Desde Roma
Ante un clima socio-político en Europa en el que algunos países bloquean las medidas que quiere tomar la Unión Europea para recibir y ayudar a los migrantes, el Papa Francisco envió una carta al arzobispo de Agrigento recordando el décimo aniversario de su primer viaje papal a la isla de Lampedusa (arzobispado de Agrigento), donde llegan miles de migrantes al año, muchos de los cuales mueren en el Mediterráneo. Y en la carta aprovechó para condenar a los que no tienen presente la muerte de miles de inocentes, muchos de ellos niños, ni la asistencia a los migrantes necesitados.
“En estos días en que estamos asistiendo al repetirse de graves tragedias en el Mediterráneo, estamos perturbados por las tragedias silenciosas ante las cuales se permanece todavía inactivo y asombrado -escribió Francisco-. La muerte de inocentes, especialmente niños, en busca de una existencia más serena, lejana de las guerras y las violencias, es un grito doloroso y ensordecedor que no puede dejarnos indiferentes. Es la vergüenza de una sociedad que no sabe más llorar y compadecer al otro”.
“Hay que cambiar de actitud- continuó Francisco- . El hermano que golpea a la puerta es digno de amor, de recepción y de todo cuidado. Es un hermano que ha sido puesto en la tierra para gozar de lo que existe y compartirlo en comunión. En este contexto, todos somos llamados a una renovación profunda del sentido de responsabilidad, dando pruebas de solidaridad e intercambio”, concluyó el pontífice que pidió además a los fieles no quedarse “prisioneros del miedo” y de las actitudes discriminatorias y a la Iglesia que se ponga en el “camino de los olvidados, saliendo de sí misma”.
Los que llegan a Italia
Ya cuando fue a la isla de Lampedusa en 2013, pocos meses después de haber sido elegido Papa, Francisco habló del mar Mediterráneo como de un ”cementerio”.
En realidad, ya en esa época los traficantes de seres humanos que partían de Libia, elegían la isla de Lampedusa para abandonar a los migrantes a los que les cobraban un costoso pasaje (1500 euros, a veces más), porque es el territorio italiano más cercano a África (menos de 100km).
Hoy los traficantes parten a veces de otros países, como Túnez, y hacen los desembarcos en varias zonas marítimas de la isla de Sicilia y de Calabria, entre otros.
El Mediterráneo “se ha confirmado como una ruta altamente peligrosa para los que huyen de violencias, guerras, persecuciones, pobreza extrema, subrayó la organización humanitaria Save The Children. “Los migrantes se confían en los traficantes pese a que los someten a condiciones absolutamente inseguras y peligrosas, porque no hay otro medio para cruzar el Mediterráneo”, añadió.
Pese a las quejas de algunos sectores conservadores italianos contra los migrantes, según el ministerio del Interior que se ocupa de este tema, los pedidos de protección internacional (es decir el grado de refugiado cuando se escapa de guerras o violencias) en Italia en 2022 fueron muchos menos que en otros países. En Italia fueron 77.195 mientras en Alemania 217.735, en Francia 137.195 y en España 116.140.
En cuanto a las llegadas, que habían consistentemente disminuido durante el período de la pandemia, según datos del Ministerio del Interior, hasta el 30 de junio de 2023 llegaron a Italia 64.930 migrantes (de los cuales 8.833 menores de edad no acompañados) contra los 27.633 de 2022 y los 20.532 de 2021. Las principales nacionalidades presentes entre los migrantes son este año: Costa de Marfil, Guinea, Egipto, Pakistán, Bangladesh, Túnez y Siria.
Los últimos naufragios
Naufragios hay muy a menudo en el Mediterráneo, más o menos importantes según la cantidad de personas que llevan las barcazas de los traficantes. En abril hubo al menos dos naufragios en el trayecto que va de Túnez a Italia. Los desaparecidos fueron 19 en el primer caso, 3 en el segundo.
