Pasado mañana declarará como imputada por el delito de usurpación de inmueble la pareja que ocupa la casa de Claudia Ferro, la animadora de fiestas infantiles y clown de 52 años, desaparecida desde hace ocho meses, según adelantó a este diario el fiscal de la causa Carlos Velarde, titular de la Fiscalía Criminal de Instrucción N°42.
La semana pasada, un joven llamado Ezequiel, amigo de la pareja, que había salido a la puerta de la casa con una máscara de Mickey en la cabeza a defender a sus amigos sostuvo que la mujer “no está ni muerta, ni desaparecida. Claudia es mochilera”.
Velarde explicó que “la causa por la desaparición de Ferro y la causa por usurpación del inmueble están unificadas. En un principio, estuvieron separadas porque la usurpación pertenece al fuero contravencional. Sin embargo, el juzgado de Ciudad no aceptó la competencia porque sostuvo que podía haber una relación con la desaparición de la mujer. La Cámara lo corroboró y por este motivo somos nosotros quienes llevamos las dos causas”, detalló.
El fiscal sostuvo que “por ahora no tengo nada que los vincule con la desaparición. No tengo pruebas, solo indicios y leves sospechas. Pero no hay pruebas materiales: no hay cuerpo, no encontramos nada en los cinco allanamientos que hicimos y, por ahora, no sabemos qué ocurrió”.
El funcionario explicó que “los allanamientos no dieron resultado”. “En el primer operativo que se hizo en la casa de la mujer intervino la policía de la comisaría 54ª. Se realizó otro con personal de Gendarmería utilizando un georradar, que es como un escáner de suelo, para tratar de localizar movimientos de tierra. También se utilizaron perros de la Policía de la Ciudad para rastrear, y los investigadores forenses usaron luminol para detectar trazas de sangre. No se encontró nada”, detalló.
Para Velarde “no hay nada que haga presumir que ocurrió algo en la vivienda de Ferro”. Y advirtió que “no podría asegurarlo con absoluta certeza, pero si algo ocurrió fue en otro lugar”.
Por el momento, los investigadores no descartan ninguna hipótesis: desde que la mujer esté viajando de mochilera, como señalan algunas versiones, hasta el atentado contra su vida. Velarde adelantó que aunque no hubo resultados con los operativos en la casa de la calle Corvalán, en Villa Luro, van a volver a intentarlo con la División de Canes de Campana, perros especialmente entrenados para rastrear cadáveres. “Vamos a hacerlo para completar las medidas de prueba, aunque es poco probable que hallemos algo”, remarcó.
Otras de las medidas que se implementaron en la causa en la que interviene la Policía Federal y la División de Homicidios de la Ciudad fue solicitar informes a la Dirección Nacional de Migraciones.
Sin embargo, Velarde aseguró que “si bien hay versiones que dicen que salió a Brasil, no hay ningún registro de que haya salido del país”.
A Ferro sus vecinos de la calle Corvalán la vieron por última vez en diciembre pasado, unos días antes de las fiestas de fin de año. En cambio, los tres perros, que vivían con la mujer y a los que adoraba, fueron vistos días después vagando por las calles del barrio. Al mismo tiempo, una pareja, un tal Charly y una mujer se instalaba en el 489 de Corvalán, la casa de Ferro desde su infancia. Según una de sus vecinas, Ferro nunca hubiera dejado la casa familiar porque allí era feliz con sus perros o en todo caso los hubiera dejado al cuidado de alguien, pero nunca abandonados.
La pareja de nuevos moradores al ser confrontada por los vecinos dieron distintas versiones sobre los hechos: primero dijeron que Ferro le había vendido la propiedad, después, que se la dejaron para que la cuidara. El último posteo de Ferro en su cuenta de Facebook fue el 8 de enero: “Me voy de viaje, no quiero saber nada con nadie”. Pero el fiscal duda de que ella lo haya escrito, por lo que está a la espera de pericias informáticas para determinarlo.