia la playa del río Grande cuando le impactó de lleno en su ojo derecho una bala de ese cartucho verde de Fabricaciones Militares

Misael y familiares se encuentran en Buenos Aires. Viajaron para visibilizar la profundidad del modelo extractivo que se aplica en la provincia de Jujuy. El lunes 3 por la tarde, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner les invitó a su despacho en el Senado nacional. Misael expuso "por qué la gente está cansada y permanece ahí" en el corte en Purmamarca. "Nos dijo que va a hacer todo lo que esté a su alcance. Me alentó a seguir adelante y continuar estudiando", contó sobre el encuentro. Durante la entrevista con este diario, Misael recordó que la situación de su comunidad no es la mejor. El gobernador Gerardo Morales personalmente les informó meses atrás que no podrían continuar construyendo sus casas porque las tierras son del Estado jujeño. "Desde entonces, siempre hay policías con motos o patrulleros".

Elva Valerio, de la comunidad Cueva del Inca (Villa Florida, Tilcara) también perdió la vista de un ojo en la represión del 17 de junio en Purmamarca. Eran varias mujeres sobre la ruta nacional 9. A pocos metros, la Infantería jujeña. Sobre un costado, el campamento de comuneros y comuneras. "Tiraron una botella. Nos sorprendió. Quedamos en que nadie tomaría el camino de la violencia", rememoró. Comenzaron los tiros, las piedras y los gases. "Caminamos. Nos empujaron con los escudos hasta la orilla de la ruta, y entre cinco agarraron a mi cuñada. La golpearon. Fui a rescatarla. Como los empujé, uno me tiró gas pimienta en los ojos". Su cuñada logró soltarse. "Corrimos pero ya nos tenían apuntadas. Escuché que (los policías) gritaban que nos tiremos al piso. Yo no podía, porque no veía. Me apoyé en una camioneta. En ese momento me dí vuelta y el policía me disparó en la cara". 

"Me atacaron donde estaban las abuelas, la comida y las ollas", detalló. "Estabamos todos tirados en el piso". Luego recuerda que la rescataron sus hermanos. Entonces advirtieron el balazo en su ojo. "Lograron llevarme a la ambulancia", dos bomberos de Maimará la guiaron. Una amiga la trasladó al hospital de esa localidad. En su último control en el Hospital Pablo Soria de San Salvador de Jujuy le dijeron que tiene la retina suelta. "Tengo que esperar", sollozó. "Sabemos que si no peleamos ahora, nos quitan todo". 

Santos Manfredi nació en CABA pero hace 20 años que maneja un emprendimiento turístico en Tilcara. "Las comunidades no pueden abandonar la lucha. Si alguna vez tuvieron la esperanza de recuperar sus tierras, ahora (con la reforma aprobada) olvidate". Sobre la trágica tarde del 17 de junio, recordó las negociaciones de Gendarmería con la Policía jujeña. "Las comunidades no querían a las fuerzas de seguridad de Jujuy entre ellas". Los últimos accedieron. Todo parecía marchar bien, incluso Santos tomó un cajón de manzanas para repartir entre quienes manifestaban. "Un policía acercaba papelitos de una comisionada que nos decía que la reforma no era mala. Insistíamos con el diálogo. Después ese mismo policía volvió con los escudos". Se llevaron por delante todo, primero a las mujeres. "Ví a una de ellas atrapada", recordó Manfredi; intentó ayudarla, intentó filmar, lo golpearon entre varios efectivos mientras otro le disparó a tan corta distancia que una bala impactó en su ojo.

La madrugada del 2 de julio, la Infantería jujeña avanzó en Humahuaca mientras las y los concejales deliberaban en la sede municipal si avalaban o no la reforma. "Entraron por la calle Jujuy a los tiros", contó Joel Paredes, de 28 años y músico. "Estábamos en mi casa ensayando". Integra la Banda Civil de Humahuaca. "Nos llamaron para apoyar al pueblo" la noche del 1 de Julio. "Tocábamos cuando salieron los concejales. Todo el pueblo se juntó a escucharlos". Entonces llegó la policía. "Entraron reprimiendo, todos formados. Había muchos chicos, pequeños, y señoras con bebés. Cuando comenzaron a disparar, una bala me llegó a mí". Joel no recuperará la visión porque el impacto le destruyó la retina. Algo parecido les sucedió a Ernesto Aguirre y Jorge Rodríguez, también recibieron un balazo de goma en un ojo durante la represión, en San Salvador, justo el día de la bandera.