Una de las peores tragedias de los últimos tiempos sin embargo se produjo cerca de Pylos, en Grecia, a mediados de junio pasado, donde una barcaza de pescadores súper llena de migrantes (se habla de unas 750 personas) , se hundió provocando la muerte de al menos 600 de ellos. Todavía no se han podido encontrar los restos de todos y tal vez nunca aparezcan, dicen los expertos. Entre los muertos había muchos niños. Los sobrevivientes dijeron a los médicos y voluntarios que los ayudaron que por lo menos había unos 100 niños encerrados en la bodega del barco.
En 2013 (y por eso el papa Francisco fue a Lampedusa) murieron ahogadas cerca de la isla 368 personas y en abril 2015 ocurrió otra tragedia similar, siempre frente a Lampedusa. En la nave viajaban entre 700 y 950 personas pero sobrevivieron solo 28.
En febrero de 2023, cerca de las costa de Calabria (en Cutro), una barcaza con al menos 180 personas a bordo se hundió por el mal tiempo. Murieron 94 personas. Este caso desató todo tipo de polémicas y críticas contra el gobierno de la derechista Giorgia Meloni, porque las fuerzas de seguridad que actúan en el Mediterráneo, la Guardia Costera y la Guardia de Finanzas, no actuaron rápidamente para evitar la tragedia. Actitud que fue atribuida a decisiones del gobierno.
En cuanto a los muertos, en 2022 se calcula que 1.410 personas perdieron la vida en el Mediterráneo, cuyos restos en muchos casos no han podido ser recuperados. En los últimos 10 años, según la organización Internacional para las Migraciones (OIM), 26.000 personas han perdido la vida en el Mediterráneo partiendo de puertos de Túnez y de Libia.
Qué hace la Unión Europea
Desde hace tiempo la Unión Europea (UE) está tratando de llegar a nuevos acuerdos para afrontar el tema migratorio. Que Europa necesita de los migrantes (e Italia sobre todo) , porque su población es demasiado anciana y no tiene mano de obra suficiente, es sabido. Uno de los problemas es que los europeos tienen pocos hijos y no hay gente joven para desempeñar los trabajos que son necesarios. Pero el tema no es bien acogido por los sectores conservadores que señalan, entre otros puntos, que la cultura europea será “africanizada” o “asiatizada” si se los deja entrar y Europa perderá sus raíces.
En marzo pasado parecía que UE había puesto las bases para un acuerdo. Los ministros del interior de los 27 países miembros del blqoue se reunieron en Luxemburgo para discutir el tema migratorio y reorganizar al asilo para los migrantes y la gestión de las llegadas. Hacía nueve años que se hablaba de esto y hacia el final de encuentro parecía que habían llegado a un acuerdo. Sólo que dos gobiernos de ultraderecha, el de Hungría y el de Polonia, se opusieron vivamente. Entonces la decisión fue reenviada.
Se deberá tomar una decisión también sobre lo que se entiende por “países terceros seguros” donde será posible enviar a los migrantes que reciban asilo en el lugar de llegada. “La recolocación de los migrantes que piden asilo en la UE es inaceptable para nosotros”, dijo el vice ministro del interior polaco, Bartosz Grodecki.
La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, al inaugurar la sesión del Parlamento Europeo en Estraburgo sobre este tema, destacó hace algunos días que “tenemos un deber por cumplir y una responsabilidad. Somos una generación de políticos que no puede olvidar estas tragedias. No podemos aceptar que el Mediterráneo se transforme en un cementerio”, dijo.
El Consejo Europeo que también debía tomar una decisión sobre este tema, no pudo hacerlo por la oposición de Hungría y Polonia. Según publicó la prensa italiana, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, le pidió a la derechista Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, que mediara con Polonia y Hungría, dado que se trata de tres gobiernos de derecha y dado que Italia está a favor del acuerdo sobre los migrantes. Pero Meloni no logró ningún acuerdo.
“Hungría debe defenderse no sólo de los traficantes de seres humanos y de los migrantes ilegales sino también de Bruselas”, escribió en un Tweet el presidente húngaro Viktor Orban. “Continuaremos defendiendo las fronteras de la UE y no aceptaremos las cantidades obligatorias de migrantes” que quiere imponer la UE a cada uno de sus países miembros, indicó.
Las negociaciones sobre el tema migrantes continúan pero hasta ahora sin una decisión definitiva.