Un tema fijo de la política nacional es la participación, ejercicio requerido para dar aliento, renovación y representatividad a la gestión de la cosa pública. Por lo menos en los papeles.

Y hablando de papeles, la persistencia de la votación física en detrimento de la tecnología moderna tan ensalzada por los Simpsons, viene demostrando un vigor envidiable, habida cuenta de las más de cincuenta listas compitiendo para concejal en la Chicago argentina haciendo que el tamaño importe.

El supuesto poco interés que las elecciones despiertan entonces resulta falso. La gente se junta, arma listas, hace campaña y compite.

Visto ya el lado positivo, enseguida aparecen cuestiones básicas a la hora de oficializar las boletas: ¿qué nombre le ponemos a la lista?

En esta etapa temprana, la competencia aún no ha arrancado. Es el momento de los creativos, las estrellas de la bambalina, a las que el inquieto candidato o candidata se entrega con curiosa mansedumbre basada en el profesionalismo del publicista. Al toque, cuando su visión estratégica se plasma en un nombre, vistos los frutos, queda expuesta una de las paradojas de la política moderna: ¿por qué no son estos hábiles hombres y mujeres de ideas volcánicas los postulantes, en vez del sufrido candidate?

Como sea, los que transpiran la camiseta y exprimen sus neuronas (el plural no es una concesión literaria) son estos profesionales, asesores o jefes de campaña. Repasemos algunos de sus actuales logros.

Para la libertad, sangro, lucho, pervivo.

La palabra libertad está de moda y esta gente lo sabe. El término puede usarse bien para donar partes del organismo o para portar armas, para quemar bancos o putear en las entrevistas. Todos quieren ser libres libres libres, y el estratega también lo es para cumplir el encargo, proponiendo un apelativo que remita fielmente a aquella. Si, pese a la habilidad del asesor hay superposiciones, serán consecuencia de la puja infinita por romper tantas cadenas. Veamos algunos resultados del cacumen.

Tenemos a MIL, acrónimo de Movimiento Independiente Liberal denunciando por elevación a la corriente interna del liberalismo dependiente. Otro, en cambio, craneó Avanza Libertad porque, pensándolo bien, no hay libertad sin movimiento. Más estricto fue quien propuso Libertad, a secas, casi sanmartiniano. Brilla Justicia y Libertad, pensada para exigentes, porque muchos prefieren una libertad injusta.

Más moderno, Proyecto Libertario suena piazzoliano pero se trata de toda una cosmovisión. En cambio, Rosario Abraza la Libertad, con zeta, descarta otras opciones para los rosarinos y remite a un trabalenguas que lo hace simpático y de fácil recordación.

Los sectarios Jóvenes por la Libertad, excluyentes, dionisíacos, no soportan la madurez, mientras que Libertad sin Barreras, son libres libres y aptos para todo público.

Al fin, con Por la Vida y la Libertad, el magister evidencia su devoción por el chamamé tarragoseano, dándole un guiño litoraleño a la propuesta.

Como se advierte, brainstorming al palo.

Nunca visitante

Las combinaciones con la localía forzaron el neo córtex a niveles extremos, desde el deportivo Un Gol para Rosario, que cuida el resultado, a Elijo Rosario, confiando en no ser el único que lo haga.

Haciendo Rosario pone el acento en las cosas que nos faltan, en gerundio, a diferencia de Unidos por Rosario, Vamos Rosario, Ahora Rosario y Avanza Rosario, que señalan más que nada un estado, una llamada a la acción, un momento, un empuje.

Aunque sutil, Rosario es Posible remite a una chance, un pleno. La impar Uno Rosario, puede confundirnos, de ahí su encanto; mientras la amorosa Por Rosario Por Vos quiere remitirnos a momentos entrañables al lado de un ser querido. ¿Se habló ya de Rosario Abraza la Libertad como el oso sala la sopa?

Reservamos para el final Paz para Rosario que juguetea con el nombre de su primera candid…no, perdón; y Rosarinos Independientes, para disgusto de los partidos tradicionales o casta.

Menciones especiales

El ingenio pre electoral llevó a muchos a saltear la esforzada asociación con la emancipación y con la ciudad para legarnos otras gemas, oficializando: Cambia Santa Fe, una pena que, al proponer cosas para otra ciudad, aunque les vaya bien no los disfrutaremos. Por la misma banda surgió Escucharte Santa Fe, propuesta parecida a la anterior pero peor porque nada más escucharían, y también allá.

Recuperemos Soberanía se diferencia de todas las demás en su ideal clásico enfilando hacia la polis griega. Más complejo, el Movimiento Independiente de la Esperanza así, sin coma, nos advierte que pueden desentenderse de cualquier ilusión que tengamos. Se valora que avisen, claro.

Algo mística, en total sintonía con las corrientes de vibración y armonía terraplanista pos pandemia, la lista Confluencia Originaria nos deja flotando en su aura oriental. Más terrenal, Elijo Hacer se decanta –obstinada-, hacia la acción, per se.

Hermandad Americana obviamente se sitúa en las antípodas de Recuperemos Soberanía, un diferenciamiento claro, contundente. Rotundo. Por su parte la astrológica Un futuro sin Miedo viene a decirnos que, si tenés o tuviste temores, ésta es tu lista, ni lo dudes.

Finalmente, la pole position debería otorgarse a Con los Mismos No, una agrupación fugaz, onda vivamos el momento, que nos da a entender de arranque que participarán esta vez y nada más.

Pedirles un piso para estar en la final parece un poco injusto para este derroche creativo. El esfuerzo realizado debería bastar para premiarlas con un lugarcito en el cuarto oscuro. Pero, en fin, basta de boludeces, tendrán que sortear las PASO y dejaremos para una próxima entrega el análisis pormenorizado de las que queden en gateras.

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